Cuando una hoja amarillea, el impulso es actuar. Pero lo que haces en ese minuto marca su futuro.
Millones de aficionados miran sus macetas con dudas cada semana. El color cambia, los nervios se marcan y surge la pregunta: ¿cortar o esperar? El creador de contenido y experto en jardinería André Alonso ha puesto orden con un criterio sencillo y práctico que evita errores frecuentes en plantas de interior.
Por qué el amarillo no siempre es una mala señal
En una planta sana, el amarillo no indica automáticamente desastre. Muchas veces señala senescencia, el proceso natural con el que la planta recupera nutrientes de una hoja vieja para destinarlos a brotes jóvenes, raíces o flores. Durante días, la hoja funciona como una “hucha” que devuelve nitrógeno, magnesio y otros compuestos al sistema.
Cortar demasiado pronto interrumpe esa redistribución. La planta pierde recursos y, además, sufre un estrés innecesario. Alonso lo resume con un criterio claro: el amarillo debe avanzar antes de intervenir.
Regla práctica: no cortes hasta que la hoja esté amarilla en torno al 80% o ya marchita. Así la planta habrá recuperado sus nutrientes.
Qué está pasando dentro de la hoja
Mientras el verde se apaga, la planta desmantela clorofila y moviliza compuestos a órganos activos. Los nervios pueden seguir verdes unos días: actúan como “autopistas” para ese movimiento interno. Ese lapso es oro para la planta.
Cuándo cortar y cuándo esperar según André Alonso
El enfoque combina nutrición y prevención de plagas y hongos en interior, donde la materia orgánica acumulada sí genera problemas.
- Hoja totalmente amarilla o seca: es el momento. Corta y retira.
- Hoja a medias amarilla: espera. Deja que complete la transferencia de nutrientes.
- Manchas de hongo, babas o puntos móviles: corta de inmediato y trata la planta. Aquí manda la higiene.
- Restos sobre el sustrato: no los acumules. Favorecen moho, mosquita del sustrato y cochinillas.
Mantén el sustrato limpio: sin restos, menos esporas y menos refugio para plagas. Tu planta respira y tú también.
Cómo cortar hojas amarillas de forma segura
La técnica importa. Utiliza tijeras afiladas y desinfectadas. Un corte limpio reduce la herida y evita contagios.
- Desinfección: alcohol al 70% o una dilución de lejía al 1:9. Seca antes de cortar.
- Dónde cortar: cerca del pecíolo, justo donde la hoja se une al tallo. Nada de desgarros.
- Después del corte: ventila y evita mojar la herida 24 horas.
Calendario inteligente
El manejo de hojas viejas puede hacerse todo el año, pero la planta tolera mejor los ajustes en primavera y verano, cuando el crecimiento es activo. En otoño conviene una limpieza ligera. Algunas especies exigen cuidado especial:
- Palmeras de interior, Phalaenopsis y pino de Norfolk: no podes tallos principales. Retira solo hojas muertas.
- Cactus y suculentas: rara vez necesitan poda. Si la haces, mejor a finales de primavera o inicios de verano.
No todo amarillo es senescencia: causas frecuentes y solución rápida
Antes de cortar, pregunta por qué amarillea. Estos patrones guían el diagnóstico en plantas de interior:
| Causa | Síntoma típico | Qué hacer |
|---|---|---|
| Riego excesivo | Hojas blandas, amarillas desde la base, sustrato siempre húmedo | Deja secar, revisa drenaje, reduce frecuencia y comprueba raíces |
| Falta de luz | Tallos alargados, hojas pálidas, caída lenta | Acerca a ventana luminosa o usa luz artificial de espectro adecuado |
| Déficit de nitrógeno | Amarillo homogéneo en hojas viejas, nervios poco marcados | Aporta abono equilibrado con nitrógeno en época de crecimiento |
| Frío o corrientes | Manchas amarillas irregulares, bordes dañados | Aísla de ventanas frías y evita cambios bruscos |
| Sales acumuladas | Puntas quemadas, bordes amarillos | Lava el sustrato con riegos abundantes cada 6–8 semanas |
| Maceta pequeña | Raíces apretadas, crecimiento parado | Trasplanta con sustrato aireado y buen drenaje |
Señales que sí exigen cortar ya
- Hongo visible: polvillo gris, manchas negras circulares, moho blanco algodonoso.
- Plaga activa: cochinilla, trips, araña roja, pulgón. Retira hojas más afectadas y aplica manejo.
- Tejido necrótico y húmedo: riesgo de bacteriosis. Elimina, desinfecta y mejora ventilación.
Guía exprés de diagnóstico en 60 segundos
- Toca el sustrato. Si está húmedo, no riegues. Si está seco en superficie y ligero al levantar la maceta, riega.
- Mira la luz. Cuenta las horas de claridad real. Menos de 4–5 en invierno suele ser poco.
- Observa el patrón. ¿Amarillean primero las hojas viejas? Piensa en senescencia o nutrientes. ¿Las nuevas? Puede ser carencia distinta o raíz dañada.
- Revisa el envés. Busca puntitos móviles, telaraña fina o costras. Indica plagas.
- Huele el sustrato. Olor a agrio sugiere exceso de agua y poca aireación.
- Decide. Si no hay patógenos, espera al 80% de amarillo y corta limpio.
No te precipites: cada hoja puede devolver semanas de energía a la planta. Tu mejor aliado es esperar el momento justo.
Cuidados que evitan el amarillo evitable
Ajusta el riego al clima de tu casa. Usa el “test del dedo” o palillo para comprobar humedad antes de regar. Airea el sustrato con mezclas que incluyan perlita o corteza. Aporta abono suave en primavera y verano, respetando dosis. Limpia el polvo de las hojas para mejorar la fotosíntesis. Ventila a diario sin corrientes frías.
Si notas carencias, usa fertilizantes equilibrados o de liberación lenta. En especies exigentes, una pauta mensual de abono líquido diluido ayuda a sostener el verde sin excesos. La luz manda: acerca las macetas a la ventana más luminosa posible sin sol directo abrasivo.
Un apunte por especies
Monstera y Ficus toleran retirar hojas viejas cuando cumplan la regla del 80%. En Phalaenopsis, no cortes varas florales verdes; solo retira hojas muertas. En palmeras de interior, nunca cortes el “corazón” del crecimiento. Cactus y suculentas prefieren menos agua, más luz y cortes muy puntuales.
La pauta de André Alonso encaja con la fisiología vegetal y con la realidad del piso: nutrición primero, higiene siempre y corte en el momento justo. Ese equilibrio alarga la vida de tus plantas y te ahorra problemas.
Si quieres afinar, lleva un registro semanal con foto. Verás la progresión del amarillo, ajustarás riego y luz, y acertarás con el corte. En pocas semanas, el nuevo crecimiento confirmará que esperar mereció la pena.



¡Gracias, André! Probé la regla del 80% y me salvó una Monstera que daba por perdida. Definitívamente lo aplicaré siempre 🙂