Madeline quiere desfilar para Versace y Gucci. Su meta está en la alta costura para demostrar al mundo que otros cánones de belleza son posibles encima de una pasarela. Madeline tiene 19 años y se ha convertido en la primera modelo profesional con síndrome de Down. Más allá de la dictadura de las tallas, del debate por la delgadez excesiva de las modelos, los ojos rasgados de Madeline Stuart son la más clara apuesta por la inclusión, por la reivindicación de que las diferencias, en este caso estéticas, pueden aportar muchos valores al resto de la sociedad.
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Mucho más que un cromosoma extra
Las personas con síndrome de Down tienen 47 cromosomas en cada célula en lugar de 46. Pero, como proclama la emotiva campaña de Down España para celebrar del Día Mundial del Síndrome de Down (21 de marzo), "la vida no va de cromosomas". Las personas con síndrome de Down pueden estudiar, trabajar, vivir independientes, tener pareja, ser felices y, muy importante, hacer felices a los que les rodean. Por ello reivindican, desde la diferencia, su lugar en el mundo.
En uno de cada 800 embarazos se gesta a un bebé con síndrome de Down. Actualmente en España viven unas 35.000 personas con esta alteración genética, que disfrutan de una creciente calidad y esperanza de vida y de una mayor inclusión social.
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