Vivimos una época dorada de las series de televisión. Este año hemos disfrutado de muchísimas ficciones increíbles, desde algunas nuevas, como Westworld, Divorce, Stranger Things o The Young Pope o a otras algo más veteranas, como Narcos, The Walking Dead, The Americans o Black Mirror, pero hoy queremos hablarte de algunas series que han aportado su granito de arena al feminismo durante este último año, ya sea por contener personajes femeninos fuertes, transgresores y transformadores dignos de admirar o por incluir algunas tramas que luchan o enseñan sobre la igualdad. Y sí, todas ellas son además series tan grandes que las tenemos incluidas en nuestra lista de favoritas.
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1. The Good Wife
Y 156 episodios después, The Good Wife terminó. La serie, una de las grandes joyas televisivas de los últimos años, parecía adentrarnos, en sus primeros capítulos, en una serie procedimental sobre abogados y poco más, pero muy pronto nos demostraría que del montón no tenía nada de nada. Si bien muchos podrían achacar una falta de feminismo a la insistencia de Alicia por mantenerse al lado de su marido (a pesar de los engaños, a pesar de no quererle), lo cierto es que a medida que avanzan las temporadas el enorme personaje de Julianna Margulies termina siendo una mujer poderosa, independiente, decidida y liberada, empeñada en rebelarse contra injusticias que tantas veces ha sufrido. Y es que uno de sus mayores valores es no saber aceptar un no por respuesta, luchando por triunfar en su profesión de mil formas diferentes o siendo lo suficientemente tenaz de no rendirse jamás, levantándose siempre tras cada caída y rebelándose contra los noes que recibía.
Pero el auténtico valor feminista de The Good Wife, además de enormes secundarios como Kalinda Sharma o de decenas de personajes femeninos recurrentes que luchan por triunfar en el despiadado mundo de la abogacía, lo representa Diane Lockhart (a.k.a. diosa Diane), una mujer poderosa, que entiende a la perfección la necesidad del feminismo y que tiene la aspiración de formar el bufete de abogados liderado por mujeres más grande e influyente de Chicago. Casi siempre anteponiendo sus ideales a su carrera profesional, Diane es el espejo en el que miles de mujeres (y de hombres) querrían reflejarse y una persona para la que los techos de cristal no existen. ¿La buena noticia? Tras el fin de The Good Wife ella es la protagonista absoluta de The Good Fight, un spin de la serie original y cuyo primer tráiler, recién estrenado, no puede tener mejor pinta. Nos vemos de nuevo en 12 meses en esta lista, diosa Diane.
2. El Ministerio del Tiempo
El Ministerio del Tiempo es la ficción española de la que más pecho podemos sacar. Hay tantos aciertos en ella, que es inevitable sentir orgullo ante tal ejemplo de ingenio y diversión. Y sí, también de feminismo. Porque todo lo que se refiere a las mujeres brilla en El Ministerio del Tiempo. Empezamos por Amelia Folch, su protagonista, la que dicen en la serie que es la primera mujer universitaria. El personaje de la perfecta Aura Garrido es el alma de la serie, una persona valiente, sensata, culta, íntegra y totalmente consciente del valor de las mujeres. Ella misma dice que la máxima aspiración de una mujer no tiene por qué ser encontrar marido (ni hace 100 años ni ahora), sino dedicarse a sí misma y a formarse. Y no es que no tenga algún interés romántico, pero es ella quién decide cómo y cuándo sin necesitar a nadie que la salve o le diga lo que tiene que hacer.
Pero no es la única mujer que admiramos en la serie. Ahí está también Irene Larra (Cayetana Guillén Cuervo), una mujer de principios del siglo XX y tal vez más revolucionaria que Amelia, al menos en sus formas. Ella se rebela contra la represión sexual que vivió entonces y se muestra como una mujer libre, fuerte e independiente, que no necesita a nadie para ser feliz y que vive exactamente la vida que quiere vivir, sin necesidad de ocultar su condición sexual. También nos muestra a grandes figuras femeninas de la historia, desde Isabel II a otras "olvidadas", como el capítulo de las mujeres de la Generación del 27, una de las joyas que nos trajo su segunda temporada.
Pero hay otros estereotipos que se pretenden romper en la serie. Por ejemplo, la sensibilidad de Julián (sin que eso sea considerado en ningún momento menos varonil) o su propia profesión de enfermero (que aún muchos asociarán a las mujeres). También el propio Alonso, un soldado del siglo XVI que aunque en un primer momento se muestra reticente a seguir las órdenes de Amelia debido a la educación que recibió, pronto acepta que es una gran líder. O por qué no, Salvador, que reconoce la valía de Amelia nombrándola responsable de las misiones del equipo. En definitiva, El Ministerio del Tiempo se ha convertido en uno de esos poquísimos milagros de nuestra televisión que ya nos gustaría que se estudiara en los colegios.
3. American Crime Story
American Crime Story ha sido una de las sorpresas del año. Una serie que nos adentraba en uno de los juicios más polémicos de la historia, el de la ex mujer de O.J. Simpson y de un amigo de esta, nos mostraba el auténtico escándalo que se vivió en aquellos días y la repercusión que tuvo. A priori, no parece una trama muy feminista, ¿verdad? La importancia de esta serie, en ese sentido, la representa Marcia Clark, la fiscal que llevó la acusación del caso y que interpreta una Sarah Paulson de Emmy.
Marcia se convierte aquí en una heroína feminista que lucha por hacer justicia a la ex mujer de O.J. Simpson, Nicole, no solo asesinada sino también maltratada durante su relación. Pero más allá de encontrar la feroz oposición del equipo de abogados defensores, Marcia es víctima de unos medios de comunicación sensacionalistas y ávidos de carnaza. Así, asistimos en primera fila al indignante trato sexista que esta mujer recibió por el simple hecho de serlo: por su forma de vestir, de expresarse, de comportarse con sus hijos... Titulares como "Veredicto para el pelo de Clark: CULPABLE" fueron lo más suave que le pudo pasar.
Y es que durante American Crime Story, vemos incluso cómo el propio juez la amonesta por llevar la falda demasiado corta, como los periódicos la tachaban de mala madre (incluso cubrieron la batalla judicial con su ex pareja por la custiodia de sus hijos) o la tildaban de histérica y demasiado emocional dentro del tribunal. Y esto por no hablar de las fotos en top less que se filtraron de ella. En definitiva, la serie recupera la figura de esta abogada para saldar deudas por aquel injusto trato y convertirla en la auténtica protagonista de esta historia, capaz de aguantar las estocadas de la prensa y la presión mediática. Al final, como todos sabemos, no hubo justicia para Nicole y Ronald, pero al menos ahora sí la hay para Marcia.
4. Girls
De Girls se ha hablado largo y tendido, pero nunca es mal momento reivindicar la importancia de esta serie ahora que Lena Dunham ha firmado, con la quinta, su mejor temporada. 10 capítulos redondos que siguen adentrándonos en el universo de Hannah y sus amigas y que, en el fondo, no hablan tanto de feminismo sino de practicarlo. Y es que la serie nos muestra a cuatro chicas capaces de vivir su vida de la forma en la que quieren (o pueden) sin juzgarse entre ellas como mujeres ni dar lecciones de nada.
Así, vemos a Lena siendo con su serie la voz de una generación que lucha por liberarse sexualmente y erradicar estereotipos e imposiciones sociales. Y eso le lleva a normalizar, por ejemplo, el desnudo femenino (¿cuántas veces habremos visto los pechos a Hannah?) o a batallar también por erradicar el monopolio de los cánones estéticos en el cine y la televisión. Ella se siente orgullosa de su cuerpo y lo muestra, y a quien no le guste, que no mire. Y es que la grandeza de Girls es que a pesar de los incontables defectos de sus protagonistas, la serie defiende y nos enseña que cada una puede ser como quiera, incluyendo sus errores y malas decisiones.
Y, por supuesto, destacamos también a la propia Dunham. Su creadora es uno de los mayores iconos feministas de los últimos años, siempre defendiendo la igualdad y el empoderamiento de la mujer y, no en vano, cuando termine Girls en 2017 comenzará a dar forma a su nuevo proyecto, Max, una serie también de HBO que se centrará en el feminismo durante los años 60.
5. Transparent
Transparent es, probablemente, la serie que más habla de feminismo en nuestra lista. Unas líneas más arriba hablábamos de la importancia de Girls para las mujeres y tal vez en Transparent deberíamos hacerlo sobre la relevancia que tiene para las minorías y especialmente para el colectivo LGTB. Pero quedarse solo ahí sería no entender de qué va la ficción que protagoniza Jeffrey Tambor.
Y es que mientras sus desastrosos personajes van dando bandazos por su vida intentando llegar a (quizá) ninguna parte, la ficción creada por Jill Solloway nos habla de vivir la vida que queramos. Con fallos monumentales, con decisiones equivocadas y con pequeños momentos de lucidez, pero siempre hacia delante. Maura, la protagonista, interpretada impecablemente por Tambor es la prueba más evidente de ser consecuente con esa decisión de intentar ser feliz, cueste lo que cueste. Pero el resto de personajes tratan de hacer lo mismo.
Ahí está Sarah, viviendo, experimentando, intentando sentir algo, ya sea teniendo una aventura, fumando marihuana o adentrándose en el mundo del sado, pero viviendo su vida de la forma que quiere, derribando estereotipos y disfrutando su sexualidad de forma libre y abierta en canal. Y ese es el valor feminista que aprendemos de Transparent y que se personifica mucho más en Ali. La pequeña de la familia, una feminista declarada consciente de la necesidad de derribar barreras comienza a interesarse por este movimiento, lo estudia, debate sobre él e incluso lleva en la segunda temporada a su hermana y a su "mapa" a un campamento feminista donde solo pueden entrar mujeres nacidas mujeres. Y aquí la polémica está servida sí, pero qué bien poder hablar de todo ello.
6. Juego de Tronos
Los que acusaban de machismo e incluso misoginia a Juego de Tronos durante sus primeras temporadas por el trato que se daba a las mujeres en la serie, ya se habrán dado cuenta de que lo que probablemente hacía la ficción de HBO era una crítica a todos aquellos hombres que han dominado el mundo a lo largo de la historia. La sexta temporada ha sido la temporada de las mujeres. Ni un hombre ha destacado tanto como el elenco femenino de Juego de Tronos. Tal vez Jon Snow se siga salvando, pero vayamos a lo importante, vayamos a ellas.
Y es que ya no sabemos si queremos que se siente en el trono de hierro Daenerys Targaryen con su maravillosa lección de empoderamiento femenino, la valiente e indomable Arya o la cada vez más independiente y segura de sí misma Sansa, la revelación de la temporada y por la que pocos hubieran apostado hace cinco años. Habrá también quien prefiera a la gran superviviente de Poniente, la calculadora y vengativa Cersei, que si algo ha demostrado es que no depende absolutamente de nadie, y eso incluye a cualquier hombre.
Pero hay más casos de mujeres que destacan y rompen moldes en la saga. Una de ellas es Yara Greyjoy, una mujer decidida y valiente que desafía los roles de género establecidos imponiéndose como la indiscutible líder de las Islas del Hierro (aunque se lo impidan) y llevando a cabo una alianza que promete dar mucho juego en la próxima temporada. Y por otro lado tenemos a Brienne Tarth, uno de los personajes más queridos de la saga, hija de un lord y heredera de una gran riqueza que en vez de casarse y dedicarse a su familia decide seguir su propio camino y convertirse en caballero. En definitiva, una colección de personajes muy diferentes entre sí pero con un carácter y una fuerza que parecen haber convertido el desenlace de la serie en cosa de chicas.
Bonus Track: ¿The Crown?
The Crown, una de las series más exitosas y mejor valoradas del año, podría haber salido mal de mil maneras diferentes. Y es que la reina Isabel II, aunque muy admirada en su país, no parecía suscitar a priori demasiado interés en el resto del mundo, al menos no como para hacer un biopic que repase su vida. Sin embargo, una minuciosa recreación, unos guiones francamente entretenidos basados en hechos reales (mención especial al memorable capítulo de la niebla) y unos personajes sobre los que, en contra de lo que pueda parecer, hay mucho por descubrir, son tres de las claves para que esta serie esté entre lo mejor del año seriéfilo.
Ahora bien, ¿es The Crown, aunque hable de una de las mujeres más poderosas del mundo, una serie feminista? Probablemente no. Isabel II es una mujer empoderada, sí, pero no por sus propios méritos, de la misma forma que trata de cumplir a rajatabla las reglas de un juego creado por y (en muchas ocasiones) para hombres. Tampoco hace gran cosa por los derechos de la mujer, ni es una persona que haya roto moldes. Pero el mérito que sí se le puede conceder es el de ser una mujer capaz de nadar sin naufragar por el basto mar del heteropatriarcado.
The Crown refleja una sociedad machista en una época donde el papel de La Reina se debía limitar a sonreír, y al menos Isabel decide (o eso nos cuentan) ser dueña de su propia vida y de sus propias decisiones. Puede que ella no vaya a ser nunca un icono feminista, pero no hay duda de que lo más disfrutable de la serie es ver a Isabel llevando la contraria y rebelandose contra aquellos hombres que creen poder manejar a su antojo al personaje de Claire Foy (que por cierto, es otro gran hallazgo de la serie).
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