Hace falta ser..." : ¿también celebras Acción de Gracias mientras desdeñas el 12 de octubre?

Hace falta ser…» : ¿también celebras Acción de Gracias mientras desdeñas el 12 de octubre?

Las costumbres viajan más rápido que nunca y transforman nuestra mesa, las compras y las conversaciones familiares.

La expansión del **Día de Acción de Gracias** en España ha dejado de ser anecdótica. Restaurantes lanzan menús de pavo, supermercados preparan promociones y las series refuerzan el ritual. En medio de ese clima, la advertencia de **Arturo Pérez-Reverte** en X, con su “Hace falta ser…”, reabre una pregunta incómoda: ¿por qué asumimos lo ajeno con entusiasmo mientras discutimos lo propio, como el **12 de octubre**?

Qué ha dicho Pérez-Reverte y por qué ahora

El escritor tomó la iniciativa en **X (antes Twitter)** para señalar la contradicción: aplaudimos la moda de **Acción de Gracias** mientras convertimos el **Día de la Hispanidad** en un motivo de disputa constante. Remató con un “Hace falta ser…”, una frase cortante que actúa como espejo. La reflexión no se queda en el exabrupto. Interroga un hábito creciente: **importamos celebraciones** con facilidad, pero **cuestionamos** las que forman parte de nuestra historia.

El foco del debate no es un pavo ni una bandera: es qué celebramos juntos y por qué lo hacemos.

El contexto ayuda a entender la chispa. **Acción de Gracias** nace de un relato colonial del siglo XVII y se institucionaliza en Estados Unidos en el XIX. Su modernización llega con cenas familiares, retransmisiones, fútbol y un anzuelo de consumo masivo: **Black Friday**. En España, esa mezcla de mesa y rebajas ha calado con rapidez. Mientras, el **12 de octubre** arrastra discusiones sobre memoria, legado y **identidad** nacional.

Una grieta cultural: importar fiestas, discutir las propias

El Día de Acción de Gracias, de serie a salón

El fenómeno se entiende por varias palancas. Las plataformas normalizan el ritual del pavo. La restauración crea experiencias cerradas. Las familias jóvenes buscan excusas para reunirse sin carga política. Y el comercio hila la semana con descuentos. Muchos no lo ven como una adhesión a Estados Unidos, sino como un pretexto amable para brindar por la **gratitud**.

La globalización simplifica protocolos: si funciona en pantalla y en tienda, se instala en casa.

El 12 de octubre, fecha disputada

El **12 de octubre** condensa más capas. Para unos, es un hito histórico que marcó la relación con América y una fecha de comunidad. Para otros, es una herida que exige revisión y **contexto**. Esa fricción convierte la jornada en una conversación áspera, y muchos optan por retirarse. El contraste con Acción de Gracias, que llega sin carga local, se vuelve evidente.

Qué late detrás de la polémica

La reflexión de **Pérez-Reverte** plantea un encaje difícil: ¿se puede celebrar una tradición importada sin menosprecio a las propias? Sí, si distinguimos entre ritual, memoria y consumo. Y si el debate no se reduce a trincheras.

  • Separar celebración privada de reivindicación pública ayuda a bajar la tensión.
  • Revisar críticamente el pasado no invalida reconocer su **valor histórico**.
  • Adoptar ritos nuevos no exige borrar **tradiciones** previas.
  • La escuela y los medios pueden aportar **contexto** sin adoctrinar.
  • La mesa une cuando explica lo que se come y por qué se brinda.

Lo que está pasando, en una mirada comparada

Fiesta Origen y fecha Cómo se vive hoy en España
Día de Acción de Gracias Relato colonial anglosajón; cuarto jueves de noviembre Menús de pavo, reuniones informales, conexión con Black Friday
12 de octubre Hito histórico de 1492 Actos institucionales, debate ciudadano, preguntas sobre **memoria** e **identidad**
Navidad Tradición cristiana; 24-25 de diciembre Rito familiar consolidado, consumo estacional, símbolos compartidos

¿De qué hablamos cuando hablamos de gratitud?

La **gratitud** se puede anclar a lo próximo. Si una familia decide reunir a los suyos en noviembre, puede hacerlo con códigos propios. No hace falta reproducir un menú norteamericano ni una estética televisiva para celebrar que nos tenemos.

Gratitud no es importar una fecha: es cuidar la memoria que sostiene a quienes se sientan a la mesa.

Ideas para una celebración con sello local

  • Elegir productos de temporada: **calabaza**, setas, castañas, aceite nuevo, cítricos.
  • Contar una historia por plato: de dónde viene, quién lo produce, qué significa en tu familia.
  • Reservar un brindis por las personas mayores y otro por los que faltan.
  • Invitar a vecinos o amigos que viven solos y abrir la casa sin etiquetas.
  • Dedicar diez minutos a agradecer logros pequeños del año, por escrito.

¿Y el 12 de octubre? Tres claves para no hablar en círculos

Primero, aceptar que existen lecturas distintas del pasado. La **historia** admite matices. Segundo, mantener actos cívicos que expliquen el periodo con fuentes y rigor, lejos de proclamas. Tercero, usar el calendario para educar, no para agotar al público en polémicas repetidas.

La observación de **Pérez-Reverte** conecta con esa agenda. No pide prohibir nada. Invita a medirnos con una vara coherente: si abrazamos **Acción de Gracias** por su carga afectiva, conviene dar a las fechas propias un espacio menos bronco y más explicativo. A la vez, conviene que las instituciones abandonen el tono épico vacío y apuesten por **pedagogía** cultural.

Una propuesta práctica para familias y colegios

Quien impulse una cena de noviembre puede ensayar un formato mixto. Cinco minutos de “por qué agradezco esto” por persona, un plato local protagonista y una mención a una tradición de la casa. En aulas, una dinámica sencilla: cada alumno trae un objeto que represente un intercambio España-América; se cuenta su historia y se ubica en un mapa. Nadie impone un relato único y todos conectan pasado y presente.

Si te preocupa el coste, fija un tope por comensal y ajusta el menú a la estación. Un asado de ave con verduras y pan artesano funciona igual de bien que un pavo entero. Un postre con **calabaza** o membrillo sustituye tartas importadas sin perder el gesto. La autenticidad no depende del recetario, sino del propósito compartido.

El debate seguirá vivo. La diferencia la marcará cómo lo conversamos en casa, en clase y en la calle. Y ahí la interpelación de **Pérez-Reverte** encuentra su lugar: menos ruido, más criterio, y una pregunta directa para cada lector. ¿Qué celebras tú cuando te sientas a la mesa?

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