Juegos en blanco y negro, abrazos sobre un viejo sofá, canciones bajo la lluvia, gritos ante el objetivo fotográfico y un derroche de belleza que nos deja sin palabras. A veces, olvidarnos de lo que se espera de nosotras y simplemente ser quienes siempre quisimos nos hace fuertes y mujeres tremendamente bonitas ante los ojos de cualquiera. ¿No crees?

¿No has escuchado nunca esa afirmación que dice que la gente feliz nunca sale bien en las fotos? Más allá de los selfies y las jornadas intensivas de Photoshop, hace tiempo que nos dimos cuenta de que la naturalidad es nuestra mejor carta de presentación ante el mundo. Y es que en una sociedad que exige de nosotras unas medidas casi perfectas, un maquillaje impecable y una actitud de Superwoman, ¿nos hemos olvidado de gustarnos a nosotras mismas?
Con el fin de ver crecer a mujeres íntegras y felices, la fotógrafa Kate T. Parker decidió retratar a Ella y Alice, sus dos hijas, de 6 y 9 años, en los momentos de máxima felicidad de sus vidas. Así, nace la serie fotográfica Strong is the new pretty (La fortaleza es la nueva belleza), una serie que quiere demostrarle a las mujeres del mundo que una nueva forma de querernos es posible. No hace falta mostrarle al resto nuestro mejor rostro porque lo único que nos hace realmente guapas es gustarnos a nosotras mismas.