Hasta hace poco en Arabia Saudí, uno de los países más segregados por sexo del mundo, los hombres entraban los establecimientos (bares, restaurantes, oficinas, bancos u hospitales) por la puerta principal, mientras que las mujeres entrarían por una puerta lateral o secundaria. La medida que suprime esta práctica se ha presentado como una más de las actualizaciones de las normas municipales que pretenden facilitar los procedimientos a inversores, ciudadanos y emprendedores. Por este mismo motivo, algunos bares, restaurantes y otros establecimientos de ocio situados en grandes ciudades no respetaban esta norma. Sin embargo, la ordenanza no es obligatoria, por lo que los dueños que lo deseen, podrán seguir manteniendo puertas diferenciadas para hombres y mujeres.
El paquete de medidas forma parte del bloque de reformas económicas y sociales que Mohamed Bin Salmán, el príncipe heredero del rey Salmán, ha puesto en marcha con el objetivo de modernizar el país, hacerlo más atractivo a inversores externos y regresar "al islam más moderado". Sin embargo, no afectará a establecimientos como bancos, hospitales, escuelas o universidades.
Este decreto sigue a otras reformas previas como el acceso de la mujer al mercado de trabajo o, por ejemplo, la permisión de conducir. Además, Arabia Saudí también puso fin en agosto de este año a la prohibición para la mujeres de viajar, por lo que ahora las chicas mayores de edad pueden obtener su pasaporte y viajar sin el permiso del varón cabeza de familia. Aun así, siguen existen limitaciones para ellas: siguen requiriendo el permiso de sus padres para casarse.
Aunque la supresión de la segregación de entrada es un avance (muy tímido), la ordenanza no especifica nada acerca de la segregación en el interior de los establecimientos o, dicho de otro modo, no aclara si hombres y mujeres deben seguir sentándose en mesas separadas. Lo habitual hasta ahora era que hubiera una sala para hombres y otra para familias y, si las dimensiones del establecimiento no permitían la existencia de dos espacios diferenciados, las mujeres no podrían entrar en él. Aun así, se empiezan a ver espacios mixtos en vista de los avances en igualdad.
Aunque el aperturismo es bien recibido por las mujeres, recibe las críticas de los sectores conservadores que perciben las reformas como un ataque a su religión. Y a pesar de que se trata de medidas modestas, algunos ciudadanos temen que se sobrepasen las líneas rojas.
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