El Parlamento ruso aprobó el pasado miércoles una propuesta para que la violencia de género deje de ser juzgada por el código penal y que, en lugar de eso, se considere simplemente un delito civil cuya pena se reduciría a una multa de unos 500 euros, un arresto domiciliario de unas determinadas horas o bien la elaboración de trabajos sociales.
Detrás de esta indignante iniciativa está la diputada rusa Yelena Mizulina, quien ha afirmado que no quiere que haya "personas encarceladas durante dos años y etiquetadas como criminales simplemente por dar una torta", unas declaraciones recogidas por el diario El Mundo. Mizulina considera que las agresiones dentro del entorno familiar solo deberían considerarse una falta.
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De esta manera, el país da luz verde a la despenalización de la violencia doméstica. Mizulina, presidenta del Comité sobre Familia, Mujer y Asuntos Infantiles, declara así que los maridos que peguen a sus mujeres irán a prisión si lo hacen "más de una vez al año". Para la diputada del partido Rusia Justa, el encarcelamiento de un hombre por haber agredido a su mujer durante una discusión es algo que va "en contra de la familia".
"En la cultura familiar rusa las relaciones padre e hijo se construyen en torno al poder de la autoridad del padre”, afirmaba Mizulina. "Las leyes deben apoyar esa tradición familiar”. Hasta ahora, el código penal ruso recoge que los delitos por agresiones de violencia doméstica podrán conllevar penas de cárcel de hasta dos años, pero parece ser que esto cambiará, pues la propuesta de rebajar las penas ha logrado una mayoría aplastante en el Parlamento: tan solo ha habido un voto en contra y una abstención frente a los 368 votos a favor.
Una iniciativa apoyada también por la Iglesia ortodoxa rusa, quien ha declarado tal y como recoge el diario citado que "el castigo corporal es un derecho esencial dado por Dios a los padres". Una situación social que explica las alarmantes cifras: más de 60.000 niños y mujeres sufren violencia familiar cada año. Un 40% de los crímenes violentos se producen dentro del entorno familiar.
Esta propuesta será sometida nuevamente a voto y, si se aprueba, Rusia conseguirá así despenalizar la violencia doméstica haciendo que resulte "legal".
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