Chocodependientes

Las estadísticas no engañan: el consumo de chocolate mundial supera el de cualquier otro producto dulce, máximo hoy que su consumo es además ‘so chic’ y un gesto glamuroso.

© Joyce

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Los líderes

Imposible establecer una jerarquía entre los maestros chocolateros de todo el mundo, que reivindican lo mejor de lo mejor de los cinco continentes. Hemos seleccionado y probado a los más excelsos.

Individuos de toda especie y condición, de carácter estable y encefalograma sin tacha dan muestras de enloquecimiento y participan en auténticas orgías siguiendo su pulsión incontrolable: poetas, médicos, campesinos, empresarios, ‘femmes fatales’, conservadores, progresistas, tímidos, mundanos, menores y adultos. Los chocomaníacos superan en su adicción a melómanos, cinéfilos y ludópatas. Sólo en el reducido círculo de mis amigos íntimos cuento con tres fanáticos que darían cualquier cosa por una nueva especialidad y devoran como un placer solitario un kilo de trufa de La Playa, de Moscovitas y de la modernísima colección de Jacinto Rama, padre e hijo, y esto sin moverme de Asturias. Rindamos un merecido homenaje a algunos de los orfebres chocolateros internacionales: Jean-Paul Hevin, Pascal Coffel, Jacques Genin, Pierre Hermé, Marcolini, Debauve & Gallais. Consultar nuestra guía al final de este artículo.

Degustación

El chocolate tiene un lado afectivo, antidepresivo, antiestrés, somnífero, cualidades todas que tranquilizan nuestra mala conciencia después de un gratificante atracón.

Como ocurre con el vino, abundan los entendidos en chocolate. Un buen ‘connaisseur’ distingue sin pestañear un Guanaja hondureño de un Chuao venezolano, un Trinidad de Las Antillas de un Hispanola de Santo Domingo o de un Sumatra de Indonesia, por citar algunos de los ‘gran reserva’ en materia de cacaos. Los novicios protegen su agenda íntima de proveedores como un secreto del sumario. Valrohna, ilustre en todo el orbe terráqueo inolvidable, es souflé del mítico restaurante El Amparo. Pero hay más: Sageltorte vienesa, Rocas de las Clarisas de Belorado, Charlotte de Fauchon, trufas de Baixas, helados, sorbetes, cakes, mousses, brownies made in USA, bacci de Perugia … Ferrero Rocher para ellos es un advenedizo. Los suizos reivindican las mejores calidades ante la indignación de los belgas, excelsos maestros chocolateros, los turineses y los sencillos habitantes de la pequeña ciudad fronteriza de Bayona. Consumir sin moderación alguna.

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