1. Acepta tus gustos y diferencias. No tienes por qué pensar, opinar y actuar igual que los demás. ¿Eres diferente? ¡Eres única!
2. Proponte pequeños retos cada día o cada semana y cuando los consigas celébralos, ¡te lo mereces!
3. Utiliza el poder del lenguaje. Dite a ti misma todo aquello que te pueda motivar: “¿Y por qué yo no?”, “Ahora sí”, “Llegó mi momento”, “Me lo merezco”, “Puedo y quiero”, “Me sobra capacidad para conseguir esto”, “Consigo lo que me propongo”... También puedes crear tu propia frase motivante. El único requisito es que te la repitas cada día.
4. Comunícate eficazmente. Controla tus conversaciones, es la imagen que das de ti a los demás. ¿Cómo te muestras al hablar? ¿Pasiva, agresiva o segura? Sólo si mantienes tu seguridad en equilibrio, dará gusto hablar contigo.
5. Reflexiona: La mayoría de las veces, sólo necesitas darte cuenta de aquello que escuchaste y se quedó a vivir contigo para amargarte la vida. Deshazte de esos pensamientos, ya no los necesitas. Párate a pensar un poco y respira. A veces depende de ti dar con aquello que se interpone entre tu tranquilidad y tú... ¡es una cuestión de puntería!
6. Afronta las situaciones menos agradables: No huyas de ellas, ¡enfréntate a lo que venga! Tienes que pensar que de todo se aprende y así evitarás que los miedos puedan contigo. ¡No dejes que aumente el tamaño de tus fantasmas!
7. Controla tu espíritu autocrítico: Todas llevamos dentro a una vocecilla que nos tortura, ¡pero no le hagas caso al pie de la letra! Varía su tono de voz, su ritmo, y escúchala desde otra perspectiva. De este modo, seguramente te reirás de tus propios juicios. Si no te basta con modificarle la voz, ¡un manotazo te servirá para acabar con tu Pepito Grillo!
8. Sigue adelante: No dejes que nada te bloquee. Si ves que un asunto te preocupa más de la cuenta, pregúntate: ¿qué pensaré de esto dentro de veinte años? ¿qué es más importante que esto? Siempre te debes preguntar cuáles son las consecuencias de un hecho a largo plazo. Si no tiene ninguna es que no merece tu atención, ¡y menos tu bloqueo!
9. Visualízate: Si es una de tus primeras veces al hacer algo, y temes cómo te desenvolverás, imagínate haciéndolo con todo lujo de detalles y repítelo en tu mente una y otra vez. Cuando estés en escena, actúa como si ya fuera una rutina para ti, ¡al cerebro le cuesta dintiguir imaginación de realidad!
10. Decide siempre y actúa en consecuencia: Recuerda que eres responsable tanto de lo que haces como de lo que dejas de hacer. Tu vida depende de las decisiones que tomes, y ese poder es sólo tuyo, ¡no lo regales ni desperdicies!
11. Mímate y nútrete de tu propio amor y seguridad siempre que lo necesites. Ofrécele a tus más allegados todo lo que les puedas dar, ¡el afecto es como un boomerang, siempre te recompensará!
12. Aprovecha tu potencial. Piensa y valora cuáles son tus recursos, valores y características favoritas. ¿Cómo haces felices a los demás? ¿Con qué valores te sientes más a gusto? Todas tenemos algo de lo que sentirnos orgullosas y, por tanto, seguras. ¡Saca a relucir lo mejor de ti!
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