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Piel reconstruida para acabar con la experimentación animal en cosmética

por Patricia Álvarez ,
Piel reconstruida para acabar con la experimentación animal en cosmética© L'Oréal

Pese a que hace ya varios años que la experimentación animal en la cosmética está totalmente prohibida en Europa, este problema todavía existe en otros mercados como el asiático.

Para acabar de una vez por todas con esta práctica es vital que las grandes firmas de belleza se impliquen y desarrollen nuevas maneras de testar la eficacia de sus productos sin necesidad de hacerlo en cobayas, conejos o ratas. L'Oréal, la mayor empresas de cosméticos a nivel mundial, lleva mucho tiempo invirtiendo recursos en desarrollar este tipo de tecnologías que ayuden a acabar con la experimentación animal a nivel mundial, mucho antes incluso de que fuese obligatorio por ley. De hecho, un 3,4% de su facturación (877 millones de euros) se invierte anualmente en I+D, convirtiendo así a L'Oréal en la empresa cosmética que más invierte en I+D del sector. ¿La iniciativa más importante de todas? Sus cultivos de piel reconstruida en los laboratorios Episkin de Lyon, que tuvimos la oportunidad de visitar hace unos días.

Video por Patricia Álvarez

Aunque suene a argumento de película de ciencia ficción, los cultivos de piel reconstruida son una realidad desde que se desarrolló el primer prototipo en 1979. Por supuesto, ha sido mucho lo que se ha avanzado en estas décadas, y desde 2011 Episkin fabrica entre 100.000 y 130.000 unidades de piel humana cada año en su sede de Lyon. Pero, ¿cómo se utilizan estos cultivos de piel humana reconstruida? En pequeñas cubetas de unos dos centímetros cuadrados se cultiva la epidermis humana a partir de donaciones de pacientes (principalmente de intervenciones estéticas) de hospitales cercanos. Una vez que la piel "ha crecido" a partir de las células de los donantes y está lista para usarse, se impregnan con el cosmético que se quiera testar para descartar efectos irritantes y corrosivos, o comprobar, entre otras cosas, la evolución del producto tras exponerlo a la radiación UV.

Sin embargo, esta no es su única aplicación, pues también se venden estos cultivos a otras empresas de cosméticos para que puedan realizar sus pruebas y a hospitales especializados en reconstrucción de piel tras quemaduras graves.

© L'Oréal
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