Pese a que una piel sensible puede manifestarse en cualquier parte del cuerpo, lo más común es que ésta se dé en el rostro, por lo que hace mucho más delicado su tratamiento ya que se trata de la zona más expuesta a los cambios de temperatura, polución y agentes medioambientales. Las causas que provocan este tipo de piel son muy variadas, y van desde la genética hasta el estilo de vida, pues es muy común que una piel normal se convierta en sensible cuando ha sido expuesta de manera continuada a las agresiones externas. Pero, ¿sabes realmente qué es una piel sensible? Cuando la función de la barrera natural de la piel está deteriorada, provoca una pérdida de agua, la barrera lipídica se deshidrata y los agentes irritantes penetran mucho más fácilemente.
Conocer bien las causas de la piel sensible, sus caracterísitcas y los factores que pueden empeorarla puede ayudar a reducir su impacto y atenuar sus apariciones.
¿Qué caracteriza a una piel sensible?
Las pieles sensibles son más finas que una piel normal, lo que las hace más delicadas. Además, suelen notar cierta sensación de tirantez, puesto que la pérdida de agua que hemos comentado antes provoca una deshidratación profunda.
Otro síntoma muy común es la presencia de rojeces y manchas (porque los capilares se encuentran más cerca de la superficie de la piel y es más sensible a los efectos de la radiación UV), de zonas descamadas debido a la falta de hidratación, y pequeños sarpullidos ocasionales que se producen cuando la piel reacciona a ciertos productos o ingredientes.
¿Qué activos e ingredientes debo evitar?
Son muy pocas las personas que nacen con una piel sensible, ya que lo normal es desarrollar una sensibilidad por una exposición a algunos factores externos, como el sol, la contaminación o el estrés. Pero también podemos favorecer su aparición o empeorar su estado si incluimos en nuestra rutina los siguientes ingredientes:
- Alfahidroxiácidos AHA's: pese a que su uso es muy beneficioso para favorecer la renovación celular y la luminosidad en una piel normal, son unos ácidos que una piel sensible no toleraría, especialmente el ácido glicólico, el ácido ascórbico y el ácido salicílico.
- Limpiadores jabonosos con hidróxido de sodio o lauril sulfato de sodio (SLS): son muy efectivos a la hora de eliminar impurezas, y suelen gustar mucho porque hacen mucha espuma, pero resecan bastante la piel, lo que agravaría la deshidratación característica de este tipo de pieles.
- Filtros solares químicos: existen dos tipos de protectores solares los físicos (suelen dejar residuo blanco) y los químicos (penetran en la piel y por eso no dejan residuo). Las pieles sensibles deben optar por los primeros, aunque cueste más trabajo extenderlos, ya que como estos filtros no son capaces de penetrar en la piel, son ideales para pieles sensibles, pieles con dermatitis, eritemas y alergias.
Productos recomendados
A la hora de elegir tus productos de cuidado facial, es importante que optes por aquellos que no contengan fragancias artificiales, aceites minerales artificiales y alcohol, para evitar irritaciones, y que a su vez contengan ingredientes que calmen la inflamación, y reduzcan el enrojecimiento. Estos son nuestros favoritos:
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