Tu PIN puede estar entre los más adivinables del mundo y quizá ni te lo imaginas. Los ladrones prueban primero los códigos populares antes de que el sistema bloquee la tarjeta, y a veces basta un descuido en la fila del cajero para que todo se complique. No es paranoia: es higiene digital.
Era sábado por la tarde, el súper cerraba en veinte minutos y la cola del cajero serpenteaba junto a los carritos. Un cliente cubría con la mano el teclado, pero sus dedos iban de arriba abajo, directo al 2-5-8-0, casi como un reflejo. Detrás, una adolescente miraba el móvil, un repartidor consultaba su ruta, y yo pensé en cuántos repetimos números “cómodos” por pereza, por prisa, por esa sensación de “a mí no me va a pasar”. Todos hemos vivido ese momento en el que te acercas al cajero, te sudan las manos y te repites el PIN como si fuera una canción infantil. Un vistazo rápido, una cámara mal puesta, una cartera robada. La escena dura menos de un minuto. ¿Está el tuyo?
La lista negra de los PIN: patrones que se repiten
En análisis de bases filtradas a lo largo de años aparecen siempre los mismos sospechosos. El rey absoluto es 1234, seguido de cosas como 1111, 0000, 1212, 7777, 4321, 2222, 1010 o 2580. Son cómodos, memorizables y terriblemente predecibles. A eso se suman fechas, aniversarios y números en escalera, como 123456 si tu banco permite seis dígitos. Lo curioso es que los teclados nos “invitan” a esos atajos: arriba-abajo, izquierda-derecha, rectas y diagonales limpias. No requiere genio criminal, solo conocer lo que muchos elegimos por rutina.
Marta, 34 años, llevaba 0909 por su cumpleaños. Le robaron la cartera en el metro y el ladrón probó tres intentos antes de que el cajero bloqueara la tarjeta. ¿Adivinas cuáles? 1234, 1111 y 0000. No acertó por suerte, pero en comercios con TPV antiguos o en cajeros fuera de horario, el margen puede jugar en contra. En algunos análisis públicos, “1234” llegó a concentrar cerca de 1 de cada 10 PIN usados, una proporción absurda para un sistema que protege dinero real. Los números que “cantan” más también incluyen 1212, 2000, 6969, 1122 y 1313. Es la lista que nadie quiere tener.
¿Por qué ocurre? El cerebro pide caminos cortos: patrones simétricos, repeticiones, fechas con carga emocional. La mano sigue trayectorias cómodas y eso deja huellas: 2580 baja en línea recta, 1397 dibuja una diagonal conocida. A eso súmale factores del entorno: cámaras disimuladas, ángulos de hombro, lectores falsos que roban banda y PIN. El riesgo no es solo “adivinar”; es combinar una pista visual con una elección predecible. Un par de segundos, y todo encaja.
Elige un PIN robusto sin volverte loco
Un método simple: transforma cuatro cosas sin relación en dígitos y mézclalas. Piensa en los dos últimos números del portal donde viviste de niño, suma de las dos últimas cifras de tu matrícula, el día del primer concierto al que fuiste y el número de tu talla de calzado. Con eso armas un 4 o 6 dígitos barajando el orden, y lo anclas con una regla personal (por ejemplo: “empiezo por el mayor y alterno con el menor”). No es perfecto, pero ya te saca de la ruta obvia.
Errores que se repiten: usar fechas de nacimiento, repeticiones (1111), series (1234), años redondos (2000) y esos atajos de móvil tipo 2580. Evita también reciclar el mismo PIN para la tarjeta, el móvil y la SIM. Cambiarlo cada cierto tiempo ayuda si no te empuja al caos de apuntarlo por todas partes. Seamos honestos: nadie hace eso todos los días. Mejor un buen PIN estable que diez mediocres en papelitos perdidos.
Una pista extra funciona como cinturón de seguridad emocional: pensar en “cómo lo contaría dentro de un año si hoy me lo roban”. La incomodidad de memorizar cuatro números raros pesa menos que una tarde en comisaría y reclamaciones al banco.
“Los ladrones explotan hábitos humanos. Si tu PIN no parece aleatorio, es como cerrar la puerta de casa con una llave de juguete”, resume Laura P., analista de ciberseguridad.
- Evita patrones verticales o diagonales (tipo 2580 o 1590).
- Si tu banco ofrece 6 dígitos, úsalo. Aumenta la entropía de forma notable.
- Activa alertas de movimiento y límites de retirada. La rapidez lo es todo.
- Si dudas de un cajero, busca otro. La corazonada a veces ve lo que el ojo pasa por alto.
Piensa tu PIN como un hábito, no como una trinchera
La seguridad no va de vivir con miedo. Va de reducir el azar a un margen asumible y mover pequeñas piezas que cambian el resultado. Un PIN distinto, un cajero más iluminado, un gesto de cubrir el teclado con calma. El objetivo no es blindarte para siempre, sino que tu PIN no sea el primero que prueban. Y que, si alguien lo intenta, tu app te grite a tiempo con una notificación. Quizá esta noche no cambies nada. O quizá sí, y mañana te olvides del tema con una tranquilidad nueva. Cuando alguien te pregunte cómo elegiste tu clave, tendrás una historia que contar, no una excusa.
| Punto clave | Detalle | Interes para el lector |
|---|---|---|
| Patrones previsibles | Combinaciones como 1234, 1111, 0000 y 2580 aparecen de forma masiva en filtraciones | Detectar si su PIN “canta” y cambiarlo a tiempo |
| Método práctico | Mezclar números de fuentes no obvias y aplicar una regla personal | Crear un PIN memorizable sin caer en fechas o series |
| Capa extra | Alertas en la app, límites de retiro, preferir 6 dígitos | Reducir impacto si alguien intenta usar la tarjeta |
FAQ :
- ¿Cuál es la “lista roja” de PIN más comunes?Variaciones como 1234, 1111, 0000, 1212, 7777, 4321, 2222, 1010 y 2580 dominan en análisis de PIN filtrados.
- ¿Mejor 4 o 6 dígitos?Si tu banco permite 6, el salto de combinaciones complica mucho la adivinanza. A igualdad de memoria, seis gana.
- ¿Cada cuánto conviene cambiarlo?Cada 6-12 meses si puedes mantener un PIN fuerte. Cambios demasiado frecuentes llevan a malas prácticas.
- ¿Sirve usar una fecha que solo yo conozco?Las fechas son un campo minado. Entre redes sociales y hábitos, resultan fáciles de deducir. Mejor otra estrategia.
- Perdí la cartera, ¿qué hago primero?Bloquea la tarjeta desde la app o teléfono de emergencia, revisa movimientos, denuncia y solicita una nueva con PIN distinto.



Merci pour les exemples concrets (1234, 1111, 2580…). Je n’avais jamais pensé que les trajets sur le clavier trahissaient nos habitudes. Je passe à 6 chiffres et j’active les alertes immédiates sur l’appli, histoire d’éviter les mauvaises surprises.
Franchement, encore un article anxiogène? Si on couvre bien le clavier et qu’on ne recycle pas le même PIN partout, c’est suffisant, non. Je suis un peu septique sur l’idée de “changer tous les 6 mois” qui pousse aux post-it…