A casi todos nos suele gustar consumir, de vez en cuando, toda clase de comida rápida. Hay quién prefiere hamburguesas o se decanta por las pizzas, quién ama los menús a base de pollo frito o quién se deleita con los tacos mexicanos pero, en definitiva, casi todos solemos caer en la tentación -de forma puntual- y nos “permitimos” el consumo de comidas que, aunque apetitosas, nunca suelen ser demasiado saludables.
Nos encantan las comidas sabrosas, a poder ser con mucha salsa y aromas y, aunque todos tenemos en mente la imagen de nuestra hamburguesa o pizza ideal, la mayoría de las veces esas expectativas no se terminan correspondiendo con la realidad.
LETTER