En los últimos, pongamos, 100 años, España ha acogido innumerables producciones cinematográficas y alguna que otra gran superproducción, pero han tenido que pasar exactamente seis décadas para que Hollywood volviera a Gran Canaria. Fue en aquel lejano 1966 cuando Gregory Peck trató de salirse con la suya en Moby Dick, cinta rodada en aguas de la isla, y ha sido hace apenas unos días cuando se estrenó Aliados, la última película de Robert Zemeckis protagonizada por Marion Cotillard y Brad Pitt, dos de los actores que más han dado que hablar en los últimos tiempos.
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Gran Canaria fue el escenario de su romance (bueno, es decir, del romance de Marianne y Max, sus personajes en 'Aliados'), cuyas calles y edificios se convirtieron en un inmenso plató en el que se recreó la ciudad marroquí de Casablanca en la Segunda Guerra Mundial. ¿Misión imposible? Qué va, en el cine eso es tan solo el título de una película. Así, quien conoce bien la isla puede distinguir algunos de sus edificios más emblemáticos, como la antigua fábrica de hielo del cabildo, convertida en la embajada donde se desarrolla parte de la acción de la película.
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El fotograma de Aliados y las imágenes del rodaje y del edificio dan buena prueba de lo que el cine es capaz. De aquella zona, situada al lado de una estación de autobuses, se quitaron durante dos días bolardos, papeleras y señales, se pidió la colaboración ciudadana de los edificios de alrededor, se tapó la carretera con arena, se colgaron unos estandartes nazis y, ¡tachán! Cotillard y Pitt aparecen en escena (o más bien huyen de ella) en uno de los momentos iniciales de la película.
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Y de la fábrica de hielo nos vamos a la calle Núñez de la Peña, otro escenario ahora de cine. Allí se ubicó el apartamento de Marianne Beausejour, el personaje de la impecable Marion Cotillard, que brilla en esta cinta con una interpretación que engrandece un poquito más su carrera (y ya van...). Unas pocas escaleras más, un poco de chapa y pintura en la fachada y un impresionante vestido que ya casi es historia del cine fue lo que bastó para que la oscarizada actriz irrumpiera en escena. ¿Quién nos iba a decir que justo al lado de lo que se supone es un portal en Casablanca en los años 40 habría una clínica de salud o una pintada que clamaba independencia?
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Pero lo que dicen que enamoró realmente a Robert Zemeckis para rodar en Gran Canaria (en vez de en Cádiz, lugar que se barajó en un primer momento) fue la Plaza Alameda de Colón, con el imponente Gabinete Literario de fondo y un cruce de caminos donde el director imaginó a la perfección su película. Tenía suficientes elementos históricos y las calles eran tan parecidas a lo que se buscaba que un gran croma azul que emulaba la fachada del hotel donde se conocen los protagonistas y algunos coches de época hicieron el resto.
Y con este minucioso trabajo de búsqueda de localizaciones y una increíble visión para imaginar escenas históricas en calles actuales es como Canarias se ha vuelto a colocar en el mapa de Hollywood 60 años después. Si de aquellas el capitán Ahab interpretado por Gregory Peck buscaba incesantemente el famoso cachalote blanco y en estas Marion Cotillard y Brad Pitt nos muestran una historia de amor y acción en la Segunda Guerra Mundial, cuesta creer qué puede ser lo siguiente para un lugar con una diversidad tan rica como Gran Canaria. La magia del cine dirá.
Más sobre Aliados
Mientras Brad Pitt y Marion Cotillard se deshacen en halagos hacia la isla, ahora toca también, por supuesto, hablar de Aliados, que aterrizó en el cine con éxito este 25 de noviembre. Se trata de uno de los estrenos más ambiciosos y espectaculares del año, y aunque no se haya podido zafar del todo de la polémica en torno a la relación (o no relación) de sus dos protagonistas, lo cierto es que la cinta funciona independientemente de ello, como una de esas clásicas y épicas historias del cine donde la acción, el drama y el romance van de la mano. Con una parte ambientada en Casablanca y otra en Londres, Aliados nos presenta a Max Vatan y Marianne Beausejour (enorme Marion Cotillard, por favor), dos espías de la Segunda Guerra Mundial que se enamoran y... Bueno, mejor nos callamos ya. Dejemos algo de emoción para el cine.
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