Lo malo de empezar una dieta, es que solemos caer en la rutina comiendo siempre lo mismo: ensaladas, pescados varios y carne a la plancha. Y, ¡al final nos aburrimos! Por eso, es necesario ir descubriendo nuevos ingredientes que sean sanos y equilibrados, que nos gusten y que, además, puedan formar parte de nuestra dieta.
Un alimento que encaja a la perfección en este perfil es la cigala. Es uno de los mariscos más valorados en la cocina por sus propiedades y versatilidad. Puedes hacerlas al horno, cocidas, a la plancha, acompañando a un jugoso arroz, en ensalada... ¡El resultado siempre es exquisito y sabroso!
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Por otro lado, lo mejor de la cigala, aparte de su sabor, son sus propiedades. Este crustáceo es muy rico en vitaminas, proteínas y agua, y posee muy pocas grasas, lo que lo convierte en un alimento ideal para incluir en nuestra dieta.