La delegación española regresa de los Juegos Paralímpicos de París con 40 medallas, que podían haber sido 41. Y es que uno de los momentos más amargos e injustos ha sido la descalificación de la maratoniana Elena Congost, ganadora de la medalla de bronce de la que ha sido finalmente privada por soltar la cuerda que la unía a su guía.
Si bien esta circunstancia está prevista en la reglamentación, la descalificación de Elena Congost no ha sido como resultado de tratar de obtener algún tipo de ventaja injusta. De ahí el revuelo que ha causado, ya que muchos entienden que se ha aplicado la norma de manera excesivamente estricta y sin atender al verdadero espíritu de la misma.
Descalificada por ayudar
En la maratón para invidentes, las atletas corren unidas a un guía por medio de una cuerda atada a su muñeca. La norma dice que el guía no puede entrar antes que la atleta, y que tampoco pueden soltarse. Algo que se entiende como una forma de evitar tanto que el guía tire de la atleta como que ésta pueda ir más rápido.
Sin embargo el caso de Elena Congost no tiene nada que ver con ninguna de estas circunstancias. Elena y su guía, Mía Carol, enfilaban ya la línea de meta cuando éste comenzó a sentir calambres como resultado de la fatiga acumulada a lo largo de los 42 km.. Y apenas a unos metros de la llegada, éste está a punto de perder el equilibrio, momento en el que, por un segundo Elena Congost suelta la cuerda para ayudarlo evitando que caiga al suelo.
Si tenemos en cuenta que la siguiente atleta llegó con más de tres minutos de diferencia, el motivo que ocasionó el incidente, la distancia a la meta y el mínimo tiempo en que se soltó la cuerda, resulta evidente que la interpretación de la regla se ha llevado al extremo, ocasionando una enorme injusticia.
EL CPE se plantea concederle una beca
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El comité Paralímpico Español no ha tardado en pronunciarse al respecto de este hecho. Y aunque poco puede hacer para invalidar esta decisión, sí que ha tratado de encontrar un modo de compensar a la atleta. Así, en un comunicado, su presidente ha señalado que “Considerando la magnífica actuación realizada hoy por Elena, plantearemos la concesión de una beca en la próxima reunión del panel de decisión que compartimos con el Consejo Superior de Deportes y la Federación Española de Deportes de Personas Ciegas”
Elena Congost, por su parte, se encuentra desolada, como cabe suponer. Que después de una prueba tan dura y exigente como un maratón se la haya desposeído de la medalla por este hecho la ha dejado muy tocada anímicamente. Y es que no se entiende que en unos Juegos en los que se pretende promover el espíritu olímpico, se sancione a una atleta por tener un comportamiento humanitario.
“Me gustaría que todo el mundo sepa que no me han descalificado por hacer trampas, sino por ser persona y por un instinto que te sale cuando alguien se está cayendo y es ayudar o aguantarlo”