Tras unos cuantos meses de relación –cuando los sentimientos se vuelven más profundos y cada vez se piensa más en un futuro juntos– las mujeres tendemos a fantasear hasta qué punto nuestra pareja cumple los requisitos para ser padre. ¿Asumiría la responsabilidad que supone tener un bebé? ¿Se mantendría a tu lado y aceptaría que el trabajo como padres es cosa de ambos? ¿Se ocupará por igual del niño que de la niña? De momento puedes ir haciendo este test para ir despejando alguna que otra duda.
Desde luego, no es posible saber al cien por cien si va a ser un buen padre. Pero si la respuesta a los siguientes once puntos es sí, ¡entonces va por buen camino!
1. Expresa sus sentimientos
No tiene miedo a decirte te quiero ni a sincerarse contigo y mostrarse tal cual es, tanto para lo bueno como para lo malo. Con él, no hay problema a la hora de hablar con claridad de lo que quiere y lo que no, para que ambos podáis dialogar y tomar decisiones juntos.
2. Se preocupa por ti y te cuida cuando estás enferma.
Está pendiente de ti y de lo que ocurre en tu vida. Hasta ¡puede que incluso se acuerde más que tú de tu cita con el dentista!. Te mima y te aguanta sin malas caras esos caprichos que todos tenemos cuando nos ponemos enfermos. Hace lo que sea porque estés bien y no se aparta de tu lado.
3. Presta atención a los detalles
Te has cortado el pelo, te has comprado unos zapatos nuevos o te has puesto esa falda que nunca te habías atrevido a llevar. Da igual lo que sea, ¡él nota el cambio!
4. Es independiente y sabe cuidar de sí mismo
Resulta que el chico no solo te trata como una reina y te hace reír, ¡también sabe cómo arreglárselas solo con la casa y con sus cosas! Lo mismo te hace una paella que te plancha una camisa de seda sin quemarla. Además, no necesita llamar a la madre para consultar las decisiones que toma; él ya es mayorcito.
5. Tiene mucho sentido del humor
No paras de reírte con él y saca tu lado más cómico. Os encanta hacer tonterías juntos y sientes, además, que tiene el sentido del humor suficiente como para tú darle rienda suelta a la payasa que llevas dentro y poder reíros.
6. Cocina para ti de vez en cuando.
Aunque es genial poder cocinar los dos juntos, a veces apetece que tengan un detalle contigo y encontrarte una buena comida hecha con mucho amor. Por ejemplo, cuando llegas cansada del trabajo o el viernes por la noche con una cenita romántica.
7. Le gusta tener responsabilidades
El mero hecho de tener una relación de pareja ya supone asumir ciertas responsabilidades con la otra persona, como dedicarle más tiempo que a otras cosas o tener que dar más explicaciones que de costumbre. Sabes que él lo hace de buena gana y porque le nace de dentro, tú ahora eres parte de sus responsabilidades y a él le gusta que lo seas, con todo lo que implica.
8. Le gustan los niños y no pone pegas cuando los amigos vienen de visita con sus hijos.
Cuando vais por la calle juntos le ves sonreír por el rabillo del ojo cuando ve a algún bebé o niño pequeño. ¡Hurra! Sientes que no eres la única que sonríe como una tonta cuando ve niños ajenos. Por supuesto, también le gusta jugar con los primos más pequeñines de la familia o con los hijos de los amigos.
9. Piensa en el futuro y hace planes.
No vive solo el presente, en su cabeza también hay hueco para planear e ir forjando poco a poco una vida en común y un futuro juntos a largo plazo. No evita esos momentos en los que soñáis juntos con el día de vuestra boda, con una casa más grande, por qué no también con una mascota y, claro está, con el mejor resultado de vuestro amor, ¡los hijos!
10. Mantiene la calma en situaciones de estrés.
Uno de los momentos que puede generar cierto estrés, por ejemplo, es ese en el que llegan tarde a algún sitio, como a almorzar con los suegros. Si sabe cómo evitar que terminéis teniendo una discusión innecesaria, es señal de que también sabe dominar sus nervios.
11. Y sobre todo, ¡puedes confiar en él ciegamente!
Sabes que todas tus intimidades están a salvo con él, que puede irse de copas con los amigos sin que tu te quedes pensando en qué hará o dejará de hacer, que no te va a dejar en la estacada si surge cualquier adversidad, ¡que puedes dejarte caer de espaldas sin miedo porque sabes que te va a sujetar! No en vano, la confianza es uno de los pilares de toda relación.
Si quieres tener una guía un poco más ilustrativa de lo que es un buen y un mal padre, ¡no te pierdas esta selección de los casos más conocidos de la pequeña y la gran pantalla!
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