Tu lavadora es “inteligente”, sí. Aun así, hay un botón pequeño, escondido entre iconos y palabritas técnicas, que casi nadie toca. Ese botón orquesta tus lavados mientras duermes, baja el coste en la factura y te devuelve minutos que creías perdidos.
El sábado por la mañana vi a una vecina empujar el cesto de ropa con el pie, como quien arrastra un secreto. Miraba el tambor girar con cierta resignación, café en mano, programando mentalmente todo lo que no iba a hacer durante esas dos horas. Todos hemos vivido ese momento en que la lavadora impone su ritmo y tu día se encoge.
La vi acercar el dedo al panel y vacilar. Pasó por “Algodón”, dudó en “Eco 40–60”, volvió a “Rápido 30’”. No encontró lo que necesitaba: libertad. El truco estaba a un toque. Una función ignorada, a la altura de su pulgar. La clave estaba a un pulgar de distancia.
El botón que casi nadie pulsa: “Inicio diferido” o “Fin en”
La idea es sencilla: que la colada empiece sola cuando a ti te conviene. No cuando la lavadora quiere. El botón “Inicio diferido” programa el arranque dentro de unas horas. Su primo, “Fin diferido” o “Termina en”, hace magia inversa: tú eliges la hora de fin y la máquina calcula todo lo demás.
Piensa en un lunes cualquiera. Sales de casa a las 8:10, vuelves a las 19:20 con la cabeza llena. Programas la lavadora a las 7:00 para que termine a las 7:50, justo mientras te duchas. Tiendes la ropa antes de salir, sin retrasos. Hay otro escenario: la pones de noche en horas valle y despiertas con la colada lista, el tambor aún tibio. Según la OCU, lavar en tramos de menor coste puede rebajar la factura de ese ciclo en torno a un 20–40% según tu tarifa.
¿Dónde está el ahorro real? En dos frentes. Energía: desplazas el consumo a horas con precio bajo o con mejor producción solar si tienes placas. Tiempo: el ciclo sucede mientras duermes o trabajas, no mientras esperas. Muchas lavadoras nuevas ajustan agua y velocidad al detectar la carga, y el diferido conversa bien con esos sensores. No es futurismo. Es un botón pequeño, ignorado, que ordena tu día y adelgaza la factura.
Cómo usarlo hoy para ganar horas y pagar menos
El gesto es concreto. Carga la ropa, añade detergente y elige el programa. Pulsa “Inicio diferido” para definir cuántas horas faltan hasta que empiece, o “Fin en” para marcar la hora exacta en que quieres abrir la puerta. Si tienes tarifa con horas valle, apunta esos intervalos en la nevera y alinea el final con tu rutina: al despertar o justo al volver. Lo que haces hoy, lo paga tu factura de mañana.
Errores comunes que se perdonan. Dejar la colada olvidada dentro hasta el mediodía, mojarla con suavizante extra “por si acaso”, programar un ciclo largo cuando solo había tres camisetas. Seamos honestos: nadie limpia el filtro ni revisa la goma todos los días. Un par de hábitos ayudan: abre un poco la puerta al terminar para que respire, limpia el cajetín una vez al mes, usa la función antiarrugas si vas a tardar en tender. Tu futuro yo lo agradecerá.
Hay una curva de confianza. Las primeras veces, la duda asoma: “¿Arrancará a tiempo?, ¿se quedará la ropa arrugada?”. Tranquilo. El algoritmo de tu lavadora no busca complicarte la vida, busca coordinarse contigo.
“Desde que uso ‘Fin en’, ya no espero a la lavadora. La lavadora me espera a mí,” me dijo una madre con dos peques y un calendario en guerra permanente.
- Programa en horas valle: pagas menos por la misma colada.
- Elige “Fin en” cerca de tu despertar: menos arrugas, cero esperas.
- Activa aclarado extra si lavas de noche y tienes piel sensible.
- Mantén baja la temperatura: 20–30 ºC funciona para la mayoría.
- Usa dosificación automática si la tienes: evita repeticiones y ahorra detergente.
Lo que cambia cuando lo conviertes en hábito
Primero notas la calma. La lavadora deja de dictar tus horarios. El cesto se vacía en momentos muertos y tu mañana recupera aire. Luego viene el bolsillo. Un mes, dos, tres, y el consumo se reordena hacia horas con precio amable, sin que tú estés ahí mirando el tambor. Tu cabeza se despeja porque hay un piloto automático trabajando a la misma hora cada semana. Y aparece un detalle inesperado: lavas con menos prisa, eliges mejor el programa, te reconcilias con el sonido del centrifugado. No es solo tecnología. Es una pequeña coreografía doméstica que te da control. Y control, en días apretados, sabe a victoria.
| Punto clave | Detalle | Interes para el lector |
|---|---|---|
| Botón “Inicio/Fin diferido” | Programa el arranque o la hora exacta de fin | Cero esperas y colada lista cuando te conviene |
| Tarifa y horas valle | Desplaza el consumo al tramo más barato | Pagar menos luz sin cambiar de hábitos grandes |
| Buen uso del programa | Temperatura 20–30 ºC y carga real | Ahorra tiempo, agua y alarga la vida de tu ropa |
FAQ :
- ¿Ese botón existe en todas las lavadoras inteligentes?En casi todas hay una variante: “Inicio diferido”, “Programa”, “Delay”, “Fin diferido” o “Termina en”. Cambia el nombre, no la esencia.
- ¿Ahorra tiempo si el ciclo dura lo mismo?Tu día sí gana tiempo. El ciclo corre cuando duermes o trabajas, no te roba dos horas activas. Tu agenda manda.
- ¿Y si mi ropa sale arrugada por esperar dentro?Elige “Fin en” cerca de tu hora de tender, activa antiarrugas o un giro final. Si vas a tardar, deja la puerta entreabierta al terminar.
- ¿De verdad baja la factura?Si tu tarifa tiene tramos, lavar en horas valle reduce el coste por kWh. Con placas solares, alinea el fin con el pico de producción de la mañana.
- ¿Qué pasa con el olor a humedad?Usa menos detergente, preferencia por 20–30 ºC con buen detergente, y saca la colada pronto al terminar. Un ciclo de limpieza del tambor cada mes evita olores.



Gracias por el tip: llevaba meses ignorando ese botón. Hoy probé “Fin en” y pude tender antes de salir. Se nota.