La que fuera Primera Dama durante los ocho años de presidencia de Bill Clinton, se ha convertido en la primera mujer en optar a la presidencia de Estados Unidos. Si su vida siempre ha estado en el punto de mira, ahora mucho más. Por eso, sus looks se cuidan al máximo y, aunque no ha llegado a convertirse en referente de estilo como si lo ha hecho Michelle Obama, siempre se ha caracterizado por su elegancia. Lo que sí ha conseguido con sus prendas estrella, el traje pantalón en colores llamativos y los abrigos largos a modo de chaqueta, es crearse una identidad estilística propia e inconfundible.¿Quieres ver algunos de sus mejores looks actuales? ¡No te pierdas la galería!
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A pesar de lucir un estilo correcto y muy estudiado, ella siempre ha preferido potenciar su imagen como personaje político por encima de fashionista. No obstante, no ha conseguido que sus conjuntos pasen del todo desapercibidos y, el pasado mes de junio, durante el acto de celebración tras ganar las primarias, su chaqueta levantó muchas polémicas. ¿El motivo? Se trataba de un diseño de Giorgio Armani y su precio, de 12.000 dólares, fue objeto de todo tipo de críticas.
Sus asesoras de imagen: Kristina Schake y Anna Wintour
Para la nueva etapa como candidata a la presidencia, Hillary Clinton ha contratado como asesora de imagen a Kristina Schake, que ya lo fue de Michelle Obama entre 2010 y 2013. Además, parece ser que cuenta con los consejos de Anna Wintour, la editora jefe de la edición norteamericana de Vogue y una de las caras más relevantes del universo fashion. Uno de sus primeros consejos para evitar revuelos como el mencionado, es pagar por las prendas y evitar que las firmas se las cedan de manera gratuita.
Evolución de estilo
Su estilo no ha sufrido grandes cambios con el paso de los años. De hecho, durante la presidencia de su marido entre 1993 y 2001, su prenda preferida ya era el traje. Tan solo se ha visto obligada a abandonarlo en ocasiones más especiales que requerían acudir con vestido. Sus accesorios tampoco han variado: las perlas, los pendientes pegados al lóbulo y los zapatos de salón siguen siendo sus aliados favoritos. A pesar de ir adaptando sus prendas a la actualidad, siempre ha sido fiel a su distintivo estilo.
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¿Cambiará si llega a ocupar la Casa Blanca?
