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La sofrología

por Elena Bonet ,
La sofrología

El objetivo de la sofrología es desarrollar una personalidad más armoniosa. Esta técnica de relajación es poco conocida entre los no iniciados, pero se utiliza en psicoterapia para aliviar problemas psicológicos. ¿En qué consiste exactamente? ¿Qué diferencia hay entre el yoga y la hipnosis? ¿En qué casos puede ser útil? Te lo explicamos todo.

Armonizar cuerpo y espíritu

La sofrología es una técnica de relajación inspirada en la autohipnosis, la meditación y el yoga. Su objetivo reside en detectar las angustias y los miedos con el fin de armonizar cuerpo y espíritu. La práctica consiste en alcanzar un estado de conciencia inhabitual, de pureza y en reequilibrar las emociones, los pensamientos y los comportamientos del individuo. Todo esto mediante ejercicios mentales y respiratorios, así como ejercicios corporales.

Entre Oriente y Occidente
La sofrología nació en 1960 de la mano del doctor Alfonso Caycedo, neuropsiquiatra colombiano. Allí donde se cruzan la relajación oriental y la meditación occidental se distinguen dos tipos de técnicas utilizadas en sofrología:

>La relajación dinámica: estos ejercicios se toman prestados del budismo, la filosofía zen y el yoga con el objetivo de relajarse mentalmente, conocer mejor el cuerpo, estimular la creatividad y su sentido de la intuición (mediante el área derecha del cerebro). Son métodos privilegiados que se realizan en grupo. Estos ejercicios se deben practicar sentado, con la cabeza enderezada, o de pie, y siempre a la luz del día.
>Las sofronizaciones: con esta palabra, un tanto extraña para los principiantes, se denominan los ejercicios individuales practicados entre el sofrólogo y el paciente.
Objetivos de la sofrología
>Deshacernos de los miedos, las angustias y las tensiones.
>Amortizar las molestias del día a día, sobre todo los pensamientos parasitarios y aprender a afinar la conciencia.
>Desarrollar una imagen positiva de uno mismo.
>Aumentar la confianza en uno mismo y la motivación.
>Aprender a ver las cosas tal y como son, es decir, desarrollar el sentido de la realidad objetiva.
>Aprender a relajarse estimulándose.

Dos modos de práctica principales
>Uno mismo: podemos practicar ejercicios adecuados de forma puntual para aliviar un dolor, por ejemplo. Podemos realizar también ejercicios a diario con la ayuda de audios. El objetivo es realizar un trabajo de desarrollo personal: deshacerse de la dependencia y reafirmarse frente a la autoridad. Para practicar solo en las mejores condiciones hay que aislarse entre 10-20 minutos en un ambiente relajado y habiendo neutralizado cualquier fuente de posibles distracciones (teléfono, ventanas abiertas, etc.).
>Con un profesional: mediante la modificación del estado de la conciencia de un paciente, el sofrólogo, con un tono monocorde, lo ayuda a «reprogramar» su comportamiento con el objetivo de enfrentarse a una situación o a un problema en particular. El profesional lo guía también para acceder a las zonas superiores de la conciencia. Todo esto sin que haya contacto físico ninguno.

¿En qué casos se recurre a la sofrología?
A menudo se recurre a ella para tratar el dolor, sobre todo durante el parto. También para remediar el estrés, la ansiedad o aprender a gestionar éstas y otras emociones (cólera, tristeza), así como en los siguientes casos:
>Depresión.
>Problemas de sueño.
>Preparación de exámenes: concentración, condicionamiento a la superación.
>Preparación mental para deportistas. La sofrología se utiliza mucho en este campo porque aporta resultados muy eficaces en cuanto a la concentración, a la recuperación o mejoría en actuaciones públicas. Ahora bien, hay que considerar esta disciplina como algo complementario, no como el substituto de un tratamiento terapéutico cuando éste se considere necesario.

La sofrología no...
hay que confundirla con la hipnosis. Para empezar, se basa en una filosofía que no practica hipnosis y el nivel de autonomía del paciente es diferente. En sofrología, el paciente puede apoderarse de un método para utilizarlo de forma autónoma.
Sofrología y yoga tampoco deben confundirse en la medida en que el yoga tiene sus raíces en los pensamientos religiosos, como la filosofía zen japonesa, mientras que la sofrología no exige hacer la postura del loto o demás posiciones codificadas. La atención reside, sobre todo, en la noción de «energía».

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Elena Bonet
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