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Slut shaming o cómo la sociedad nos juzgó a todas

por Laura Sutil ,
Slut shaming o cómo la sociedad nos juzgó a todas© iStock

¿Cuántas veces te has sentido juzgada por la ropa que llevas? ¿Cuántas veces alguien criticó tus comportamientos por ser poco propios de tu género? ¿Cuántas veces te han tildado (o has tildado de prostituta a otras mujeres) por considerar que tu forma de ser, de vestir o de actuar es una provocación? Esto también tiene un nombre: slut shaming.

Pongámonos en situación. Llega el verano y para salir de fiesta te vistes con un vestido ajustado y con escote. ¿Qué es lo siguiente que va a ocurrir? Muy probablemente escucharás comentarios que critiquen la elección de tu indumentaria. Podría ser tu familia, tus amigas, tu pareja, esas personas que te cruzas por la calle y se creen con derecho a hacer comentarios vulgares sobre las mujeres. "¿Hoy vas a por todas, no?" "Menudo escote llevas" "Vas pidiendo guerra" y, ya en términos mucho más crudos: "Vas como una prostituta". Esta situación que todas hemos vivido en algún momento de nuestra vida tiene un nombre: slut shaming,

Slut shaming se traduce en castellano como "tildar de prostituta" y es una forma de juzgar a las mujeres y hacerlas sentir culpables por vestirse, ser o comportarse de una determinada forma que, normalmente, no se corresponde con lo que se espera de su género. Entendiendo esto, como es obvio, con el concepto de mujer vulnerable, débil y a la sombra del hombre.

Esta práctica, evidentemente machista, está tan integrada en la sociedad que, incluso una mujer feminista puede caer en el cliché de juzgar a otra por alguna de estas señales. Por eso, aunque en un primer momento podemos pensar en el slut shaming como una salida de tono propia de un hombre, nosotras también debemos ser muy cuidadosas con el tratamiento que damos a otras mujeres para no caer en este tipo de generalidades que le hacen un flaco favor al feminismo.

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¿Una forma de culpabilizarnos?

El slut shaming es muy empleado también cuando se quiere culpabilizar a la mujer, en este caso víctima, de la actuación machista de algún hombre. ¿Quién no ha escuchado alguna vez a una mujer quejarse de que algún hombre era demasiado insistente con ella en una discoteca y alguien ha argumentado un "claro, si vas así vestida"?

O, por supuesto, la vergonzosa actitud que toman ciertas personas y ciertos medios cuando se produce una violación múltiple, un acto terrible del que, por desgracia, cada vez oímos hablar más. Aquí entra en escena el sangrante clásico "la violaron porque ella estaba borracha y no se negó". ¿Cómo alguien puede creer que hay justificación para una violación? ¿Cómo una mujer va a provocar la situación de ser violada? Y sí, eso también es slut shaming.

Lo cierto es que desde tiempos inmemoriales la forma que se tiene de denigrar a una mujer es tildarla de prostituta. La forma de vestir, la forma de pensar, el trabajo, la sexualidad, la manera de disfrutar de nuestros cuerpos, la manera de hablar, la defensa de sus derechos, la opinión sobre ciertos temas controvertidos. El argumento para rebatir cualquiera de los argumentos de una mujer cuando estamos en contra es llamarla 'puta'. Tan duro como cierto...

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