Solo carne, queso y mantequilla durante 8 meses: ¿terminarías con 1.000 mg/dl de colesterol?

Solo carne, queso y mantequilla durante 8 meses: ¿terminarías con 1.000 mg/dl de colesterol?

Ocho meses bastan para que una apuesta alimentaria salga cara. Un hombre lo aprendió entre analíticas anómalas y piel marcada.

El caso, ocurrido en Florida, reabre el debate sobre las dietas extremas basadas solo en productos animales y sus consecuencias. Las cifras del laboratorio, los cambios visibles en la piel y el riesgo cardiometabólico ponen números a una tendencia viral.

Ocho meses con carne, queso y mantequilla

Un varón de unos 40 años acudió al hospital tras notar, durante tres semanas, placas amarillentas en las palmas, los codos y la planta de los pies. Contó a los cardiólogos que llevaba casi ocho meses comiendo prácticamente lo mismo: carne a diario, grandes cantidades de queso y mantequilla en barras, a la que sumaba grasa extra en hamburguesas.

La entrevista dietética reveló cifras poco habituales: entre 2,7 y 4 kilos de queso por semana, mantequilla consumida como si fuera un ingrediente principal y ausencia de frutas, verduras, legumbres o cereales integrales. Su objetivo era “sentirse con más energía” y perder peso.

El análisis mostró un colesterol total por encima de 1.000 mg/dl, alrededor de cinco veces los niveles recomendados.

El equipo médico diagnosticó xantelasmas y xantomas: depósitos de lípidos en la piel que delatan un torrente sanguíneo saturado de grasas. Aunque estas lesiones suelen aparecer cerca de los párpados, en este paciente se extendieron a zonas de roce y apoyo, lo que sugiere una carga lipídica sostenida.

Qué indican esas placas amarillas

Los xantelasmas y xantomas aparecen cuando parte de los lípidos circulantes se filtran a los tejidos y los macrófagos los acumulan. Funcionan como una “señal de tráfico” que advierte de dislipemia grave. No duelen, pero apuntan a un riesgo de eventos cardiovasculares, pancreatitis por triglicéridos muy altos y daño vascular acelerado.

Qué le ocurre al cuerpo con un exceso de grasas saturadas

Una dieta centrada en carne, queso y mantequilla eleva las grasas saturadas y el colesterol dietético. El resultado más probable es un aumento de LDL (“colesterol malo”) y de ApoB, la proteína que transporta partículas aterogénicas. Estas partículas se infiltran en la pared arterial, se oxidan y desencadenan inflamación, el primer paso de la aterosclerosis.

La exclusión de fibra reduce la diversidad de la microbiota y empeora la respuesta posprandial de los lípidos. Sin fibra soluble que “atrape” ácidos biliares, el hígado reutiliza más colesterol. El tránsito se enlentece, aumenta el estreñimiento y pueden aparecer déficit de vitamina C, folato y potasio. La ingesta proteica exclusivamente animal también eleva el ácido úrico y el riesgo de cálculos renales.

Sin fibra ni vegetales, el cuerpo pierde un freno natural al colesterol y a la inflamación vascular.

El espejismo de la energía y la pérdida de peso

Muchas personas refieren más energía al principio. La cetosis y la reducción de ultraprocesados explican parte del efecto. Aun así, perder kilos no compensa cifras de LDL disparadas, marcadores hepáticos alterados o lesiones cutáneas por lípidos. La balanza no cuenta la historia completa del riesgo.

Señales de alerta que exigen una consulta

  • Placas amarillas en párpados, codos, palmas o plantas.
  • Colesterol total por encima de 240 mg/dl o LDL por encima de 160 mg/dl.
  • Dolor opresivo en el pecho, falta de aire o fatiga inusual con esfuerzos.
  • Dolor abdominal intenso con náuseas, posible signo de triglicéridos muy altos.
  • Presión arterial elevada o glucosa en ayunas alterada.

Qué recomiendan los especialistas

Las guías coinciden: patrón alimentario variado y estable, con verduras y frutas diarias, legumbres varias veces a la semana, cereales integrales, frutos secos, aceite de oliva y proteínas de origen mixto. Las grasas saturadas deberían quedarse por debajo del 10% de la energía diaria —mejor si es inferior al 7%—, y la fibra alcanzar 25-38 g al día. Objetivo de LDL: por debajo de 100 mg/dl en población general, más bajo si existen otros factores de riesgo.

Aspecto Dieta carnívora extrema Patrón equilibrado
Grupos de alimentos Solo animales Vegetales, animales y cereales integrales
Fibra Nula 25-38 g/día
Impacto en LDL Tiende a aumentar Tiende a bajar o mantenerse
Micronutrientes Riesgo de déficit Aporte variado y suficiente
Riesgo a largo plazo Aterosclerosis, cálculos, estreñimiento Menor riesgo cardiovascular

Si ya seguiste un plan así, pasos para reducir riesgos

  • Pide una analítica completa: perfil lipídico (LDL, HDL, triglicéridos), ApoB si es posible, función hepática y renal.
  • Mide presión arterial, perímetro de cintura y glucosa en ayunas.
  • Reintroduce fibra de forma gradual: primero verduras cocidas y avena, después legumbres y fruta entera.
  • Cambia mantequilla y quesos curados por aceite de oliva y frutos secos naturales.
  • Incluye pescado azul 2-3 veces por semana para aportar omega-3.
  • Camina al menos 150 minutos a la semana y añade fuerza 2 días.
  • Si tu LDL supera 190 mg/dl o hay antecedentes familiares, consulta por cribado de hipercolesterolemia familiar y tratamiento farmacológico.

Datos que ayudan a poner contexto

Un bloque de queso de 1 kilo aporta alrededor de 3.500-4.000 kcal y más de 200 g de grasas saturadas. Consumir 3 kilos en una semana significa añadir, solo con el queso, una media de 1.500-1.700 kcal diarias y un torrente de saturadas que empuja al alza el LDL. Si se suma mantequilla —más de 50 g concentran 36 g de saturadas—, el margen para mantener el colesterol a raya se estrecha de forma drástica.

Las lesiones cutáneas no siempre aparecen. Algunas personas con predisposición genética a metabolizar peor las grasas desarrollan cifras desproporcionadas con el mismo menú. Por eso, frente a valores extremos, conviene descartar variantes genéticas de riesgo y ajustar el tratamiento.

Una lección para quienes buscan atajos

Perder peso rápido seduce, pero el precio puede ser alto cuando el plan elimina grupos completos de alimentos. La mejora real del riesgo cardiometabólico llega cuando baja el LDL, mejora la glucosa, se normaliza la presión y se gana capacidad cardiorrespiratoria. Nada de eso exige vivir solo de carne, queso y mantequilla; sí requiere constancia, menú variado y controles periódicos.

Si te intriga medir el impacto de tu alimentación, lleva un registro de una semana y calcula saturadas, fibra y colesterol. Ajusta cantidades y elige preparaciones sencillas: más legumbres, verduras en cada comida, proteínas magras y grasas de calidad. Es un cambio medible que se percibe en el plato y en los análisis.

1 thought on “Solo carne, queso y mantequilla durante 8 meses: ¿terminarías con 1.000 mg/dl de colesterol?”

  1. Impactante caso; 1.000 mg/dl es brutal. Me pregunto si había predisposición genética o si solo fue la dieta… ¿Alguien sabe si le midieron ApoB y triglicéridos? La piel “hablando” es una señal que no se debe ignorar.

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