Brad Pitt no está en su mejor momento. Al menos, en el plano personal. Y es que su separación de Angelina Jolie le ha dejado más solo que nunca. Ahora le ha tocado sacar de nuevo una sonrisa ante la prensa para promocionar su trabajo cinematográfico.
En EEUU los actores lo tienen claro: la promoción es parte de su trabajo y sin las alfombras rojas están muertos. Por eso saben que, por muchas desdichas que haya en su vida, hay que presentar las películas. Brad Pitt tuvo que hacer del 'dientes, dientes' de Isabel Pantoja su nueva filosofía de vida y comenzar una nueva vida ante los focos.
Lo que pasase por dentro de aquel hombre es todo un misterio. Y es que Pitt tenía que presentar su nueva película de la mano de Marion Cotillard, a la que en su momento se apuntó como su supuesta amante. Todo un trago al que Pitt se enfrentó sonriendo.
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Lo que empujó al protagonista de Troya hasta la alfombra roja fue tener la tranquilidad de poder pisarla libre de cargos de abuso de menores que pesaban sobre él tras la acalorada discusión que tuvo con su hijo mayor, Maddox, a bordo de un avión y en la que, según se llegó a publicar, se mezclaron gritos, alcohol y sustancias.
Y es que el Departamento de Servicios Familiares e Infantiles del condado de Los Angeles ha decidido archivar el caso sobre aquel episodio que había llevado a Pitt a ser investigado por posibles malos tratos, a Jolie a pedir el divorcio y a los seis hijos a tener que ser visitados por su padre en compañía de un terapeuta.
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La pasada semana el actor firmó finalmente un acuerdo con la protagonista de Maléfica por el que aceptaba que ella se quedará con la custodia de los seis hijos en común -Maddox (15), Pax (12), Zahara (11), Shiloh (10) y Knox y Vivienne (8)- "que continuarán con las visitas terapéuticas con su padre", según contó hace unos días un representante legal de la actriz a través de un informe
