De dónde proceden las 131.000 toneladas de naranjas que venderá Mercadona en los próximos 12 meses

De dónde proceden las 131.000 toneladas de naranjas que venderá Mercadona en los próximos 12 meses

Mercadona promete vender **131.000 toneladas** de naranjas en los próximos 12 meses, una cifra que cabe en miles de palés, millones de piezas y una pregunta muy concreta: ¿de dónde sale todo ese frescor cítrico que termina en nuestras bolsas de la compra? Hablamos de huertas, de rutas de frío, de ventanas de cosecha y de un engranaje que conecta pueblos naranjeros con barrios que se despiertan temprano.

La escena se repite a las siete de la mañana en un supermercado de barrio: palés recién bajados del camión, mallas de tres kilos, etiquetas con “Origen España”, manos que tocan la piel gruesa y brillante, probando el peso como quien evalúa un secreto. Una trabajadora comenta, sin dejar de reponer, que hoy vienen de la Ribera del Xúquer y que ayer eran de Huelva, que en cuanto aprieta el calor cambian las variedades, que el calendario manda. Huelen a campo recién regado. Un cliente pregunta por la mejor para zumo y otro por la que sale dulce para postre; el encargado responde con seguridad y una sonrisa cansada. La respuesta no es una sola finca.

De qué huertas salen las 131.000 toneladas

La mayor parte de las naranjas que ves en Mercadona nace en suelos familiares: Comunidad Valenciana, Andalucía y Región de Murcia, con una aportación menor de Tarragona y del Algarve portugués cuando la ventana nacional se estira por necesidad. En la práctica, el corazón del volumen late en Valencia y Castellón con las Navelinas de arranque, salta al Valle del Guadalquivir con Salustianas y Lane Late, y remata con Valencia Late en mayo-julio en zonas más tardías. Hablamos de un mosaico de cooperativas y empresas de IV y V generación, con fincas que han aprendido a convivir con menos agua, calor más temprano y una presión de costes que no sale en la etiqueta.

Para aterrizarlo: una central citrícola de la Ribera puede calibrar 200.000 kilos al día en plena campaña, clasificados por tamaño y color mediante cámaras que parecen ojos enormes, con lotes que salen hacia plataformas logísticas cercanas a Valencia, Sevilla o Antequera. Un camión tipo carga entre 20 y 24 toneladas, así que esa cifra anual equivale a miles de viajes y a más de **600 millones de naranjas** si calculas un peso medio de 180-220 gramos por pieza. Lo que llega al lineal pasó antes por duchas templadas, cera alimentaria o no —según el destino— y una trazabilidad que deja huella de la parcela al ticket.

La foto cambia con los meses porque el árbol marca el ritmo: de noviembre a abril reina España, desde mayo aguanta el tipo con Lanes y Valencia Late, y entre agosto y octubre la continuidad se cubre con Hemisferio Sur —sobre todo Sudáfrica y, algunos años, Uruguay o Argentina— para que no falten naranjas de mesa ni de zumo. No hay magia, hay calendario, Brix y acidez, contenedores refrigerados y controles fitosanitarios en puertos como Algeciras o Valencia. El reparto no es fijo, la climatología manda y una ola de calor en floración puede mover porcentajes de una campaña a otra; el precio que pagas en caja también cuenta esta historia sin decir palabra.

Del árbol al lineal: método y pequeños trucos

El método empieza días antes de cortar: catas de Brix/acidez sobre el árbol, cortes de muestra, catas de panel y un visto bueno que no lo da un ordenador sino una persona con paladar entrenado. La recolección se coordina por parcela y variedad para que la fruta llegue a confección en menos de 24 horas, con rutas de frío que evitan picos de temperatura, y un equilibrio de calibres para mesa y para zumo que decide si ves malla de 3 kilos o granel al peso. Lo técnico suena frío, pero debajo hay manos con tijera y una gangorra que separa frutos como quien separa historias.

En casa, el truco es sencillo: compra por uso y por semana, no por impulso, y elige la variedad que mejor se adapte a tu paladar en ese momento del año. Si quieres dulzor amable, busca Navelina y Lane; si buscas zumo intenso y rendimiento, la Valencia Late no falla y mezcla bien con mandarinas tardías para redondear el sabor. Seamos honestos: nadie hace eso todos los días. Todos hemos vivido ese momento en que compras una malla grande “porque sí” y luego te pasas dos semanas persiguiendo a la fruta por la cocina.

Hay errores que se repiten y se perdonan: meterlas en la nevera sin necesidad, lavarlas al llegar a casa y dejarlas húmedas, apilarlas en un bol sin ventilación, querer que una Salustiana sepa a Navelina. La naranja se conserva mejor a temperatura ambiente y sombra, sin bolsas cerradas, con cierta distancia entre piezas, y si está encerada basta un enjuague antes de consumirla, no hace falta ritual. Origen, variedad y lote son tus tres palabras mágicas para acertar sin ser experto.

“No buscamos la naranja perfecta; buscamos que la experiencia sea constante, semana a semana”, me dijo un responsable de compras, mientras olía una fruta como quien reconoce una vieja canción.

  • Origen: España en temporada; Hemisferio Sur en ventana corta de verano.
  • Variedad: Navelina, Lane Late, Salustiana, Valencia Late; cambia el perfil de sabor.
  • Calibre: más grande para mesa, medio para equilibrio, pequeño rinde bien en zumo.
  • Lote y fecha: trazabilidad para entender de qué campaña y corte proviene.
  • Confección: malla, granel o caja; cada formato respira distinto.

Lo que viene: preguntas abiertas y oportunidades

La cadena que permite esas 131.000 toneladas vive un momento delicado y lleno de opciones: agua más cara y escasa, costes de energía que bailan, competencia de importaciones baratas y un consumidor que pide cercanía, sabor y precio a la vez. La solución no es un eslogan; pasa por contratos estables con agricultores, riego eficiente gota a gota, variedades que aguantan calor sin perder dulzor, logística con menos emisiones y un sistema de información honesto en la etiqueta que te cuente por qué hoy la naranja sabe a esto y mañana a aquello. Puedes elegir con el ojo, pero también con la curiosidad: preguntar por la variedad, probar lotes distintos, combinar piezas para tu zumo, compartir reseñas de sabor casi como si fueran notas de vino; ahí hay comunidad, y también un mensaje que viaja de la tienda a la huerta, por el mismo camino que recorren las cajas.

Punto clave Detalle Interes para el lector
Origen principal Comunidad Valenciana, Andalucía y Murcia, con apoyo puntual del Algarve Entender qué es “proximidad” y cuándo lo es
Ventana de importación Agosto-octubre desde Hemisferio Sur, para continuidad No quedarte sin zumo en verano y saber por qué cambia el perfil
Variedades y usos Navelina/Lane Late para mesa; Valencia Late rinde en zumo Elegir mejor según tu gusto y el momento

FAQ :

  • ¿Cuándo son españolas las naranjas de Mercadona?Mayormente de noviembre a junio, con prolongación a julio según variedad y zona; el resto del año se cubren huecos con fruta del Hemisferio Sur.
  • ¿Qué porcentaje es nacional frente a importación?La gran mayoría del volumen anual procede de huertas españolas, y una fracción menor llega entre agosto y octubre para mantener surtido continuo.
  • ¿Por qué a veces leo Sudáfrica en la etiqueta?Porque la temporada española baja en pleno verano y se recurre a proveedores del Sur para no romper la disponibilidad; la etiqueta lo debe indicar siempre.
  • ¿Qué significa “Categoría I” en la malla?Es un estándar comercial: fruta con buen aspecto y calidad interna adecuada, permitiendo leves defectos superficiales que no afectan al consumo.
  • ¿Cómo conservo la naranja en casa para que dure más?A temperatura ambiente y sombra, sin apilar en exceso, con ventilación; si hace mucho calor, puedes usar la nevera en cajón de frutas y sacarlas un rato antes de comer.

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