La mayoría de las grandes compañías españolas son conscientes de la necesidad de avanzar en materia de diversidad de género, sin embargo, nuestro país se encuentra únicamente por delante de Japón, Italia, Grecia y Corea en el ránking. Las mujeres en España son el 60% del total de los estudiantes en las universidades y el 45% del mercado laboral. En la dirección funcional, el 22% está representado por el género femenino, un 16% de los consejeros son mujeres y tan sólo un 5% CEOs.
Las principales barreras para conseguir ese avance son, según cita el informe, la dificultad para conciliar, los sistemas de promoción no objetivos y la cultura. Para lograr que las iniciativas de diversidad de género tengan éxito en las empresas es fundamental gestionar el cambio cultural en la organización, posiblemente una de las tareas más difíciles.
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Para que un proyecto de diversidad de género funcione y consiga realmente unos objetivos, el informe señala tres elementos fundamentales a seguir: un business case claro que ponga de manifiesto por qué la iniciativa es estratégica para la compañía. El compromiso de la dirección, liderado por el CEO, que entiende, comparte e impulsa sin fisuras la iniciativa y un proceso planificado y riguroso, un plan de acción sólido y asociado tanto a la realidad como a la estrategia de la compañía.