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Una higiene íntima intachable en tres sencillos pasos: cómo, cuándo y dónde

por Bechra Dominguez ,
Una higiene íntima intachable en tres sencillos pasos: cómo, cuándo y dónde© iStock

Bueno, tal vez el tercer paso te lo imagines, pero vamos a explicarte cómo llevar a cabo una higiene íntima óptima. ¡Sigue leyendo!

Índice
  1. · Qué debes hacer para tener una higiene íntima intachable
  2. · El aseo íntimo, ¿con qué frecuencia?
  3. · Cómo elegir un producto de higiene íntima
  4. · Cuidado con el lavado vaginal después de practicar sexo

El órgano sexual femenino necesita un aseo específico respecto al resto del cuerpo para evitar la proliferación de gérmenes. ¿Cuáles son los actos buenos y los que hay que evitar? Esta es, para muchas, la gran pregunta de su higiene diaria. Geles específicos, recomendaciones confusas, consultas contradictorias... Seguro que has oído y leído mil cosas diferentes sobre qué debes y qué no debes hacer, y por eso vamos a tratar de esclarecer un poco las diferentes dudas que suelen surgir. Aprende lo que debes hacer en tu día a día o antes y después de practicar sexo, por muy variado que este sea...

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Qué debes hacer para tener una higiene íntima intachable

- Cámbiate de ropa interior cada día, y usa mejor los culottes en lugar de tangas, ya que estos últimos favorecen los frotamientos y por lo tanto el desarrollo de micosis. Olvida también los tejidos sintéticos, propicios a la maceración, y utiliza preferiblemente lencería de algodón 100%.
- Lava, de forma habitual, la ropa interior a 40º.
- Durante las reglas, cámbiate la protección periódicamente, intenta cambiar el tampón cada 4 horas y nunca excedas de las ocho.
- No abuses de los tejanos y los pantalones muy ceñidos, provocan irritación.
- Tras ir al baño, límpiate de adelante hacia atrás para evitar la transmisión de bacterias.
- Lávate las manos antes y después de cualquier contacto con la vagina.
- No lleves el traje de baño mojado demasiado tiempo: la humedad favorece la proliferación de las bacterias.
- Consulta regularmente a un ginecólogo, una revisión anual es indispensable para prevenir y detectar infecciones eventuales.

El aseo íntimo, ¿con qué frecuencia?

Para evitar la proliferación de microbios en esta parte del cuerpo, conviene lavarse una vez al día. Atención, hablamos de aseo externo (vulva, labios y clítoris) únicamente, porque el interior de la vagina autolimpia. Puedes lavarte hasta dos veces en caso de calor y de sudor excesivo, pero no más. Lo mismo durante la regla. También se recomienda un aseo después de cada relación sexual. Por último, sécate con una toalla limpia después de la ducha para eliminar cualquier resto de humedad. Si quieres saber si mantienes relaciones sexuales seguras, este test te ayudará.

Cómo elegir un producto de higiene íntima

La vagina protege un conjunto de bacterias llamado la flora, cuyo equilibrio conviene respetar. Por lo tanto, es importante desterrar los productos decapantes y desinfectantes, demasiado agresivos, y ni hablar de utilizar el gel de ducha habitual. Escoge un gel suave, sin jabón, sin perfume, con pH neutro, que respete la acidez natural de la vagina. En farmacias o grandes superficies encontrarás un buen número de productos especialmente formulados para la higiene íntima. Utiliza el que mejor vaya contigo, ya que la variedad de aromas y tipos es muy amplia.

Por otro lado, evita aplicar todo tipo de productos de belleza sobre esa zona: desodorante, aceites y otras cremas.
En cuanto a las toallitas, puedes utilizarlas de cuando en cuando, siempre que sean suaves y sin alcohol. Hoy en día las hay también específicas para la higiene íntima incluso en tamaños pequeños que puedes llevar en el bolso para cualquier ocasión.

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Cuidado con el lavado vaginal después de practicar sexo

Aunque parezca una práctica de otro siglo, hay quien hoy en día cree que lavarse bien después del coito puede reducir el riesgo de un embarazo no deseado. Pues bien, esto no es solo totalmente ineficaz sino que favorece el desarrollo de micosis e infecciones como la vaginosis. De hecho, esta limpieza interna puede romper el equilibrio de la flora vaginal, cambiando su pH, por lo que no es nada recomendable.

En este sentido, conviene recordar para finalizar que hay que tener mucho cuidado con el exceso de limpieza. Puedes hacerte una ducha vaginal al mes, con agua clara, después de la regla, pero el resto del tiempo solo haz uso de la higiene externa, lo cual es necesario para mantenerte perfecta y con un cuidado óptimo.

Bechra Dominguez
Bechra Domínguez es redactora en enFemenino. Se graduó en Literatura en la Universidad de París 13 y desde entonces ha trabajado en comunicación y prensa digital. Se ha especializado en …
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