Una muestra de amor es precisamente la protagonista de la historia que os contamos a continuación. Alistair Campbell no quería que su hija se viera distinta por tener que llevar un implante coclear en su oído; un aparato electrónico que se implanta quirúrgicamente que permite escuchar a las personas que sufren sordera profunda o elevada. La niña, Charlotte, de 6 años sufre una pérdida extrema de audición que le llevó con tan solo 4 años a tener que ponerse un primer implante.
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Pues bien, el padre decidió solidarizarse con su hija rapándose la cabeza y haciéndose un tatuaje simulando un implante como el que lleva la pequeña. Una muestra de amor que Alistair afirma al periódico New Zealand Herald: “Realmente lo hice por amor a ella. Mi pelo volverá a crecer”.