Fisher, de 36 años, decidió buscar a su bebé una familia de adopción, ya que su situación no le permitía darle la educación ni los cuidados necesarios. Cuando se enteró de que estaba embarazada se encontraba sola, sin hogar y sin recursos económicos. No quiso plantearse un aborto, por eso, a través de una agencia, esta madre contactó con una familia que quería adoptar a su bebé. Iniciaron los trámites de adopción y durante los meses que duró el embarazo, la madre biológica envió las ecografías a los futuros padres: se trataba de una niña aparentemente sana. "Los médicos me dijeron que no se había detectado nada, que sus orejas eran un poco más pequeñas de lo normal, pero que estaba creciendo sana", explica Fisher al diario NWF Dailey News.
Cuando dio a luz, acompañada de los padres adoptivos de Abigail, su bebé, se encontró con una situación inesperada. La niña nació con el síndrome de Treacher Collins, una enfermedad genética e inusual que se caracteriza por la deformación de los huesos craneales. La madre adoptiva fue la primera en ver a Abigail y cuando lo hizo salió llorando del hospital y no volvió.
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"Me dijo que la niña no era lo que ella esperaba", explica Christina Fisher. Los padres adoptivos abandonaron el hospital y se desentendieron de la adopción. Fue entonces cuando ella decidió quedarse con su hija. "No me importa que haya nacido así, es un pequeño ángel, una princesa. No me imagino la vida sin ella", confiesa.
La mujer ha creado una plataforma de crowdfunding para recaudar dinero y poder cubrir así las necesidades de Abigail. El dinero conseguido irá destinado a comprar ropa, alimentos y pagar los gastos médicos del bebé.
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La historia de Abigail parece que ha tenido un final feliz, pues hoy vive junto a su madre biológica en Florida y ya han conseguido recaudar más de 5.000 dólares. De los padres adoptivos no se ha vuelto a saber nada.
