Javier de Haro, psicólogo: "Para que tu hijo tenga buenos amigos, enséñale estas 5 lecciones"

Javier de Haro, psicólogo: « Para que tu hijo tenga buenos amigos, enséñale estas 5 lecciones »

Tu hijo no necesita tener veinte amigos, necesita dos o tres que le hagan bien. Acompañarle para reconocer quién cuida, cómo pedir paso en un grupo y cómo defender su “no” cambia su día a día en el patio. El psicólogo Javier de Haro condensa cinco lecciones sencillas que, practicadas en casa, abren puertas en el colegio y en el barrio.

A las 8:15, en la verja del cole, los grupos ya están formados. Un niño se queda a dos pasos, mochila cargada, mirando de reojo cómo otros pactan a quién le toca la pelota. Su padre le susurra “¿con quién jugarás hoy?”, y él encoje los hombros, esa mezcla de timidez y ganas de entrar. Cerca, una madre comenta un taller con Javier de Haro, psicólogo, sobre cómo ayudar a los peques a tejer relaciones sanas.

Dice que la amistad no es suerte, es práctica diaria. Sobre todo, cuando nadie te llama primero. La frase queda flotando entre los abrigos y los termos de café. La amistad se entrena.

Lección 1: Sé el amigo que te gustaría encontrar

Los niños copian lo que ven y lo que sienten. Si entienden que ser buen amigo es escuchar, esperar turnos y recordar el nombre del otro, despejan el camino. **Da el primer paso** no es presión, es un guion simple: “Hola, soy Dani, ¿jugamos al escondite o al balón?”. Pequeños rituales sociales reducen la incomodidad inicial.

Martina, 8 años, cambió de colegio en enero. Su madre practicó en casa “las tres llaves”: presentarse mirando a los ojos, hacer una pregunta fácil y proponer un juego concreto. La primera semana volvió triste, la segunda ya tenía una pareja de saltos a la comba. No hubo milagro, hubo ensayo. Un gesto breve, repetido, abrió la puerta que antes parecía cerrada.

Funciona porque aligeras la carga mental: no improvisas, sigues un camino. Cuando un niño tiene una frase-hogar a la que volver, el miedo se achica. Seamos honestos: nadie hace eso todos los días. Aun así, la constancia rinde más que el talento social espontáneo. Y cuando el otro te responde, el cerebro aprende que vale la pena intentarlo otra vez.

Lecciones 2 a 5: Límites, diferencias, reparación y valentía social

Javier de Haro propone un “semáforo social” para ordenar sensaciones y límites. Verde: sí quiero; amarillo: dudo y observo; rojo: paro, me voy o pido ayuda. Enseñar a decir “no me gusta ese juego” y a elegir otra cosa con calma suma calma a todos. **Límites claros** no son frialdad, son cuidado hacia uno mismo y hacia el grupo.

Los padres solemos entrar demasiado pronto a “arreglar” o a etiquetar a los “malas influencias”. A veces un conflicto es solo una conversación pendiente. Evita comparar: “¿por qué no eres como…?”, quiebra la confianza. Dale frases concretas: “No me gusta que me empujes, prefiero pasarla”, y después refuerza cuando lo intenta. Todos hemos vivido ese momento en que el patio parece una selva y uno quiere desaparecer.

Estas cuatro lecciones se suman a una quinta que a menudo olvidamos: la valentía social de invitar, proponer y sostener un pequeño rechazo sin venirse abajo. En casa se puede practicar con juegos de rol, muñecos, pelotas blandas o cartas improvisadas. A veces basta con recordar que no todo el mundo será tu amigo, y que eso también está bien. De Haro lo llama “acoger la diferencia”, no buscar clones. Aquí van, en corto, para pegar en la nevera.

“La calidad de las amistades de un niño depende menos de cuántos le eligen y más de cómo él aprende a elegir y a cuidarse en el vínculo”, resume Javier de Haro.

  • Lección 1: Ser amigo para tener amigos. Escucha, saluda, propón un plan simple.
  • Lección 2: Límite no es muro. Decir “no” sin gritar, retirarse sin culpar.
  • Lección 3: Acoger la diferencia. Jugar con quien no es como tú ensancha el mundo.
  • Lección 4: Reparar cuando te equivocas. “Perdón por empujar, ¿seguimos?”
  • Lección 5: Valentía social. Invitar, sostener un “no”, volver a intentarlo otro día.

Cuando la amistad se vuelve refugio

Las cinco lecciones no buscan que tu hijo sea popular. Buscan que se sienta seguro y capaz de elegir con quién estar, cómo estar, cuándo apartarse. *A veces, bastan diez segundos de valor para encontrar un amigo.* Ese poder, una vez probado, no se olvida. El patio deja de ser un examen para convertirse en un lugar de exploración.

Las amistades sanas no son siempre suaves; incluyen enfados y reconciliaciones. Ahí entra lo aprendido en casa: nombrar lo que pasa, reparar, volver al juego o cambiar de juego. Lo que hoy es una comba compartida, mañana será estudiar en equipo o poner límites a un comentario que hiere. La red se teje con hilos cortos y frecuentes.

Y aquí tú cuentas. No como entrenador gritón, sino como espejo paciente. Lee el cuerpo de tu hijo, celebra los intentos, no solo los goles. Si un día vuelve triste, acompaña sin diagnósticos. La amistad no se dicta, se acompaña. Y cuando llega, se nota en la cara. Brilla.

Point clé Détail Intérêt pour le lecteur
Guiones sociales breves Presentarse, preguntar, proponer un juego concreto Permite entrar en grupos sin bloquearse
Semáforo de límites Verde (sí), amarillo (dudo), rojo (paro/pido ayuda) Reduce conflictos y enseña autocuidado
Reparación y seguimiento Frases de disculpa + revisar lo ocurrido por la tarde Consolida aprendizajes y cuida los vínculos

FAQ :

  • ¿A qué edad empiezan las amistades “de verdad”?Antes de los 3 años hay juego paralelo; desde los 4-5 surge el juego cooperativo. Hacia los 7-8 aparecen afinidades estables y códigos propios de grupo.
  • Mi hijo no es invitado a los cumples, ¿qué hago?Observa si tiene al menos uno o dos vínculos en su día a día. Facilita encuentros cortos uno a uno en casa o el parque, y habla con el tutor para abrir oportunidades sin señalarle.
  • ¿Y si un amigo le trata mal?Enseña frases límite: “Así no juego”. Propón alejarse y buscar a otro compañero. Si se repite, informa al colegio y documenta lo ocurrido con fechas y ejemplos concretos.
  • Mi hijo es tímido, ¿forzo las quedadas?Empieza por microplanes de 30-45 minutos y un juego preparado. Elige niños con intereses similares. Sube el tiempo a medida que él lo pida. **Baja la exigencia** en días cansados.
  • ¿Cómo fomento la diversidad en sus amistades?Rotad juegos, incluid a quien no suele entrar, y hablad en casa de diferencias como riqueza. Modela tú: saluda a otros padres, invita a niños distintos del círculo habitual.

1 thought on “Javier de Haro, psicólogo: « Para que tu hijo tenga buenos amigos, enséñale estas 5 lecciones »”

  1. Article super clair, merçi ! L’idée des “trois clés” (se présenter, question simple, proposer un jeu) me parle. On a testé ce soir avec ma fille et, ooops, c’est moi qui bloque plus qu’elle… Je retiens le côté routine pour baisser la charge mentale. Beau rappel: la constance > le ‘talent social’.

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