Desde hace al menos diez años, ha sido tendencia el concepto de dar forma a nuestro rostro mediante varios métodos. Este fenómeno surgió a partir de los rituales de la medicina tradicional china, que se popularizaron con el uso extendido del rodillo de jade o pequeñas ventosas, también conocido como gua sha. Estas herramientas se emplean para levantar las cejas, afilar la línea de la mandíbula y acentuar los pómulos.
Como resultado, hemos dejado de apreciar los beneficios que nuestras manos, herramientas de gran valor y ayuda, aunado a la llegada de utensilios y de inventos milagrosos que prometen eliminar todas nuestras imperfecciones en segundos. Incluso las expertas recomiendan usar las manos en el maquillaje para potenciar la eficacia de los productos, y son las más aptas para activar la circulación al tratarse del cuidado de la piel.
Los masajes faciales de todos los días, según los especialistas, pueden tener un impacto de transformación en nuestra piel. Con tan solo unos minutos a diario, y sin exponerla a productos desconocidos, podemos apreciar grandes resultados de forma natural. Estas técnicas pueden inclusive ayudar a reafirmar y levantar el rostro, y afortunadamente, no es necesario recurrir a un profesional cada vez que queramos disfrutar de estos beneficios.
Los asiáticos comparten de nuevo con nosotros sus secretos y recomendaciones para obtener esa piel que muchas personas buscan. Todos deseamos tener un cutis sin señales de envejecimiento, suave, libre de imperfecciones y radiante. Aunque pueda parecer desafiante, lo único que se requiere es, principalmente, el conocimiento de técnicas apropiadas y perseverancia.
Los masajes asiáticos son conocidos por la gran mayoria. Estas prácticas terapéuticas son aplicadas mediante diversas técnicas orientales, tanto estéticas como curativas, en la realización de masajes. El Kobido, también llamado masaje facial japonés, es a menudo comparado con un lifting, y reconocido por su efecto rejuvenecedor.
Beneficios del kobido japonés
A mitad de la década de los 80, la técnica Kobido o masaje facial japonés hizo su entrada en Estados Unidos por primera vez. Esta práctica combina técnicas modernas de manipulación facial con métodos de la medicina tradicional del país nipón. Fue un secreto guardado de la belleza japonesa hasta 1472, con un significado que se traduce como "El antiguo camino de la belleza".
En coincidencia con este método, la creencia de muchos especialistas en el cuidado de la piel es que los masajes faciales regulares son fundamentales para mantener una piel sana y constituyen una de las técnicas más eficaces para contrarrestar los signos del envejecimiento.
Trabajar todas las zonas del rostro, cuello, hombros y pecho es el objetivo principal del kobido, que busca lograr un rejuvenecimiento del cutis. Los masajes faciales ofrecen un amplio número de beneficios, ya que, gracias a sus variadas velocidades, estimulan la producción de elastina y colágeno, mejoran la circulación profunda y eliminan las células muertas.
Realizar el masaje de forma regular contribuye a incrementar el flujo sanguíneo y a proporcionar cantidades apropiadas de oxígeno a los tejidos, lo que nutre la piel con los elementos esenciales. Al mejorar tanto el flujo linfático como el sanguíneo, aplicar masajes profundos y corregir la postura del cuello, podemos lograr no solo una piel resplandeciente, radiante y tersa, sino también más joven.
Estos masajes se aplican en todas las áreas del rostro mediante movimientos de percusión rápidos, firmes y rítmicos, combinados con movimientos suaves e intensos que trabajan los músculos faciales y del cuello. Se emplean al menos 47 movimientos diferentes, que pueden incluir el uso de herramientas como el rodillo de jade en conjunto con los desplazamientos manuales.
Este masaje oriental, además de tonificar y fortalecer los músculos del rostro, estimula el sistema nervioso y como ya lo hemos mencionado, mejora la circulación. De esta forma, es también eficaz para eliminar toxinas por medio de la exfoliación, lo que resulta en una apariencia más saludable de la piel. También puede abordar problemas como el enrojecimiento y el acné.
Incluye este método en tu cuidado facial diario
Los pasos siguientes son simples una vez que has tomado una cantidad adecuada de aceite facial o crema hidratante. Es esencial añadir este producto para que tus manos se deslicen fácilmente por tu rostro y prevenir cualquier daño.
- Para empezar, deslizaremos nuestras manos tres veces desde las orejas hacia la clavícula.
- En seguida, pasando siempre por las sienes en cada movimiento, apretaremos suavemente la frente con tres dedos y deslizaremos las manos hacia la clavícula en cinco ocasiones.
- A continuación, presionaremos suavemente hacia las sienes y la clavícula al alcanzar la ceja, después de hacer círculos tres veces hacia dentro, pasando por el lagrimal, con el dedo anular en la parte externa del ojo.
- Después deslizaremos tres veces hacia el arco de cupido con un poco de presión, colocando las yemas de los dedos en la barbilla.
- Deslizaremos los dedos hacia el lagrimal del ojo cuatro veces, manteniendo la misma posición anterior de las yemas de los dedos sobre la barbilla.
- Después bajaremos a la clavícula tres veces, masajeando del centro del rostro hacia las sienes.
- Haremos movimientos verticales de zigzag utilizando tres dedos sobre la frente cinco veces para terminar con la rutina.
Podemos realizarnos los masajes faciales japoneses tanto en centros especializados como por nuestra cuenta. Es posible incorporarlos a nuestra rutina matutina antes del maquillaje, y como beneficio extra, incluirlos en nuestra rutina de noche puede ser una forma de relajación al término de nuestras actividades diarias.
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