La mesa ya se huele, pero aún dudas con el primer plato: un caldo sabroso no admite margen de error.
En estas fechas, el primer sorbo marca el tono del banquete. Un buen caldo reconforta, abre el apetito y une generaciones. El reto llega cuando la olla entrega un líquido turbio, plano o demasiado pesado. La técnica que propone Martín Berasategui ataja ese problema con una idea sencilla y muy eficaz.
Por qué tu caldo no convence en Navidad
Hay fallos comunes que apagan el sabor. El hervor fuerte enturbia, la falta de espumado deja impurezas y el ajo crudo domina con un picor áspero. También influye el exceso de grasa de las carcasas de pollo o de las piezas escogidas, un bouquet garni que no aporta, o una reducción mal medida que concentra sal más que aromas.
Para un caldo limpio y con carácter, manda la cocción suave, el espumado constante y una integración inteligente del ajo.
La propuesta del chef no complica la despensa. Lo cambia todo con el tratamiento del ajo: lo blanquea varias veces, lo convierte en crema con nata y lo integra como si fuera una salsa que se funde con el caldo. Así suma profundidad y textura, sin pesadez ni amargor.
El truco de Martín Berasategui, explicado sin rodeos
El corazón del método es doble: quitar al ajo su rusticidad y usarlo como emulsionante natural. El proceso consta de dos gestos cortos y controlables en casa.
- Blanqueado del ajo: pelas los dientes, retiras el germen y los hierves 2 minutos. Tiras el agua y repites el hervor corto tres veces más. El ajo pierde agresividad, conserva aroma y gana dulzor.
- Crema y emulsión: cueces esos ajos blanqueados con un poco de nata, trituras muy fino y agregas la crema al caldo caliente, sin hervir fuerte, para que se funda y redondee el conjunto.
Blanquea el ajo cuatro veces y tritúralo con nata: conseguirás cuerpo sedoso y sabor equilibrado sin cargar la sopa.
Paso a paso y tiempos de referencia
Funciona con un caldo base de aprovechamiento. Aprovecha carcasas, verduras y hierbas frescas. Controla las cantidades para no sobrecargar de sal ni de grasa.
- Ingredientes base: 2 kg de carcasas de pollo o restos, 1 cebolla, 1 puerro, 1 zanahoria, 2 cabezas de ajo, 100 ml de nata, sal gorda y fina, pimienta, un bouquet garni clásico.
- Arranque limpio: cubre las carcasas con agua fría, lleva a ebullición 5 minutos, espuma y desecha ese agua. Así empiezas con la olla en orden.
- Cocción mansa: añade 2,5 litros de agua fría, verduras troceadas, el bouquet y una cucharada de sal gorda. Mantén un leve borboteo 60 minutos. Espuma cuando lo pida.
- Filtrado y concentración: cuela y reduce a 1 litro para reunir sabor sin saturar de sal. Ajusta el punto más tarde.
- Ajo en cuatro blanqueos: pela, quita germen, hierve 2 minutos y cambia el agua. Repite tres veces más.
- Crema: cocina los ajos con la nata 2-3 minutos a fuego bajo y tritura hasta lograr una crema fina.
- Integración final: añade la crema al caldo caliente, remueve y rectifica con sal fina y pimienta. No hierve fuerte.
Errores frecuentes y cómo arreglarlos
| Turbidez persistente | Baja el fuego, espumar desde el inicio y evita hervores violentos tras añadir la crema. |
| Sabor plano | Reduce un poco más, añade unas gotas de zumo de limón o un toque de salsa de soja ligera. |
| Exceso de grasa | Enfría y retira la película sólida. O pasa por jarra separadora antes de integrar la crema. |
| Ajo dominante | Blanquea bien y retira el germen. Si ya está en la olla, equilibra con más caldo base o un poco de nata. |
| Sal subida | Añade agua caliente sin cloro, vuelve a hervir suave y ajusta con un trozo de patata, que absorberá parte. |
Cómo adaptarlo a tu mesa sin perder el efecto
La crema de ajo blanqueado se entiende con distintas bases. Si tienes pavo de Navidad, sustitúyelo por el pollo. Para una versión más campestre, añade unas puntas de jamón al inicio y retíralas antes de reducir. Para un matiz marino, elabora un fondo claro de pescado de roca e integra la misma crema, pero rebaja la cantidad de nata a la mitad.
Si buscas ligereza máxima
- Usa nata para cocinar con menos materia grasa o una alternativa sin lactosa.
- Prueba mitad nata, mitad leche evaporada. Mantendrás textura sin cargar la copa.
- Para opción sin lácteos, sustituye por un poco de patata cocida y tritura con el ajo blanqueado y un chorro de aceite suave.
No hierve fuerte. El hervor alegre enturbia, separa grasas y estropea el trabajo de la crema de ajo.
Guía rápida de cantidades y servicio
- Proporción hueso/agua: 2 kg de carcasas por 2,5 litros, luego reducir a 1 litro para 4-6 raciones.
- Hierbas: tomillo, perejil y laurel envueltos en verde de puerro. Retira antes de reducir.
- Guarniciones: fideos finos, sémola, daditos de pan tostado, brunoise de verdura o yema escalfada.
- Conservación: 3 días en nevera bien cerrado; 3 meses en congelador. Congela sin fideos.
Preguntas que te haces antes de encender el fuego
- ¿Puedo usar olla a presión? Sí, 25-30 minutos desde que sube la válvula. Filtra, reduce destapado y sigue con la crema de ajo.
- ¿Y si no tengo nata? Leche evaporada, bebida de avena cremosa o patata cocida funcionan. Ajusta sal y pimienta.
- ¿Se puede adelantar trabajo? Deja el caldo base hecho y frío el día anterior. La crema de ajo se prepara en 10 minutos antes de servir.
- ¿Cuánto ajo es demasiado? Dos cabezas medianas para un litro reducido dan un sabor redondo. Si dudas, añade la crema poco a poco.
Un plus útil para estas fechas
Piensa en la planificación: con un único caldo base puedes cubrir el aperitivo como consomé, mojar canelones o reforzar salsas de asados. Congela en cubiteras para dosificar. Si esperas una mesa grande, duplica cantidades y reduce por tandas a fin de no saturar la olla.
Otra idea que marca diferencia: tuesta ligeramente la cebolla y la zanahoria en una sartén sin aceite hasta que doren por los lados antes de incorporarlas a la olla. Aporta notas tostadas que combinan bien con la crema de ajo blanqueado. Si quieres elevar el umami sin subir sal, añade un par de setas secas remojadas durante la cocción suave y retíralas antes de la reducción. Así el caldo navideño gana profundidad, sin complicar la receta de Martín Berasategui.


