Marc y Jordi fundaron Leonart Motors, las 'Harley españolas' de 125 cc que se venden por 4.000 euros: triunfan en Suiza y Japón

Marc y Jordi fundaron Leonart Motors, las ‘Harley españolas’ de 125 cc que se venden por 4.000 euros: triunfan en Suiza y Japón

Dos amigos de Barcelona montaron una marca de motos con alma cruiser, cilindrada humilde y estética de gran ruta. Venden por unos 4.000 euros, suenan a carretera abierta y han encontrado fans a miles de kilómetros. La pregunta no es si son bonitas. La pregunta es por qué están triunfando fuera antes que dentro.

La nave huele a metal caliente y a pintura recién secada. Jordi traza con la mano el perfil del depósito como si estuviera peinando un gato nervioso; Marc mira de reojo una videollamada con un distribuidor de Tokio, que asiente cada vez que el motor arranca con ese gorgoteo grave que no esperas de una 125. En la pared, fotos de clientes posando con sus motos, desde la Costa Brava hasta los suburbios de Zúrich.

*El olor a gasolina limpia te pega una sonrisa boba*.

Todos hemos vivido ese momento en que te subes a algo pequeño que te hace sentir grande. ¿Qué están haciendo distinto?

De la chispa a la carretera: por qué una 125 puede parecer una gran touring

El truco de Leonart Motors no nace en una hoja Excel, sino en la mirada: construir una 125 que no quiere fingir ser una deportiva, sino una cruiser pequeña con presencia. La postura baja, las estriberas adelantadas y una distancia entre ejes más larga que la media hacen el resto. **Son 125 que no parecen 125.** En fotos engañan, en persona convencen. Al final, lo que te vende una moto así no son cifras, es una promesa. Ir despacio, pero ir con estilo. Moverte por la ciudad como si salieras de ruta cada tarde.

Un vendedor suizo nos cuenta la escena típica: llega un cliente con el permiso A1 o con el B convalidado, quiere una moto que no le intimide y que no parezca una scooter con carenado. Se sube a una Daytona 125, toca el suelo con ambos pies, arranca y descubre un sonido grave gracias al escape trabajado. Vuelve a la semana, casco brillante y guantes nuevos. En Japón pasa algo parecido, con otro paisaje: callejones estrechos, parkings diminutos, obsesión por el detalle. Las 125 mandan en muchas ciudades, y una cruiser con sabor europeo es una rareza buscada.

La lógica, vista de cerca, no tiene magia. Chasis propio con geometría relajada, depósito estilizado, asiento a baja altura y motores 125 fiables y contenidos en consumo. Parte del secreto está en combinar proveedores asiáticos serios para el corazón mecánico con ensamblaje y puesta a punto local. Eso baja costes sin matar el carácter. El resultado llega a vitrinas por unos 4.000 euros y compite con scooters tope de gama, pero ofreciendo otra emoción. **El precio ronda los 4.000 euros, sin sustos.** La homologación Euro 5 está resuelta, y el diseño entra por los ojos. Lo demás lo hace Instagram.

El método Leonart: diseño que engancha, mecánica que no complica

La receta que repiten Marc y Jordi empieza con el papel, no con el catálogo de piezas. Bocetan línea de depósito y ángulo de horquilla hasta que la silueta funciona de perfil. A partir de ahí, colocan lo imprescindible: asiento bajo, estriberas adelantadas, manillar ancho tipo cuelgamonos suave. No buscan potencia de récord, buscan tacto. En la cadena de montaje, cada unidad hace un “tour” de ajustes: juego de cables, altura del ralentí, prueba de vibraciones a 5.000 rpm. El último gesto es casi un ritual: pulir el cromado a contraluz. Así es como una 125 se siente “redonda” al salir a la calle.

Si estás pensando en una 125 cruiser, mira tres cosas antes de enamorarte de la foto. Peso en orden de marcha, relación de transmisión y altura de asiento. Una moto preciosa que te pesa como un piano mata la magia al tercer semáforo. Valora el desarrollo: una corona demasiado larga te hará sufrir en cuestas, una corta subirá de vueltas sin descanso. Seamos honestos: nadie engrasa la cadena todos los días. Planifica un domingo al mes para mimos básicos y la moto te devolverá años sin dramas.

Marc lo resume con una sonrisa que delata horas de taller y carretera:

“A la gente le gusta que una 125 lata como algo serio. No vendemos carrera, vendemos ritual: girar la llave, sentir el pulso y salir a buscar tu café por una ruta larga.”

  • Precio objetivo: entorno a 4.000 € según versión y acabados.
  • Postura relajada, asiento bajo y estriberas adelantadas para ganar confianza.
  • Diseño de distancia entre ejes extendida que aporta presencia y estabilidad.
  • Motor 125 Euro 5 con consumos contenidos y mantenimiento sencillo.
  • Exportación activa a Suiza y Japón por su cultura 125 y gusto por lo singular.

Un fenómeno desde España que viaja lejos

Hay algo bonito en ver cómo una idea nacida en un polígono catalán se entiende igual en Osaka o en Lausana. **Su mayor mercado hoy está fuera de casa.** No por falta de aficionados aquí, sino porque en esos países la cilindrada pequeña es norma y el diseño europeo marca diferencia. En los Alpes, una 125 así sube puertos despacio pero con dignidad, y eso también es una forma de lujo. En Japón, cabe en cualquier hueco y saca sonrisas en los semáforos. No hace falta gritar para llamar la atención.

También hay un juego generacional. Quien se saca el A1 quiere identidad sin hipotecarse; quien viene de motos grandes busca algo más liviano sin renunciar a presencia. Leonart vive en esa línea fina. Bajan la barrera de entrada al mundo custom a un precio que no provoca vértigo y ponen la cámara donde toca: detalles, texturas, ese ángulo del depósito que te hace repetir la mirada. No es una Harley, ni pretende serlo. Es una española de 125 con ambición de kilómetros y un relato claro: menos prisa, más estilo compartido.

Punto clave Detalle Interes para el lector
Precio y acceso Alrededor de 4.000 € por una 125 Euro 5 Entrar al mundo custom sin romper el presupuesto
Diseño con presencia Distancia entre ejes larga, postura baja, sonido trabajado Sensación de “moto grande” con carnet A1 o B convalidado
Éxito internacional Demanda real en Suiza y Japón Confianza en una marca española que triunfa fuera

FAQ :

  • ¿Por qué las llaman “las Harley españolas” de 125?Por su estética cruiser clásica, la postura relajada y ese aire de moto grande en formato pequeño. El apodo nace de los fans, no del catálogo.
  • ¿Cuánto cuesta una Leonart 125 nueva?Las versiones más populares rondan los 4.000 €, según acabados, color y posibles extras como escapes o accesorios.
  • ¿Puedo conducirla con el carnet B de coche?En España, con tres años de carnet B puedes llevar motos de 125 cc. Es una puerta de entrada cómoda al mundo de las dos ruedas.
  • ¿Qué mantenimiento pide una 125 cruiser?Cambios de aceite a intervalos, tensión y engrase de cadena, revisión de pastillas y neumáticos. Rutina sencilla y barata si eres constante.
  • ¿Por qué gusta tanto en Suiza y Japón?Porque la 125 tiene mucha cultura urbana allí y el diseño europeo tipo custom es diferencial. Cabe en la ciudad y luce en fin de semana.

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