La artista de Barbados acudió con un vestido blanco de Tom Ford (por cierto, el mismo diseñador que eligió Myley Cyrus y que no iba menos provocativa). Rihanna completó el de por sí poco discreto diseño con unas medias de liguero negras que la raja del vestido dejaba al aire. Aunque sin duda lo más espectacular son las pezoneras rosas, a juego con los zapatos, eso sí.
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Sabemos lo poco discreta que Rihanna es con los looks que elige para subirse al escenario. En sus shows la vemos con transparencias, poca tela y siempre brillante. Sin embargo, esa tendencia la ha llevado a sus paseos por la alfombra roja, donde quizás debiera optar por diseños más elegantes y más favorecedores. ¿Tú que crees?