Con el frío a la vuelta de la esquina, miles de hogares notan ruidos, zonas frías y facturas que suben sin explicación.
Ese cóctel tiene casi siempre el mismo culpable: el aire atrapado en los radiadores. La duda que divide a muchos es cuándo purgar: ¿con la calefacción encendida o apagada? Técnicos de mantenimiento consultados aclaran el procedimiento, los riesgos y cuánto dinero puedes dejar de perder sin cambiar de caldera.
Calefacción encendida o apagada: qué dicen los expertos
La respuesta es clara. Purgar se hace con el sistema apagado y el agua fría. Así evitas quemaduras, reduces la presión en el circuito y permites que el aire salga por el purgador sin arrastrar chorros de agua caliente. Apaga la caldera y espera entre 30 y 60 minutos, según la inercia térmica de tu instalación.
Regla de oro: purgar con la calefacción apagada y agua fría. Menos riesgo y mejor expulsión del aire.
Con la bomba en marcha, las burbujas se mezclan y cuesta más expulsarlas. Además, el agua circula a mayor presión y temperatura, con riesgo real de salpicaduras.
Cómo saber si hay aire en el circuito
- Frío en la parte superior del radiador y caliente abajo.
- Gorgoteos o burbujeo al encender.
- Presión inestable en la caldera (sube y baja sin motivo claro).
- Radiadores que tardan mucho en alcanzar temperatura pese a demanda.
Paso a paso seguro para purgar
- Apaga la calefacción y deja que los radiadores se enfríen.
- Coloca un recipiente y un paño bajo la válvula de purga (arriba, lateral).
- Con una llave de purga o destornillador plano, gira un cuarto de vuelta en sentido antihorario.
- Escucharás salida de aire. Cuando el chorro de agua sea continuo, cierra la válvula.
- Repite en todos los radiadores siguiendo un orden coherente por estancias y plantas.
- Enciende la caldera y comprueba la presión. Ajusta si queda baja.
Presión recomendada en frío: entre 1,0 y 1,5 bar en la mayoría de calderas domésticas.
Errores frecuentes y riesgos
- Abrir en exceso el purgador y vaciar demasiada agua: la presión cae y la caldera se bloquea.
- Purgar con la bomba funcionando: dispersa el aire y eleva el riesgo de quemaduras.
- Olvidar reponer presión después: el sistema trabaja mal y puede entrar más aire.
- Dejar muebles o cortinas pegados a los radiadores: el calor no circula.
- No revisar el vaso de expansión cuando la presión oscila a diario.
Guía rápida de diagnóstico
| Señal | Qué indica | Acción rápida |
|---|---|---|
| Parte superior fría | Aire en el radiador | Purgar hasta chorro continuo |
| Gorgoteos constantes | Burbujeo en circuito | Purgar y comprobar presión |
| Presión baja tras purgar | Pérdida de agua del sistema | Rellenar hasta 1,0–1,5 bar |
| Rebotes de presión | Vaso de expansión sin carga | Llamar a técnico para revisión |
¿Cuándo y en qué orden purgar?
Hazlo al inicio de temporada, tras obras o vaciados, y cada vez que notes síntomas. El orden ayuda: recorre la vivienda por zonas, de forma sistemática, y no saltes radiadores. En viviendas de varias plantas, empieza por el nivel inferior y ve subiendo para expulsar el aire acumulado en altura. En instalaciones grandes, muchos técnicos optan por ir del radiador más alejado al más cercano a la caldera. Lo clave es mantener un criterio y revisar la presión al finalizar.
¿Cuánto puedes ahorrar?
Un sistema sin aire calienta de forma uniforme y requiere menos minutos de caldera encendida. Técnicos de mantenimiento estiman que una purga bien hecha puede evitar entre un 2% y un 7% de consumo innecesario, según la cantidad de aire y el estado del circuito. En un hogar que gasta 900 € al año, eso son entre 18 y 63 €.
Si sumas purgar, despejar los radiadores, ajustar el termostato un solo grado y mejorar hábitos, el ahorro puede acercarse a los 100 € anuales y un 20–35% de eficiencia energética percibida en confort.
Trucos extra para un invierno más cómodo
- Temperatura de confort: 20–21 ºC de día y 16–18 ºC por la noche. Cada grado extra encarece un 6–10%.
- Programa horarios: evita calentar estancias vacías y mantén un nivel estable.
- Ventila 5–10 minutos a primera hora con corrientes cruzadas para renovar sin perder calor.
- Coloca láminas reflectantes tras radiadores en fachadas frías.
- Revisa juntas y burletes en ventanas para sellar fugas de calor.
- Libera al menos 30 cm delante del radiador para mejorar la convección.
Cuándo llamar a un profesional
- La presión baja a diario o sube en exceso sin tocar nada.
- Hay manchas de óxido, goteos o un radiador no calienta tras purgar.
- Instalaciones con válvula termostática en todos los radiadores que requieren equilibrado.
- Sistemas de suelo radiante o circuitos monotubo, que necesitan purgas y ajustes específicos.
Preguntas rápidas que te harán ahorrar
- ¿Cuánto abrir el purgador? Un cuarto de vuelta suele bastar. Cierra cuando el agua salga sin aire.
- ¿Sale agua oscura? Indica lodos. Valora una limpieza del circuito y añadir inhibidor de corrosión.
- ¿Dónde medir la presión? En el manómetro de la caldera, siempre en frío para ajustar.
Glosario útil para no perderte
- Válvula de purga: pequeño tornillo en la cabeza del radiador por donde se libera el aire.
- Vaso de expansión: depósito que compensa la expansión del agua al calentarse; si pierde carga, la presión oscila.
- Manómetro: indicador de presión de la caldera. Objetivo habitual en frío: 1,0–1,5 bar.
Purgar no es solo comodidad: evita esfuerzos a la caldera, ruidos molestos y desgaste prematuro de componentes.
Información complementaria que marca la diferencia
Si tu casa tiene válvulas termostáticas, ábrelas al máximo durante la purga para que el aire recorra bien el radiador. Después, vuelve a su posición habitual. En viviendas grandes, conviene un equilibrado hidráulico: ajustar ligeramente las llaves de retorno para que todos los radiadores reciban caudal similar y alcancen temperatura a la vez.
Para estimar el impacto en tu caso, haz una simple simulación: anota el consumo medio de tu caldera durante tres días antes de purgar y repite tres días después, con temperaturas exteriores parecidas y el mismo ajuste del termostato. Si el tiempo de caldera encendida cae un 8% y tu gasto mensual es de 80 €, el efecto ronda 6–7 € al mes en temporada alta. Sumado a hábitos y aislamiento, la cifra anual se acerca a los 100 € que muchos hogares dejan sobre la mesa por no purgar a tiempo.


