Según apuntan los últimos estudios científicos, en el año 2030 la esperanza de vida al nacer de las mujeres superará los 90 años. Serán las surcoreanas quienes alcancen este récord, seguidas de las féminas francesas, las japonesas y, en cuarto lugar, las españolas con 88,07 años de vida. Viendo estos datos, está claro que hay ciertos aspectos que afectan a la longevidad como, por ejemplo las horas de descanso, la alimentación, la vida activa, el clima...
El libro El método japonés para vivir 100 años nos revela por qué la población nipona es una de las que siempre se impone cuando hablamos de mayor esperanza de vida. Antes de desvelarte algunos de sus secretos, queremos resaltar que lo más importante es que vivas de forma plena y feliz, sin importar todo lo que esté por venir. Aquí algunas frases que quizás puedan servirte de inspiración:
La importancia de la alimentación
El sushi nos encanta, sí. Pero además, como ya sabrás, la cocina japonesa es una de las más ligeras y saludables del mundo. Y es que la dieta básica del país nipón incluye más carbohidratos y menos lípidos que otros tipos de gastronomías como la mediterránea. Para que nos hagamos un idea clara, el japonés consume de media unas 2.700 Kcal al día frente a las 3.200 de un español.
Otro de los aspectos que caracteriza la alimentación de los japoneses es cómo asumen la hora de comer dentro de su rutina. Es decir, la serenidad, paz y calma que caracteriza sus vidas tiene también su reflejo cuando se sientan a la mesa. Comen tres veces al día, mastican muy bien los alimentos y comen solo hasta saciarse, sin necesidad de llegar al empacho.
Y, por supuesto, en este punto tenemos que hablar del té, concretamente del té verde, clave en la rutina de cualquier japonés. De hecho, los expertos apuntan a que tomar esta bebida a primera hora de la mañana como sustituto del café puede ser un buen primer paso hacia esa longevidad. Por costumbre, los japoneses recurren al té varias veces a lo largo del día, tanto a media mañana como a la hora de la merienda o después de las comidas.
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¡Adiós a la vida sedentaria!
Según algunos estudios científicos, la mayoría de personas que llegan a una edad avanzada practican con frecuencia algún deporte o, al menos, huyen de una vida sedentaria. A medida que nos hacemos mayores vamos perdiendo masa muscular y, por ello, ejercitarnos nos permite llevar una vida autónoma durante más tiempo. Para poner en marcha nuestro cuerpo no es necesario hacer grandes esfuerzos: bastará con hacer la cama, limpiar, sacar al perro... En definitiva, actividades de la vida cotidiana.
Y no todo es físico, por supuesto. Los ejercicios mentales son clave para que nuestro cerebro siga entrenado y no perdamos capacidades mentales a medida que vamos envejeciendo.
Ser feliz, una forma básica de asegurarse la longevidad
Aunque parezca algo obvio, haber disfrutado de una existencia en paz sin grandes traumas personales, guerras, desastres naturales o cualquier otra desgracia puede ser garantía de una vida más larga. En este punto, el libro citado anteriormente también señala que hacer de tu profesión un medio de desarrollo personal y una fuente de satisfacciones también puede ser una buena manera de concederte más años de vida.
Por otra parte, parece que hay ciertos rasgos de la personalidad que son compartidos por las personas que superan el centenario. Uno de los más destacados es el hecho de que se trata de individuos responsables y extremadamente organizados. También son personas tranquilas y serenas, que no se sobresaltan con facilidad. Además, por regla general, estamos hablando de gente que tiene una actitud abierta ante otras personas y de trato amable con quienes les rodean, especialmente sus amigos.
Por supuesto, el espíritu de lucha es imprescindible cuando se trata de vivir el máximo tiempo posible. No rendirse fácilmente y seguir adelante a pesar de los obstáculos puede ser tu mantra.
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