El alcalde de Nueva York, Bill de Blasio, ha aprobado la orden municipal por la que se instalarán cambiadores en los aseos públicos, tanto femeninos como masculinos. La medida, que se aplicará en estaciones de tren, museos o restaurantes, supone un paso hacia la igualdad de género. Si hace unos años la ciudad fue pionera en prohibir que se fumara en lugares públicos, ahora lo vuelve a ser con una iniciativa muy necesaria para romper con los estereotipos y caminar hacia una sociedad en la que los padres, independientemente de su sexo, cuiden de sus hijos.
"Esta nueva ley asegurará que todos los padres tengan acceso a este equipo en edificios públicos de todo tipo", dijo el alcalde progresista recientemente reelegido, refiriéndose a un "gran paso adelante" para los padres de Nueva York. No obstante, la idea fue propuesta por el concejal Rafael Espinal después de ser testigo de cómo un padre cambiaba el pañal a su bebé en un lavabo porque no había otro sitio adecuado para hacerlo.
La ley, que entrará en vigor en 180 días, hace de Nueva York una ciudad puntera en este aspecto. El hecho de que los cambiadores estén presentes en los baños tanto para hombres como para mujeres también supone dejar de discriminar a padres solteros, padres homosexuales o, simplemente, a papás que participan de forma activa en el cuidado de su bebé.
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Una petición que ya lleva rondando varios años y que se hizo popular gracias a Ashton Kushter, que al no poder cambiar el pañal a su bebé, mostró públicamente su indignación y denunció la flagrante desigualdad entre hombres y mujeres en los inodoros estadounidenses. Afortunadamente, el cambio está en proceso. Ya en octubre de 2016, el ex presidente de los EE. UU. Barack Obama había dado el ejemplo al promulgar una ley que exigía que los edificios federales abiertos al público ofrecieran cambiadores en todos los baños. Y en California también ha entrado en vigor una iniciativa similar. Quizá, tras ellos, otros países empiecen a adoptar esta medida tan positiva.
