Inicio / Maternidad / Bebés y niños / Educación de los niños

Cómo ayudar a los niños a dormir mejor cuando se acaba la rutina, según los expertos

por Luis Lozano ,
Cómo ayudar a los niños a dormir mejor cuando se acaba la rutina, según los expertos© shutterstock_2383567171

Son varios aspectos los que se deben de considerar para asegurar el buen descanso de los pequeños, tales como las horas de comida y la actividad física.

Un buen descanso reparador es uno de los tres elementos fundamentales, junto con la actividad física y la alimentación equilibrada, para gozar de una vida plena y sana. Así lo ha subrayado recientemente la institución American Academy for Sleep Medicine. El desarrollo cognitivo de los pequeños, particularmente en los primeros años de vida, depende en gran medida de que obtengan el reposo necesario.

Las dificultades para conciliar un sueño adecuado afectan a entre el 25% y el 50% de los niños, además de al 40% de los adolescentes, según datos de la American Academy of Pediatrics (AAP). Por tal motivo, es crucial que padres y responsables del cuidado infantil tengan claras las horas de descanso requeridas en cada etapa evolutiva, dada la relevancia del sueño para un desarrollo y crecimiento apropiados durante la minoría de edad.

El doctor Óscar Sans, coordinador del grupo de Pediatría en la Sociedad Española del Sueño (SES) señala que conocer las horas de reposo requeridas por los pequeños es fundamental. Los niños de 3 a 5 años, indica, precisan entre 9 y 11 horas de descanso nocturno, sumando también un período de siesta de 1 a 1 hora y media.

Estas recomendaciones concuerdan con los lineamientos de la organización global National Sleep Foundation (NSF). Esta entidad sugiere que los infantes de 1 a 2 años requieren entre 11 y 14 horas diarias de reposo. Por su parte, los pequeños en edad preescolar, de 3 a 5 años, necesitan disfrutar de un sueño con una duración de 10 a 13 horas al día.

Además de cumplir con las horas de descanso recomendadas, Sans enfatiza en la importancia de identificar si existe o no ronquido para determinar la calidad del sueño. "Algunos menores roncan sin padecer apnea, mientras que otros no roncan, pero sí sufren esta condición", explica.

Reconocer esto es clave para garantizar que el pequeño no solo duerma de forma adecuada, sino también lo suficiente. El especialista aclara que el ronquido no debe asociarse únicamente con adultos o ancianos, pues también puede presentarse en niños con adenoides grandes o amígdalas, sin confundirse con una respiración ruidosa.

De padecer apnea, el niño experimentará interrupciones momentáneas de la respiración durante la noche que fragmentan su descanso y recuperación, comenta Sans. "Si estas micro alertas ocurren en cinco o seis ocasiones, impiden que el cerebro se relaje por completo, arruinando la calidad del descanso", agrega el especialista. Esta patología provoca breves despertares nocturnos, quebrando el sueño profundo.

Un reposo apropiado es fundamental para prevenir afecciones como la obesidad y la diabetes, además de problemas de salud mental como alteraciones de aprendizaje, memoria, conductuales, de estado anímico, de atención o resiliencia, según explican los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades (CDC), el organismo nacional de salud pública estadounidense.

Si bien no se puede afirmar categóricamente que los trastornos del sueño en niños de 3 a 5 años deriven en problemas de salud mental en etapas posteriores, Sans detalla que sí se vinculan con posibles afecciones al sistema cardiovascular, un menor rendimiento académico y una mayor irritabilidad.

El experto enfatiza que los problemas de irritabilidad o comportamiento en niños podrían malinterpretarse por desórdenes como TDAH, cuando en realidad la verdadera causa podría ser la privación de sueño. Un estudio titulado La importancia de un descanso de calidad para la salud infantil, divulgado este año por el Departamento de Salud de la Universidad de Florida (EE.UU.), señala además que la carencia de sueño afecta negativamente el desarrollo cerebral en los pequeños.

La importancia de los padres para el buen descanso de sus hijos

Según Marta Carrascal, psicóloga clínica y terapeuta, los padres desempeñan un rol fundamental para que sus hijos adquieran buenos hábitos de descanso. Es recomendable que tanto padres como niños aprendan y comprendan técnicas sencillas de relajación y su impacto positivo en la salud. Esta especialista indica que lo más trascendental es establecer rutinas como cenar temprano con porciones ligeras, utilizar pijama y mantener diariamente un horario fijo para dormir por la noche.

Además, sugiere leerles un cuento o poner música monótona como sonidos de olas marinas o de lluvia, debido a que mejora el ambiente propicio para dormir. De esta manera, los niños adquieren una noción de seguridad que les permite pasar por las distintas etapas de sueño de forma natural y sin interrupciones.

Sans advierte que, además de establecer rutinas diarias de sueño, es crucial prestar atención a otros factores relevantes que influyen en el descanso, como la alimentación y la actividad física. De acuerdo a sus propias palabras, "No solo se trata de acostar al niño a la misma hora todas las noches, sino también de seguir hábitos alimenticios saludables y mantener un control sobre el ejercicio".

El especialista enfatiza que si bien la actividad física es muy importante, se debe tener cuidado con los horarios: "Es recomendable realizar algunas actividades durante el día, pero ir disminuyendo la intensidad al menos dos horas antes de dormir".

También hace hincapié en la alimentación: "Lo ideal es llevar una dieta balanceada y horarios regulares de comidas". Además, señala que se debe de cenar al menos una hora antes de ir a la cama, esto debido a que el intestino, considerado el segundo cerebro, regula el reloj biológico central, por lo que cuanto más tardía sea la cena, más tarde conciliaremos el sueño, y esta falta de regularidad dificulta que el cerebro también se regule. También puntualiza que se deben evitar las comidas copiosas por la noche.

Finalmente, Sans destaca que compartir la cama con los hijos es otro factor trascendental a considerar, pues esta práctica hace que los padres estén más cerca de sus niños y puedan así tener una supervisión más acertada de su descanso, además de poder calmarlos con más facilidad a la hora de despertarse por la noche, para que vuelvan al sueño de la forma más tranquila posible.

NEWS
LETTER
email
Actualidad, tendencias, ocio...¡Y mucho más te espera! ¿Te unes?

Aun así, es recomendable acudir con un profesional médico para hacer pruebas de sueño en el niño de forma más precisa en caso de que el problema sea persistente.

Luis Lozano
Durante los últimos 20 años, la prioridad de Enfemenino consiste en amplificar las voces de las mujeres. A través de nuestros contenidos, vídeos y eventos, queremos animar a nuestras comunidades …
Puede interesarte