El otoño ha llegado poco a poco, trayendo consigo humedad, viento y descenso de temperaturas. Aunque es hora de que el jardín entre en reposo, algunas intervenciones son clave antes de la llegada de las heladas. Entre ellas, la poda de ciertas plantas es importante para asegurar su buena salud. De esta forma, su crecimiento será óptimo cuando regresen los días cálidos.
Como señala L’Internaute, esta operación es una de las más importantes que se deben realizar en octubre. La poda en otoño tiene como objetivo limpiar la planta de ramas muertas, enfermas o dañadas. También permite una mejor circulación de la luz y el aire, lo que limita las enfermedades fúngicas, muy recurrentes con la humedad de la temporada. Pero, es importante no podar de forma demasiado severa en esta época. Las heridas cicatrizan más lentamente y exponen a la planta al frío. Por ello, se recomienda una poda ligera antes de las primeras heladas.
Trepadoras y arbustos que requieren atención especial
Algunas plantas trepadoras necesitan cuidados especiales desde octubre. Este es el caso de las rosas trepadoras, que florecen en los brotes del año. Según el famoso jardinero Monty Don, citado por L’Internaute, conviene eliminar la madera muerta, seleccionar los tallos principales para atarlos en abanico y reducir los brotes laterales.
Una poda bien realizada favorece una floración generosa desde primavera. La parra virgen, otra trepadora vigorosa, también debe controlarse en esta época. Muy invasiva, puede infiltrarse bajo las tejas o cubrir fachadas enteras. Los pies antiguos aceptan sin problema una poda severa a 1 metro del suelo. Un corte drástico en octubre permitirá que la planta se recupere y evitará desbordamientos en primavera.
Los arbustos de floración veraniega, como el buddleia, la clemátide o el madreselva, también pueden beneficiarse de una poda preventiva en octubre. Aunque generalmente se podan a finales de invierno, un corte ligero de un tercio ahora ayuda a evitar que se rompan bajo el peso de la nieve o sufran daños por el viento. Esta poda anticipada también les permite afrontar mejor las bajas temperaturas.
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No descuides tus plantas
En el caso de arbustos de follaje decorativo como el cornejo, el pittosporum o el elaeagnus, se recomienda una limpieza ligera. No se trata de recortarlos drásticamente, sino de eliminar las partes superfluas o enfermas. Esto favorecerá una mejor recuperación de la vegetación en primavera y mantendrá una estructura estética durante todo el invierno. Aunque todavía no sea el momento de podar todos los árboles, no dudes en revisar tu jardín cuidadosamente. Identifica y elimina las ramas muertas, enfermas o que se crucen.
Estas pueden romperse o dificultar el paso. Lo mismo aplica para ramas peligrosas cerca de techos o caminos. En cambio, es preferible esperar hasta finales del invierno para intervenir en árboles grandes como robles o arces, o en frutales. Una poda demasiado temprana podría afectar su vigor o comprometer la floración. Hasta entonces, una poda de mantenimiento puntual es suficiente para garantizar seguridad y buena salud.