En algunos países como China o Vietnam, hay una práctica conocida como “comunicación de eliminación” (o elimination communication en inglés), a través de la cual los padres aprenden a interpretar los signos que el bebé emite cuando quiere hacer sus necesidades, desde los primeros meses de vida. Esta técnica, aunque requiere mucha dedicación, tiene resultados sorprendentes. Pero, ¿en qué consiste?
Los padres comienzan a fijarse en gestos, sonidos o expresiones del bebé —como movimientos bruscos, gemidos o ciertas muecas— que denotan que necesita ir al baño. Cuando intuyen una señal, colocan al bebé sobre un recipiente o retrete, y muchas veces emiten un sonido, como un silbido, para que el pequeño vincule ese estímulo sonoro con la acción de evacuar.
Una técnica llena de tradición
En China, esta costumbre forma parte de la vida cotidiana. Fay Chou, escritora y defensora de esta práctica, describe cómo en su infancia jugaban libremente y se agachaban cuando sentían la necesidad, mientras los adultos se encargaban de limpiar de forma rápida y práctica.
Así es cómo en ciertos casos, los bebés consiguen controlar sus necesidades durante el día e incluso por la noche antes de cumplir el año. En Vietnam, muchas madres aseguran que sus hijos dejan los pañales hacia los 9 meses, gracias a esta técnica.
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Una práctica que también llega a Europa y América
Aunque en las culturas occidentales esta forma de crianza puede parecer poco conocida, ya son varios los que la están poniendo en práctica. La madre Angela Harders, por ejemplo, contó al HuffPost que su hija logró dejar los pañales a los 12 meses gracias a este método. Simplemente observó los comportamientos de su hija: movimientos de piernas, expresiones faciales, sonidos… y actuó en base a eso.