Un mensaje breve, escrito con aparente cercanía, recorre tus chats y abre la puerta a pérdidas y suplantaciones cada día.
Llega sin ruido, pide poco y suena normal. Empieza con educación y termina con prisas. El guion está pensado para que confíes, respondas y cometas un error que los delincuentes convierten en acceso a tu **WhatsApp**, a tus datos y, a veces, a tu dinero.
Qué hay detrás del «hola, ¿puedo…?»
El nuevo gancho funciona porque apela a la cortesía. Tras el primer “**Hola, ¿puedo hacerte una pregunta?**”, el impostor adapta el discurso: dice que es un familiar con móvil nuevo, un compañero con urgencia, un agente de soporte o alguien de una marca conocida. Su objetivo no es conversar, es que ejecutes una acción: enviar dinero, compartir **códigos de verificación**, abrir un enlace o remitir una foto de tu documento.
La pieza central es la **ingeniería social**. El ciberdelincuente observa tus respuestas, copia tu forma de hablar y crea un contexto que parezca real. Introduce presión temporal, evita que verifiques y dirige la conversación hacia un único destino: que entregues algo de valor.
Regla de oro: nunca compartas el **código de seis dígitos** de WhatsApp. Quien lo tiene, controla tu cuenta.
Cómo te atrapan paso a paso
- Inicio neutral: un saludo educado para abrir la puerta.
- Creación de vínculo: se hace pasar por alguien cercano o por un empleado de soporte.
- Urgencia: un problema “imprevisto” que exige actuar ya.
- Petición concreta: dinero, **códigos**, fotos de tarjetas, o pulsar un enlace acortado.
- Cierre: agradecimiento y desaparición, mientras tu cuenta queda en sus manos.
Señales que debes detectar en segundos
- Número desconocido o cambio de número sin aviso previo.
- Solicitan **datos sensibles** o transferencias al poco de empezar la charla.
- Te piden que no llames y que sigas en chat “para ir más rápido”.
- Mensajes que simulan ser de soporte de **WhatsApp** o de una marca, sin verificación oficial.
- Enlaces acortados, faltas de ortografía y frases genéricas que valen para cualquiera.
| Señal | Qué hacer ahora |
|---|---|
| “Soy tu primo, cambié de número” | Llama al número real que ya tienes guardado y confirma por voz |
| Te piden el código de verificación | Bloquea el chat y activa la **autenticación en dos pasos** |
| Enlace acortado o archivo inesperado | No abras; verifica por otro canal y usa un analizador de enlaces |
| Supuesto agente de soporte | Recuerda que **WhatsApp** no pide códigos por chat ni por SMS |
| Urgencia para hacer una transferencia | Espera, llama y pide una prueba que solo tu contacto real conocería |
Si hay prisa, baja el ritmo: cambia a una llamada, pide un audio y gana tiempo para verificar.
El secuestro de cuentas y el fraude en cadena
La técnica más lucrativa es el **secuestro de cuentas de WhatsApp**. Te llega un SMS con un **código de seis dígitos** y, acto seguido, el impostor te lo pide “para verificar tu identidad”. Si lo envías, perderás el control del chat. Con tu cuenta, el estafador escribe a tus contactos y multiplica el daño. Ese acceso, además, actúa como llave maestra: muchas personas vinculan su **WhatsApp** a correo, redes sociales y servicios en la nube. Hablamos de **fraude en cadena**.
Cuando los delincuentes consiguen ese punto de apoyo, intentan restablecer contraseñas, solicitar nuevos códigos y pedir dinero haciéndose pasar por ti. Por eso, activar la **autenticación en dos pasos** con un PIN único corta gran parte del riesgo.
Magnitud del problema y por qué te afecta
Los datos confirman la escala del fenómeno. Según el **Ministerio del Interior**, entre enero y junio de 2025 se registraron más de **211.000 delitos informáticos** en España. A eso se suma la filtración de más de **11 millones de números** utilizados en campañas por **WhatsApp** y redes sociales. Esas bases permiten mensajes cada vez más creíbles: nombres, horarios y hábitos que encajan contigo.
Datos filtrados, ingeniería social y urgencia: la combinación perfecta para que cedas sin darte cuenta.
Qué hacer si ya respondiste o compartiste un código
- Recupera tu cuenta: solicita el código de **WhatsApp** de nuevo e inicia sesión cuanto antes.
- Activa la **verificación en dos pasos** y crea un PIN diferente al de tu teléfono.
- Revoca sesiones en “Dispositivos vinculados” y cierra todo lo que no reconozcas.
- Avisa a tus contactos de que ignoren mensajes recientes y que te llamen si dudan.
- Revisa correo, redes y nube: cambia contraseñas y habilita 2FA en todos los servicios críticos.
- Si hubo pagos, contacta con tu banco y solicita bloqueo, retrocesos o alertas de operaciones.
- Denuncia para dejar rastro y aportar pruebas de suplantación.
Configuraciones que blindan tu día a día
- En **WhatsApp**: verificación en dos pasos, bloqueo con huella o rostro y control de “Privacidad”.
- En el móvil: actualizaciones automáticas y pantalla de bloqueo con código robusto.
- En tus cuentas: contraseñas únicas y largas con gestor de contraseñas, nunca repetidas.
- Hábitos: desconfía de premios, reembolsos y “problemas de envío” que piden acción inmediata.
Pistas prácticas para verificar sin caer
Diseña un “**protocolo familiar**” simple: una palabra clave que solo conocéis tú y tus contactos de confianza. Úsala cuando alguien pida dinero o códigos. Los impostores se bloquean cuando no pueden superar esa pregunta.
Aprende a reconocer cuentas de empresa: los perfiles verificados en **WhatsApp Business** incluyen indicadores, pero la marca verde no es una garantía absoluta. Valida promociones y avisos por el canal oficial de la compañía, no desde el chat que te escribe.
Guion rápido que funciona
- Ante la duda, pide un audio o llama: la voz revela suplantaciones.
- Nunca compartas códigos, ni fotos de tarjetas, ni documentos por chat.
- Comprueba el número en tu agenda: la ficha de tu contacto real no cambia sola.
- Haz una pregunta personal imposible de conocer por un extraño.
Más allá de WhatsApp: dónde se repite el patrón
La misma estrategia viaja por SMS, correo y mensajería en redes. Cambia la excusa, no la técnica. Verás intentos de soporte bancario, entregas de paquetería, falsas multas o cupones. El antídoto se repite: calma, verificación por canal alternativo y cero **códigos** compartidos.
Tu mejor defensa es el tiempo: cuando no corres, los fraudes pierden eficacia.
Información útil para ampliar tu protección
- Prueba un “ensayo de estafa” en casa: simula el chat con alguien de confianza y entrena respuestas.
- Crea alertas en tus bancos para importes bajos: detectarás movimientos anómalos antes.
- Activa backups encriptados de **WhatsApp** y protégelos con contraseña única.
- Anota las señales de phishing que ya te han funcionado para identificarlas en el futuro.



Excellent rappel. La règle d’or “ne jamais partager le code à 6 chiffres” devrait s’afficher sur WhatsApp par défaut. J’ai activé l’authentification à deux étapes et adopté un petit “protocole familial” comme vous conseillez. Franchement, l’ingénierie sociale est si bien faite qu’on se fait avoir quand il y a de la prîse et de l’émotion. Merci pour les étapes claires.