La ciencia ha hecho varios estudios sobre este fenómeno, aparentemente mágico, en el que el amor a primera vista ha sido observado por muchos ser parte del comportamiento humano, y ha aparecido en numerosas historias de la literatura, el cine y generalmente en la cultura popular. Para algunas personas, esta experiencia puede parecer predestinada, mientras que otras lo consideran poco cercano a la realidad o algo irracional.
Varias investigaciones han profundizado sobre los mecanismos naturales que podrían actuar detrás de este fenómeno, donde el amor a primera vista se define como sentir una conexión romántica intensa con alguien después de un solo encuentro. Los expertos afirman que la sensación de estar enamorado no es solo una expresión metafórica; en realidad, hay una reacción química ocurriendo en el cerebro que libera todas esas cálidas y reconfortantes sensaciones.
Trisha Stratford, terapeuta en neuropsicología, señala que una oleada de sustancias químicas, como la dopamina y la serotonina, se produce en el cerebro cuando alguien experimenta la sensación de enamorarse. Especialmente si el cerebro percibe que es mutuo, este fenómeno puede conducir a un apego instantáneo hacia alguien.
La experta explica que "Cuando miras a los ojos de otra persona, se forma este bucle, donde tus osciladores adaptativos, específicamente el complejo frontal orbital, se bloquean entre tú y tu pareja". De esta forma se puede deducir que, cuanto más fuerte es la conexión, mayor es la sensación de amor.
Un estudio realizado por investigadores de la Universidad de Groningen en 2017 sugiere que las personas que creen haber experimentado amor a primera vista pueden estar influenciadas por un sesgo de memoria. Esto implica que podrían recordar su momento inicial como más significativo debido a sus sentimientos mutuos meses o años después. Sin embargo, el amor a primera vista también puede ser una "ilusión positiva" creada por la pareja.
Los investigadores llegaron a creer que el amor a primera vista es efectivamente un sesgo de la memoria y no un tipo propio y único de amor, como mucha gente podría pensar. Esto se basa en el hecho de que también se reveló que la mayoría de las personas que resultaron en una relación a largo plazo experimentaron este sentimiento de amor al instante.
Una de las líderes en investigación en este rubro, con más de treinta años dedicados a este tema, es la estadounidense Helen Fisher, neurobióloga y antropóloga de la Universidad Rutgers de Nueva Jersey. La experta compartía la historia de una amiga cuyo encuentro con su esposo tuvo lugar en un semáforo en rojo cuando ella tenía 15 años y estaba en un coche con varias chicas, mientras él estaba en otro coche con varios chicos. Posteriormente, coincidieron en una fiesta y pasaron toda la tarde hablando juntos. Treinta y siete años después, continúan juntos, y ambos sostienen que están profundamente enamorados.
En 2007, Fisher y sus colegas, bajo la dirección de la investigadora Bianca Acevedo, llevaron a cabo un estudio mediante técnicas de escáner cerebral. En este, evaluaron a personas que reconocían seguir locamente enamoradas de su pareja de toda la vida. Participaron personas de diversas categorías, tales como un hombre que conoció a su mujer en un globo aerostático, un profesor jubilado de 72 años, o una financiera de 54 años que conoció a su marido en un avión de Boston a Nueva York, de acuerdo a las afirmaciones de Fisher.
En un estudio alterno publicado en 2012 en el Journal of Neuroscience, los científicos descubrieron que las personas pueden decidir casi de inmediato si alguien les resulta atractivo. Por otra parte, otro de los elementos ineludibles que podría actuar tras el amor a primera vista es la atracción física instantánea. En cuestión de segundos, el cerebro sabe si le interesa la persona a la que está mirando, y esto puede ser a menudo lo que lleve a una relación duradera. Además, aseguraron que el fenómeno del amor a primera vista no podría darse sin esa atracción inicial.
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Cabe destacar que, a pesar de algunos ejemplos ya mencionados, una relación duradera no está garantizada por el amor a primera vista. Aunque las primeras impresiones desempeñan un papel crucial, establecer una conexión sólida implica una inversión emocional y espiritual más profunda y constante. Algunos estudios sugieren incluso que la intensidad de los sentimientos experimentados al principio puede disminuir con el tiempo a medida que las personas se conocen mejor y enfrentan juntos varias experiencias.
La psicóloga clínica Salida Afridi argumenta que es crucial centrarse en el crecimiento emocional y espiritual para nutrir una relación más allá de la atracción superficial. Añade que, aunque es posible enamorarse de alguien inicialmente a un nivel superficial, hay que trabajar para mantener viva esa relación, ya que hay cuestiones que van más allá de la atracción y la belleza.
