1) El dobladillo a mano: nada más fácil
Para un pantalón o una falda, en primer lugar hay que probarse la prenda para calcular la medida del dobladillo. Luego, marca con alfileres para fijar la longitud y quítate la ropa. A continuación, es tan fácil como coser en el lugar donde están los alfileres, por el interior para que la costura no se vea. No tiendas el hilo y da puntadas pequeñas. Cuando acabes, repasa la prenda por el derecho. Truco: utiliza sólo un solo hilo para que el dobladillo sea casi imperceptible.
Atención: cuando decidas la longitud del dobladillo, piensa que si la prenda es de lino o algodón, puede encogerse con el primer lavado. ¡Un pantalón que te llegaba a los talones puede quedarse por los tobillos! Por lo tanto, cuando se hace un dobladillo, generalmente dejamos un pequeño margen para evitar estragos.
Otro peligro:
Antes de comprar los pantalones de tus sueños, comprueba que hay suficiente tejido para arreglarlo. Si, por ejemplo, debes alargarlo 3 cm, el dobladillo existente debe medir al menos 5 cm para poder hacer correctamente una solapa (cuenta un margen de 2 a 3 cm). Si no es el caso, mejor no lo compres.
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2) El dobladillo a máquina
Es necesario para prendas como el vaquero, que necesitan puntadas pequeñas para que no se vean. Fíjate en que el hilo no quede demasiado tenso para evitar fruncidos antiestéticos.