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¿Las piedras de la suerte funcionan? La ciencia responde

por Luis Lozano ,
¿Las piedras de la suerte funcionan? La ciencia responde© Shutterstock/@ju_see

Estos objetos se han convertido en un artículo común en algunas tiendas, donde se venden como amuletos.

Índice
  1. · Las piedras de la fortuna
  2. · Las piedras y sus capacidades curativas
  3. · El efecto placebo de los cristales y las piedras
  4. · La actual situación

Las piedras, especialmente aquellas conocidas como gemas preciosas, son reconocidas por su reputación de atraer la fortuna positiva. De esta manera, se exaltan sus propiedades y se destacan cuáles son las más favorables. Si deseas atraer la fortuna en alguna área específica, como el amor o el trabajo, es probable que encuentres a la venta una piedra o cristal particular recomendado para ese propósito.

No obstante, ¿es esto meramente un mito? ¿Es simplemente una cuestión de tradición? ¿Quizás es solo un sector en crecimiento en los últimos años? Para obtener respuestas, es esencial recurrir a la ciencia. Veamos lo que indican los estudios científicos al respecto.

Las piedras de la fortuna

¿Cuándo hablamos de piedras de la suerte, a cuáles nos referimos? Las más comunes incluyen la pirita, el rubí, el ágata, el jade verde, la esmeralda, la amatista, el cuarzo. Se dice que el rubí atrae la buena fortuna en el amor. El ágata es considerada beneficiosa tanto en asuntos sentimentales como económicos. Se cree que el jade verde favorece la prosperidad, tanto a nivel personal como familiar. Los cuarzos, especialmente el cuarzo rosa, se utilizan para alejar las energías negativas. La esmeralda se asocia con la curación de la envidia. La amatista se dice que reduce los síntomas de la menopausia. Y si buscas atraer dinero, se sugiere la pirita. O al menos eso es lo que se comenta.

Algunas personas mencionan la existencia de piedras y cristales que tienen la capacidad de reducir el estrés o incluso poseen propiedades curativas. Este concepto ha llegado a tal punto que en el mercado puedes encontrar numerosos libros que tratan sobre gemoterapia, cristaloterapia y otras disciplinas que aseguran que las piedras pueden curar enfermedades.

Esto es lo que afirman quienes respaldan la utilización de piedras y cristales en estas prácticas. Sin embargo, ¿qué tan verdaderas son estas afirmaciones? ¿Tienen algún fundamento científico o es simplemente una cuestión de superstición? ¿Estamos frente a una forma de pseudociencia que ha ganado popularidad en los últimos años?

Las piedras y sus capacidades curativas

Iniciamos con las piedras y sus defendidas por muchos, propiedades curativas. Desde el punto de vista científico, no hay margen de duda al respecto: son afirmaciones infundadas. Ni los cristales ni las piedras poseen capacidad curativa alguna. No pueden sanar ninguna enfermedad, y no existe ninguna publicación científica que respalde la idea de que las piedras tengan dicha capacidad.

El efecto placebo de los cristales y las piedras

Algunas personas afirman que la cristaloterapia o gemoterapia les ha proporcionado curación para ciertas enfermedades. Estos defensores respaldan terapias con piedras que pretenden curar ciertas dolencias. Otros relatan llevar un amuleto de pirita que contribuye a que todos sus emprendimientos sean exitosos. También hay quienes testifican que, desde que han ubicado una piedra de jade verde en su hogar, la suerte de su familia ha mejorado.

En realidad, no hay nada respaldado por la ciencia en este ámbito. Cuando se trata de estos temas, lo que la ciencia identifica es algo bastante simple: el efecto placebo. Estudios como el presentado en la Conferencia Centenaria Anual de la Sociedad Psicológica Británica en Glasgow en el año 2001, realizado por el profesor Christopher C. French de la Universidad de Londres, concluyen que la manipulación de piedras y cristales solo induce la autosugestión en la gente.

Para llevar a cabo el experimento, se proporcionó a 40 participantes un fragmento de cuarzo sin revelarles su identidad, mientras que a otros 40 se les entregó un fragmento de vidrio informándoles que era cuarzo. Posteriormente, se les pidió meditar sosteniéndolo entre las manos durante cinco minutos. Los resultados fueron concluyentes: aquellos que creían tener cuarzo destacaban el calor emanado de sus manos y la creciente sensación de bienestar. La piedra o cristal en sí no importaba, lo crucial era su creencia. Este estudio, presentado, pero no publicado, demostró de esta manera como las piedras pueden generar un efecto placebo.

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La actual situación

En la actualidad, no existen investigaciones científicas que respalden la supuesta influencia curativa de las piedras; en el mejor de los casos, solo se les podría atribuir un efecto placebo. Lo que sí hay detrás de este fenómeno es una lucrativa industria. Se estima que, en 2019, el mercado minorista de cristales y piedras generó ingresos superiores a los 1.000 millones de dólares. Los principales productores son Brasil, India, China y Madagascar. En este último país, las condiciones de trabajo en las minas de extracción son peligrosas, con familias enteras trabajando en condiciones deplorables por un poco de ingreso.

Por lo tanto, según los expertos, poseer piedras o cristales no presenta ningún problema, siempre y cuando no se abandonen los tratamientos médicos y no se conviertan en una obsesión o generen comportamientos dependientes. En cualquier caso, si decides adquirir alguna de ellas, asegúrate de verificar su origen, así como el proceso de extracción y producción, para realizar una compra responsable que no contribuya a la explotación laboral en algunos lugares del mundo.

Luis Lozano
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