Es común que las parejas tengan que enfrentarse a épocas más complicadas: el estrés diario, los problemas económicos o familiares y la rutina pueden acabar tensando cualquier relación. Sin embargo, lo que diferencia a las relaciones que sobreviven del resto no es la ausencia de conflicto, sino la forma en cómo se elige enfrentar esos retos.
Los psicólogos John y Julie Gottman, conocidos por su experiencia en dinámicas de pareja, han identificado lo que llaman "Los Cuatro Jinetes del Apocalipsis": tipos de comportamiento que prevén la ruptura. Las parejas que consiguen evitar estas trampas refuerzan su vínculo y mantienen relaciones más saludables.
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Estas son las 4 actitudes que las parejas felices eligen no tener
1. Criticar en lugar de expresar
Acusar con frases como "siempre haces esto" o "nunca haces aquello" solo enciende la defensiva. En vez de lanzar culpas, las parejas que funcionan bien hablan desde su experiencia: "me sentí herido cuando sucedió esto" es más efectivo que señalar errores. Usar el "yo" en lugar del "tú" ayuda a abrir el diálogo sin confrontación.
2. Actuar a la defensiva
Cuando alguien responde a una crítica con excusas o contraataques ("¡pues tú también lo haces!"), lo que en realidad está haciendo es esquivar el problema. Esto impide que la conversación avance. Escuchar con atención y curiosidad, y hacer preguntas para entender al otro, puede transformar una discusión en una oportunidad para acercarse.
3. Despreciar al otro
El desprecio se manifiesta en burlas, sarcasmo, gestos de superioridad o lenguaje que humilla. Es una de las actitudes más destructivas dentro de una relación, según los estudios de Gottman. Las parejas sanas, en cambio, cultivan el respeto mutuo, se agradecen y reconocen con frecuencia, y evitan cualquier forma de desvalorización.
4. Cerrar la comunicación
Cuando uno de los dos se calla, se va en medio de una discusión o se encierra emocionalmente, la conexión se rompe. Este silencio prolongado genera inseguridad, sensación de abandono y puede profundizar los conflictos. La clave está en mantenerse presente y disponible, incluso en momentos difíciles. A veces, un breve descanso para calmarse es útil, pero siempre debe retomarse el diálogo.