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Cómo ofrecer una correcta educación emocional a los niños

por Elvira Sáez ,
Cómo ofrecer una correcta educación emocional a los niños© Getty

Educar en emociones es una preciosa tarea, y requiere de atención, madurez, formación, autoconocimiento y amor.

Contenido elaborado por la psicóloga Ana Asensio de Vidas en Positivo


Las emociones se les pueden explicar a nuestros hijos en nuestro día a día, y esa es la manera más natural, que con las vivencias que tenemos podamos indicarles como nos sentimos, o preguntarles cómo se sienten ellos en determinadas situaciones, o jugar a adivinar cómo se sienten los personajes de algunas historias.

Si nosotros conocemos nuestras emociones, y les verbalizamos cuando estamos alegres, cuando tristes, o con miedo, y además les podemos contar algunas señales fisiológicas que sentimos… cuando cansados, aburridos, enfadados, decepcionados, u orgullosos, ellos lo empezarán a comprender con naturalidad en el contexto diario de la vida y también aprenderán a comunicarlas cada vez que lo necesiten.

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Como recurso resulta muy útil también el empleo de materiales con los que jugar a las emociones y sentimientos, y algunos cuentos o libros en función de la edad de nuestro hijo y en los que él pueda ver reflejado o descrito su día a día o situaciones que vive. Las emociones y sentimientos están presentes en nuestro día a día y resulta un regalo de vida enseñar a nuestros pequeños a reconocerlos, vivirlos y manejarlos con habilidad.

Recomendaciones para una educación emocional saludable

1. Aprender a reconocer y nombrar nuestras emociones. Puedes comenzar preguntándole, o incluso contándole también cómo te sientes tú. Realizar preguntas tipo “¿cómo te sientes?” O incluso facilitar su reconocimiento peguntando “¿estás enfadado?” si intuimos que puede ser esa emoción, o “¿Te puedo ayudar?” y escucharles. Resulta muy saludable y educativo aprender a nombrar lo que sentimos y cómo nos encontramos. Y desde nuestra figura como padres les podemos ayudar mucho si acogemos con cariño y respeto las emociones que sienten.

2. Escúchale con atención. Uno de los grandes aprendizajes de la educación emocional es aprender a escuchar. Escuchar a los otros, en una actitud abierta, sin juzgar, sólo estando presentes y atendiendo con amor ya resulta emocionalmente muy educativo. Imaginemos un mundo en el que la gente nos preguntara si queremos ser escuchados, o si estamos bien y pueden hacer algo por nosotros, etc.

3. Darle espacio a la emoción. Conviene recordar que todas las emociones son importantes y tienen su función vital. Enfadarse tras una frustración es normal al igual que saltar de alegría tras una buena noticia o un regalo.

4. Propiciar aprender a encontrar calma y equilibrio. Una vez pasada la tormenta emocional es el momento de apoyar, es el momento de la reflexión y la toma de conciencia de lo que ha sucedido. Se le puede apoyar con preguntas del tipo “¿hablamos de lo que ha pasado?” e ir enseñándole si hubo consecuencias, o cómo lo haría ahora si volviera a suceder…y aquí también es importante apoyar la educación sin juzgar. Es importante tener en cuenta que ellos están aprendiendo.

5. Establecer pequeños compromisos. Esta clave final que vamos a aportar une el crecimiento y desarrollo interno. De esta manera observaremos signos en los que podemos ir reconociendo de forma externa esa madurez, a través de las acciones que realizan los niños a partir de lo que sienten. Es importante ayudarles a realizar pausas que les permitan actuar con menos impulsividad, y a tomar decisiones con algo más de calma y perspectiva. De esta forma empiezan a actuar después de escucharse a sí mismos.

6. Ayúdales a expresarse. Los niños muchas veces tienen rabietas para expresar emociones más elaboradas que no son capaces de comunicar, ayúdale y espera a que la tormenta pase para charlar o buscar una alternativa.

7. No niegues sus emociones a pesar de que te puedan resultar incómodas como lloros, tristeza, rabietas, enfados…todas las emociones hay que vivirlas, y eso es saludable para el organismo y nuestra salud aunque a veces nos incomoden.

8. Es importante saber que No existen emociones positivas ni negativas, las emociones SON lo que SON. Otra cosa es que nos resulten más cómoda so menos cómodas o las interpretaciones que le demos personalmente a cada una de ellas.

9. Ayúdales e intúyeles. Ten en cuenta que los niños no tienen capacidad de autorregularse como un adulto ni emocional, ni conductualmente, y nosotros somos ese papel durante sus primeros aprendizajes emocionales y conductuales. Si existe una emoción intensa, e incómoda lo primero es dar apoyo, es preferible ofrecer una pregunta, un abrazo, una mirada, una presencia, a reaccionar, regañar, y juzgar sin saber qué ha podido pasar y negar o cotar la emoción por valorarla como incorrecta o inadecuada.

10. Los niños son esponjas y absorben lo que hay en su entorno. Si respetamos nuestra calma, nuestros tiempos, atendemos a nuestras emociones y nos comprendemos a nosotros mismos con respeto, aceptación y amabilidad, eso se trasladará a ellos y a su vivencia diaria educativa.

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11. Edúcale desde ti como ejemplo. Las emociones las podemos reconocer en los demás en tanto que las reconocemos en nosotros, un desarrollo en educación y cultura emocional será muy útil para educar a tus hijos, para tu relación con ellos y para tu propia vida en general.

12. Amor y Límites. Enséñale también que el amor es un acto de entrega y como tal esto requiere de educación, y esta a su vez implica poner límites saludables para comprender el mundo, para preservar su seguridad, para educar en consciencia. Los límites sanos nos enseñan a crecer y aceptar de manera saludable.

13. La importancia de la Comunicación. La educación emocional no podría existir sin comunicarnos. Somos seres sociales, necesitamos por naturaleza comunicarnos, sentirnos entendidos, expresarnos, contar. Propicia esto en casa desde el ejemplo y en los momentos que estéis juntos. Una comunicación asertiva, saludable y una expresión natural y una escucha amorosa.

15. Reforzar y valorar sus aptitudes y actitudes. Es importante que nuestro hijo se sienta reconocido, se sienta “visto” en sus aptitudes y lo que trae de serie, que se sienta comprendido y querido tal y como es. Pero también es muy importante que comprenda que la actitud es muy valiosa en la vida y que la educación implica actitud y que con esta podemos llegar donde nos propongamos y que de la actitud nace el Ser Felices.

Elvira Sáez
Elvira Sáez es redactora en enfemenino. Se graduó en Periodismo en la Universidad Complutense de Madrid y pronto inició su andadura profesional en los medios digitales. Se ha especializado en …
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