Cada vez que vas al súper, hay más etiquetas blancas" : cómo Mercadona arrastra a Carrefour y Dia

« Ahora todas lo hacen, pero la primera fue Mercadona » : Mercadona marcó el camino: Carrefour, Dia y Eroski se rinden al poder de la marca blanca

Entre pasillos con marcas conocidas arrinconadas y precios que bailan, millones de hogares cambian hábitos sin darse cuenta cada mes.

La escena se repite en cada barrio: más espacio para la marca blanca, menos hueco para logos de siempre y precios que invitan a probar. El cambio ya no es coyuntural. Es una apuesta estratégica que lleva años cocinándose y que hoy define cómo compras, qué ves en el lineal y cuánto pagas por tu cesta.

La nueva normalidad de la marca blanca

En España, las enseñas propias han dejado de ser un recurso de ahorro de emergencia. Se consolidan como primera opción. Según datos de Worldpanel by Numerator, la marca blanca ya supone el 54% del total de ventas en gran consumo. Esa cifra no es un pico. Es el resultado de más de dos décadas de avance sostenido.

La marca blanca alcanza el 54% del gasto en gran consumo y desplaza a las marcas tradicionales del centro del lineal.

La ecuación combina tres fuerzas: percepción de calidad suficiente, surtidos más simples que reducen el tiempo de decisión y presión del bolsillo tras varios años de inflación. Las cadenas que dominaron ese triángulo han ganado cuota con rapidez.

El modelo que marcó Mercadona

Mercadona fue la primera en convertir su marca propia en columna vertebral de su propuesta. Hoy, Hacendado, Deliplus o Bosque Verde concentran el 77,8% de sus ventas. El mensaje es claro: controlar el surtido y la producción estabiliza precios y asegura la rotación.

Surtido corto y control del lineal

El llamado surtido corto elimina duplicidades, acelera la logística y sube el peso de la marca del distribuidor. El cliente se encuentra menos opciones y una promesa de relación calidad-precio directa. Lidl llevó esa lógica aún más lejos: el 80,7% de sus ingresos procede de productos propios. Aldi pisa el acelerador y eleva su proporción al 74,5% tras un año de ajustes.

Las cadenas de surtido corto concentran ya más del 37% del mercado, apoyadas en su dominio de la marca blanca.

Carrefour, Dia y Eroski cambian de marcha

Los generalistas tradicionales se mueven. Dia salta del 54,2% al 65,1% en dos años. Carrefour, Eroski y Consum suman entre tres y seis puntos, con mejoras visibles en packaging, gama saludable y conveniencia. Solo Alcampo mantiene un equilibrio más claro, con el 23,8% de cuota de su marca, aunque refuerza su presencia propia en lineales sensibles al precio.

Quién vende qué: los números que te afectan

Cadena Peso de marca propia en sus ventas Movimiento reciente
Lidl 80,7% Ligera corrección, liderazgo en surtido corto
Mercadona 77,8% Sube casi 5 puntos en dos años
Aldi 74,5% Desde 68,8% en 2023
Dia 65,1% +10,9 puntos en dos años
Carrefour Al alza +3 a +6 puntos según familia
Eroski Al alza Refuerzo de gama saludable y local
Alcampo 23,8% Modelo más equilibrado, pero con expansión propia

Qué hay detrás del auge: precio, percepción y proceso

El consumidor ya no iguala precio bajo con mala calidad. Las pruebas de sabor internas, los controles de proveedores y el rediseño de envases han subido el listón. El fabricante que produce para terceros aporta conocimiento técnico. El distribuidor aporta datos de rotación y poder de negociación. Ese ensamblaje genera márgenes estables y lanza innovaciones con menos riesgo.

El modelo también reordena el supermercado. Menos referencias reduce rupturas de stock y simplifica la compra. La decisión tarda menos. El precio final se comprende mejor. El ticket baja de forma perceptible en categorías de alto consumo.

Menos variedad no siempre significa menos calidad. Significa que la tienda decide por ti qué opciones sobreviven en cada pasillo.

El reverso para las marcas de siempre

Las marcas de fabricante pierden visibilidad. Su dependencia del lineal del distribuidor aumenta. La negociación se endurece y los costes de promoción suben. Algunas se refugian en nichos premium o en formatos que la marca propia tarda más en copiar. Otras fabrican, en silencio, para la marca del distribuidor y aseguran volumen sin logo.

El riesgo evidente es la menor diversidad. Si el modelo de surtido corto se impone, la innovación independiente tiene menos hueco. El crecimiento se decide en reuniones de compra, no siempre en el mercado. A largo plazo, eso puede frenar novedades que no encajan en la ecuación de rotación rápida.

Cómo te afecta a ti: dónde ahorrar sin perder calidad

La marca del distribuidor ofrece ahorros de dos dígitos en familias concretas. El impacto real depende de tu cesta. Estas pistas ayudan a separar valor de simple efecto precio.

  • Limpieza y cuidado del hogar: fórmulas equivalentes, diferencia de precio clara. Ahorro alto y estable.
  • Conservas y secos: producto estandarizado, control por lotes. Buen terreno para bajar el ticket.
  • Lácteos: mejoras notables en sabor y textura. Revisa proteínas, azúcares y origen de la leche.
  • Frescos procesados: variabilidad mayor. Mira fecha de elaboración y porcentaje de materia prima.
  • Aceite de oliva: volatilidad de costes. La marca propia amortigua subidas, pero compara variedades y acidez.

Ejemplo práctico. Una cesta mensual de 250 euros que migra un 60% a marca blanca con ahorro medio del 18% recorta unos 27 euros. En un año, más de 300 euros. Si concentras el cambio en limpieza y despensa seca, el recorte se sostiene sin sacrificar preferencias en caprichos de marca.

Qué están afinando las cadenas

Calidad, nutrición y formatos

Los distribuidores empujan líneas premium, recetas con menos azúcar y sal, y porciones adaptadas a hogares pequeños. También crecen los envases reciclables y la información nutricional visible. Esa suma refuerza la percepción de confianza y justifica subir un escalón de precio cuando hace falta.

Datos, logística y precios

Las cadenas cruzan datos de fidelidad con rotación semanal. Ajustan el surtido por barrio. Acortan la cadena de suministro y reducen mermas. El resultado aparece en etiquetas más estables que las de la competencia de fabricante, sobre todo en básicos de alta demanda.

Lo que viene en 2025

Más marca propia con sello local, acuerdos con productores de proximidad y gamas funcionales para dietas específicas. Verás pruebas piloto de precios dinámicos en horas valle, más referencias de refrigerado listo para consumir y un empuje constante del canal online para compra repetitiva de básicos.

El cliente se quedará con dos ideas: paga menos por lo que compra mucho y reserva la marca de siempre para lo que le emociona.

Para ampliar el foco

Si buscas optimizar tu compra, anota tres métricas por producto: precio por kilo o litro, lista de ingredientes en las tres primeras posiciones y país de origen. Con esa regla, la comparación entre marca blanca y fabricante gana transparencia. Si pruebas un artículo y no te convence, cambia de cadena: la competencia entre Mercadona, Carrefour, Dia o Eroski hace que las recetas no sean idénticas.

Para proveedores medianos, fabricar para marca del distribuidor reduce riesgo comercial y asegura volumen, pero exige eficiencia y flexibilidad. Un contrato bien negociado puede financiar una línea de innovación propia. El equilibrio pasa por no depender de un solo cliente y reservar capacidad para series cortas que aporten margen.

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