El acné es uno de los problemas de la piel más frecuentes. A todos nos ha salido alguna vez algún molesto granito y hemos intentado diferentes métodos para eliminarlo. Hoy en día lo más habitual es acudir a Internet para buscar esas posibles soluciones, ¿verdad? Si eres de las que ha probado hasta las técnicas más arriesgadas, deberías tomar nota de los falsos mitos sobre el acné que te vamos a contar para no cometer más errores. ¡Tu piel te lo agradecerá!
1. El acné no es genético
¡Error! Al parecer, alrededor del 80% del acné es causado por la presencia de genes heredados. Es decir, aunque hay otros factores que influyen en su aparición, la predisposición genética es determinante.
2. El acné es el resultado de una mala limpieza de la piel
El tamaño y la actividad de las glándulas sebáceas depende de los niveles hormonales: la higiene personal es siempre un factor importante, pero la mala higiene no es la causa de la producción de acné.
3. El estilo de vida no afecta al acné
¡Falso! El estrés es uno de los factores que pueden hacer que aumente el acné, así como una alimentación desequilibrada. Al parecer, los alimentos con alto índice glucémico pueden favorecer la presencia de granos. Si quieres empezar a comer mejor, aquí te dejamos una lista de libros en los que encontrarás toda la información que necesitas.
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4. El chocolate aumenta la aparición de granitos
No existe evidencia científica de que esto sea cierto, así que de vez en cuando te puedes dar un capricho. Eso sí, opta por un chocolate de calidad que contenga más del 60% de cacao y no te pases.
5. El maquillaje es el enemigo del acné
No es cuánto o cómo lo haces, sino el producto que usas para maquillarte. Existen líneas de productos para pieles grasas, como los bases de maquillaje sin aceite o los maquillajes en polvo. Infórmate y busca productos específicos que cubran sin irritar la piel.
6. Extraer las espinillas reduce el acné
Tocar los granitos solo empeora la situación: la piel se inflama, se puede extender la infección y quedan marcas como resultado. Consulta a un dermatólogo, inicia un tratamiento, maquíllate con productos adecuados para disimularlos... ¡pero nunca los aplastes!
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