Lo ha vuelto a demostrar. Desigual ha sido el pistoletazo de salida perfecto de MBFWM. Su inconfundible estilo ha marcado un revolucionario espectáculo donde se funden moda, música y baile, de una forma tan divertida que todo el mundo quiere unirse a la fiesta. ¡Que comience el espectáculo!
© Desigual
Nos cautivan con su ritmo, nos alegran con sus creaciones. Desigual sigue defendiendo a capa y espada sus atrevidas colecciones, esta temporada inspiradas en un espíritu neo nómada que invita a la aventura. Cómo resistirse a esa nómada que todas llevamos dentro. Sobre todo si la visten con prendas cómodas que cualquiera de nosotras podría llevar. Sobre la pasarela, tonos malvas, mostaza, negros, burdeos y verdes salpicaban una colección donde la falda lápiz, el cuello cisne y el oversize fueron protagonistas. Los nuevos códigos de tendencia nos remitían a collages urbanos, bosques, motivos caravan y elementos geométricos. Todo ello en una pasarela multicultural que bien podría haberse convertido en el escenario de un musical.
Las modelos, encabezadas por la sensacional Chantelle, supieron meterse al público en el bolsillo a base de bailes, sonrisas, miradas y besos. El espectáculo también conquisto y se siguió con el mismo ritmo y alegría en las redes sociales a través del hagstag #DesigualMFW. Una buena forma de invitar a la fiesta a todos los que quieran unirse a ella.
Por supuesto, todo buen show debe acabar de forma deslumbrante. Por eso, Chantelle llenó de magia el desfile demostrando que sabe moverse (¡y cómo!) al ritmo del pegadizo Shake it out de Taylor Swift, junto al resto de las modelos.
Seguro que el front row, encabezado por Malena Costa, Cristina Pedroche, Samantha Vallejo-Nágera, Marián Hernández, Iván Santos, Michelle Calvó o Jesús Olmedo, disfrutó de este espectáculo. El año que viene… ¡Que nadie se lo pierda!
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