Una duda mínima arruina correos, currículos y tuits. Hoy, una regla sencilla despeja un tropiezo que se repite a diario.
La consulta se multiplica en redes y en aulas: ¿se escribe agusto o a gusto? La respuesta llega desde las instituciones lingüísticas: la forma válida es la locución a gusto, siempre en dos palabras. No es una moda ni un capricho, sino una razón gramatical sólida que ayuda a escribir con precisión sin perder naturalidad.
Qué cambia cuando escribes a gusto en dos palabras
La clave está en la estructura. A gusto funciona como una locución preposicional: la preposición a se combina con el sustantivo gusto. Ese engranaje sigue activo. Por eso, el español permite insertar elementos entre ambas partes, como un posesivo o un complemento.
Regla práctica: si puedes decir “a mi gusto”, “a tu gusto” o “a gusto del cliente”, la expresión vive en dos palabras.
El pretendido agusto no admite inserciones, rompe la sintaxis y deja de expresar lo que se quiere: comodidad, satisfacción o adecuación a una preferencia. De ahí que la recomendación oficial sea inequívoca: escribe a gusto por separado cuando hables de sentirse cómodo o de ajustar algo a una preferencia.
Por qué no se fusionó como ‘aposta’ o ‘enseguida’
Es razonable que la duda surja. El español ha fusionado, con el paso del tiempo, varias combinaciones que perdieron su sentido original para convertirse en adverbios simples: aposta (antes “a posta”) o enseguida (antes “en seguida”) son ejemplos conocidos. Con a gusto no ha ocurrido lo mismo porque su comportamiento sintáctico se mantiene productivo.
Cuando una secuencia se lexicaliza del todo, deja de permitir variaciones internas. En cambio, a gusto se abre a modificaciones (“a su gusto”, “a gusto del público”) y conserva la relación entre preposición y nombre. Esa vitalidad gramatical impide la fusión en una sola palabra.
| Se escribe junto | Se mantiene separado |
|---|---|
| aposta (antes “a posta”) | a gusto / a disgusto |
| enseguida (antes “en seguida”) | a veces / a menudo |
| aprisa | a medias / a tope |
| enfrente | a conciencia / a ciegas |
La simetría con ‘a disgusto’ y el truco del posesivo
Existe otro criterio que refuerza esta escritura: la pareja semántica. Si hablamos de estar a disgusto, nadie lo junta. Mantener la simetría ayuda a no equivocarse con a gusto. Además, el truco del posesivo funciona siempre.
- Correcto: “La sopa está a mi gusto”.
- Correcto: “Trabaja a gusto cuando le dan autonomía”.
- Correcto: “Ajusta la sal a gusto del comensal”.
- Error: “Se duerme muy agusto” → Debe ser “muy a gusto”.
Agusto no figura como forma válida en textos formales ni en usos coloquiales: se considera un error ortográfico.
Usos correctos y errores frecuentes
La expresión abarca dos sentidos habituales: comodidad o adecuación a una preferencia. Algunas frases útiles para encuadrarla:
- Comodidad: “En esa butaca me siento a gusto”.
- Preferencia: “Hazlo a gusto del cliente”.
- Con intensificador: “Se vive muy a gusto en ese barrio”.
- Con negación: “No estoy a gusto con el ruido constante”.
Confusiones que conviene evitar:
- Agusto: forma no admitida. No se usa en ningún registro estándar.
- Gusto como verbo: no existe “agustar”. Cuando quieras expresar placer o conveniencia, recurre a a gusto o a verbos como “agradar”, “gustar”, “encajar”.
- Comillas innecesarias: no hacen falta salvo cuando se menciona la palabra como término, como aquí.
Dudas cercanas que conviene tener claras
A gusto no es lo mismo que al gusto. Esta última forma, con artículo, es propia de recetas y especifica una cantidad abierta: “añade sal al gusto”. En cambio, “me quedo a gusto” expresa alivio o comodidad.
Otra vecina útil: a mi gusto frente a a mi juicio. La primera se refiere a preferencia personal; la segunda, a valoración u opinión (“a mi juicio, el plan es viable”). No son intercambiables.
Conviene cuidar las preposiciones que la acompañan. Decimos “estar a gusto con alguien” o “sentirse a gusto en un lugar”. Cambiar “con” por “de” altera el sentido y suena extraño.
Qué dicen los datos de uso
Las consultas en foros de lengua y los ejemplos recogidos en corpus muestran una presencia abrumadora de a gusto frente a agusto, que apenas aparece como errata ocasional. En prensa, literatura y documentos administrativos, la norma es estable y coherente con lo que recomiendan RAE y Fundéu.
Consejos rápidos para no fallar más
- Prueba del posesivo: si puedes insertar “mi”, “tu” o “su”, va separado.
- Simetría: piensa en a disgusto. Si va separado, su opuesto también.
- Lectura en voz alta: si al unirlo pierdes la pausa natural, lo estás escribiendo mal.
- Atajo mental: imagina “a placer”. Si ese sinónimo funciona, la estructura es la misma.
- Revisión del teclado: muchos móviles “pegan” palabras por inercia. Corrige la sugerencia antes de enviar.
Más allá de la duda: cómo enriquecer tus textos
Variar el lenguaje evita repeticiones. Alternativas útiles según contexto: “sentirse cómodo”, “estar conforme”, “trabajar a placer”, “ajustado a preferencia”, “según convenga”. Elegir la opción precisa mejora el tono y la claridad.
Si sueles escribir mensajes profesionales, marca un par de alarmas personales: cuando redactes sobre sensaciones o preferencias, verifica a gusto, al gusto y las preposiciones que siguen. Un repaso de diez segundos evita correcciones posteriores y transmite cuidado por el detalle.
Un ejercicio rápido para interiorizar la regla: escribe cinco frases con “estar a gusto” y cinco con “hacer algo a gusto de alguien”. Luego inserta posesivos y lugares distintos. Esa práctica ancla la estructura en tu memoria y reduce las dudas cuando escribes bajo presión.



Ah, d’accord: « a gusto » séparé. Noté !