Ganaste un piso en un sorteo, te casas y lo convertís en nido. ¿Ese techo pasa a ser de los dos desde el “sí, quiero”? La abogada María Cristina Clemente lo dice sin rodeos: si es vivienda habitual y estás en gananciales, la respuesta cambia tu economía y tu paz mental.
Era sábado y el barrio olía a pan recién hecho. En la notaría, Laura sostenía una carpeta con el contrato del piso que ganó en un sorteo de la asociación de vecinos. Dani miraba el reloj, más por nervio que por prisa. La boda era en tres semanas y todo el mundo preguntaba por el banquete; ellos, en cambio, preguntaban por la escritura.
La abogada, María Cristina Clemente, deslizó el bolígrafo y la frase: **“Si compras un piso por sorteo, es casi seguro que se convierte en tu vivienda habitual, el piso pasa a ser ganancial desde el día de la boda”**. Nadie pestañeó, pero el aire cambió de peso. Laura apretó la carpeta como si dentro latiera algo vivo. Una promesa de futuro cabe entera en un piso de 60 metros. La fecha lo cambia todo.
¿Cuándo un piso ganado por sorteo se vuelve “de los dos”?
La idea fuerte suena simple: te casas en régimen de gananciales, os vais a vivir al piso del sorteo y ese hogar entra en el saco común. La vida real afina la melodía. Si el título de compra es de antes de la boda, el piso suele ser privativo, pero la relación con el dinero de la pareja deja huellas. Las cuotas de hipoteca pagadas ya casados, la reforma del baño, incluso el sofá, dibujan un mapa de aportaciones que la ley no ignora. El hogar, además, tiene blindaje especial: no se vende ni se alquila sin el “sí” de ambos.
Pongamos una escena concreta. Pedro ganó un piso en 2021 por sorteo de una promotora local. Se casó en 2022 y se mudaron allí. Dos años después, crisis y separación. Un juez reconoció que la vivienda seguía siendo privativa de Pedro, porque el título era anterior, pero la sociedad de gananciales tenía derecho a que le devolvieran lo aportado: hipoteca, mejoras y parte del IBI. Nada épico, sí contable. En España, cerca de ocho de cada diez parejas se casan por el régimen legal supletorio (gananciales), y eso hace que estas historias sean más comunes de lo que parecen.
La lógica jurídica no muerde, solo pide orden. Si el piso se adquiere durante el matrimonio y no hay separación de bienes, entra en gananciales por regla general. Si te tocó o lo compraste por sorteo antes de casarte, su naturaleza es privativa, aunque el uso como vivienda habitual activa controles y derechos de los dos. Pagar la hipoteca con dinero común no cambia el dueño del piso, pero genera un crédito a favor de la “caja de los dos”. Donación o herencia al nombre de uno: privativo. Premio de lotería durante el matrimonio con dinero común: ganancial. La fecha y la procedencia del dinero son las llaves.
Cómo blindar la vivienda y evitar sorpresas
Hay un gesto sencillo y poderoso: capitulaciones. Antes o después de la boda (con inscripción), acordar separación de bienes da paz a quienes ya vienen con un piso bajo el brazo. Si prefieres seguir en gananciales, mete una cláusula de privatividad en la escritura del piso y anótala en el Registro. Deja constancia de si el ticket del sorteo, la señal o el depósito salieron de tu cuenta antes del matrimonio. Guarda recibos. Una línea en la notaría hoy salva lágrimas mañana.
Errores típicos: mezclar cuentas sin pensar, pagar reformas grandes sin anotar aportaciones, y ese “ya veremos” que pospone todo. Hablad a tiempo. Poned por escrito quién aporta qué y con qué intención. Si entran ayudas públicas o hay VPO adjudicada por sorteo, preguntad por las restricciones de transmisión y por los plazos. Seamos honestos: nadie hace eso todos los días. Por eso conviene un checklist y 20 minutos con un profesional que hable claro. Todos hemos vivido ese momento en el que una conversación incómoda evita un problema caro.
María Cristina Clemente lo resume con un martillazo suave. La vivienda habitual cambia las reglas prácticas, aunque el título no se mueva de sitio. El conflicto no suele estar en el amor, está en los papeles y en el calendario.
“Si el piso entra en vuestras vidas antes de la boda, el uso compartido no lo convierte en ganancial por arte de magia. Lo que sí nace es una contabilidad: cuánto puso cada cual y cuándo. Ahí se decide la paz de un futuro acuerdo.” — María Cristina Clemente, abogada
- Capitulaciones y, si procede, separación de bienes inscrita.
- Cláusula de privatividad en la escritura y nota en el Registro.
- Pruebas de pagos: señal, hipoteca, reformas, impuestos.
- Autorización de ambos para vender o alquilar la vivienda habitual.
- Asesoramiento fiscal: IRPF por premios, plusvalía, deducciones.
Lo que nadie te cuenta hasta que ya es tarde
La vivienda habitual no es solo un techo. Es un personaje más en la historia de la pareja. Si el piso del sorteo se compra formalmente después de la boda y el dinero es común, se considera ganancial desde ese día. Si el título es anterior, seguirá siendo privativo, pero la vida compartida genera derechos claros. Hay un punto delicado: vender o hipotecar el hogar sin el consentimiento del otro no procede. La ley protege la casa familiar, no el orgullo. Y a largo plazo pesa mucho quién pagó qué, y cómo lo dejó escrito.
| Punto clave | Detalle | Interes para el lector |
|---|---|---|
| Fecha y título | Antes de la boda: suele ser privativo. Después: normalmente ganancial. | Entender “cuándo” cambia el destino del piso. |
| Vivienda habitual | Requiere consentimiento de ambos para vender/arrendar. | Evitar sorpresas legales en decisiones importantes. |
| Aportaciones y créditos | Pagos comunes generan reembolsos, no siempre cambian la propiedad. | Proteger tu bolsillo en una separación o venta. |
FAQ :
- ¿Un piso ganado por sorteo antes de casarme es siempre mío?Suele ser privativo si el título es anterior. Si se pagaron cuotas con dinero común, puede haber derecho de reembolso para la sociedad de gananciales.
- Si me tocó el piso durante el matrimonio, ¿es ganancial?Si el premio o la compra por sorteo se materializan con dinero común, se presume ganancial. Si fue donado a tu nombre exclusivamente, tiende a ser privativo.
- ¿Puedo vender la vivienda habitual sin el “ok” de mi pareja?No. La vivienda familiar necesita consentimiento de ambos, incluso si la escritura está a nombre de uno solo.
- ¿Basta con decir que el piso es privativo?No. Conviene cláusula de privatividad en la escritura, nota registral y pruebas de pagos privativos. Lo hablado se lo lleva el viento.
- ¿Qué pasa con la hipoteca pagada estando casados?La parte abonada con dinero común genera un crédito a favor de los gananciales frente al titular del piso. No convierte el piso en ganancial por sí misma.


